El número dos de Indra deja la compañía para desarrollar proyectos internacionales

El vicepresidente y anterior consejero delegado de Indra, Regino Moranchel (61 años), termina su trayectoria en la compañía después de cuatro décadas de intensa dedicación a la empresa. Moranchel, cuya salida estaba prevista desde finales de 2010, emprenderá a partir de enero nuevos proyectos profesionales en el entorno internacional.

El hasta ahora número dos de Indra es el ejecutivo más antiguo y cuenta con una profunda experiencia en todo el desarrollo empresarial de la que está considerada como primera marca española en el sector de las tecnologías de la información. No en vano, Moranchel formó parte de la alta dirección de Indra desde su creación en 1993.

En los últimos veinte años el vicepresidente de Indra tuvo la posibilidad de gestionar la práctica totalidad de los negocios que aglutinan el core business de la compañía, desde los sistemas de tráfico aéreo hasta los programas de recuentos electorales pasando por la dirección de la división de Mando, Control y Defensa Aérea. En 1999 fue designado director general de Operaciones y dos años más tarde asumió la responsabilidad ejecutiva del día a día como consejero delegado.

Regino Moranchel ha sido el principal hombre de confianza del presidente y fundador de Indra, Javier Monzón, formando un tándem directivo que ha convertido a la compañía en uno de los valores más reconocidos del Ibex 35 y una de las multinacionales con mayor prescripción de marca dentro del mercado global de alta tecnología.

La política de gobierno corporativo de la empresa que determinan los planes de carrera y de sucesión dentro de Indra propició a finales de 2010 la reestructuración de la cúpula ejecutiva con la designación de Javier de Andrés como nuevo consejero delegado. Desde ese momento, Moranchel asumió la vicepresidencia ejecutiva, con un compromiso de permanencia para asegurar una transición ordenada con un horizonte de salida dentro del marco contractual aprobado por la Junta General de Accionistas y que supondrá ahora un saldo de compensación de aproximadamente 6,5 millones de euros brutos.