'Roadshow' de Sanidad con las empresas para que se sumen al semáforo nutricional

Es un proyecto en pañales, aún no ha recibido el visto bueno de la Comisión Europea y puede quedar guardado en un cajón con unas elecciones generales de por medio. Pero las adversidades no desaniman al Ministerio de Sanidad en su empeño por sacar adelante Nutri-Score, un ambicioso sistema de etiquetado nutricional por colores (de la A verde a la E roja) que ha despertado los recelos de la industria alimentaria.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) quiere tomar el pulso de las empresas antes de comunicar sus planes a Bruselas. Por eso, este organismo dependiente de Sanidad ha comenzado a reunirse con fabricantes, distribuidores y patronales del sector para discutir los pormenores del proyecto, unos encuentros a los que más tarde se sumarán organizaciones de consumidores y asociaciones científicas. Así lo ha deslizado este martes el subdirector general de promoción de la seguridad alimentaria de Aecosan, Victorio Teruel, quien confía en la entrada en vigor de Nutri-Score a finales de 2019.

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"No hay esquemas malos ni buenos. Nutri-Score no es perfecto, pero da una valoración nutricional global de los alimentos y está avalado por estudios científicos en Francia", sostiene Teruel en un congreso de seguridad alimentaria organizado por la patronal de consumo AECOC. En efecto, España juega con ventaja porque se mira en el espejo de sus vecinos galos, que ya han incorporado este etiquetado complementario al ya existente. La próxima en sumarse es Bélgica, que ya ha superado el período de consultas con la Comisión Europea.

España se mira en el espejo de sus vecinos franceses, que ya incorporaron Nutri-Score hace casi un año

Francia aplicó Nutri-Score hace unos nueve meses y ya ha conseguido la adhesión de 70 empresas, explica el responsable de Aecosan a este periódico. Es todo un triunfo si tenemos en cuenta que se trata de un sistema voluntario que no pasa de una mera recomendación, como ocurriera con el Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bedidas impulsado por Sanidad en España en febrero de 2018.

El Gobierno no tiene potestad para forzar a las empresas a incorporar Nutri-Score, pese a sus aspiraciones en ese sentido. Para ello, sería necesario un cambio en el artículo 35 del Reglamento europeo 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. "Estamos muy descontentos con el hecho de que no sea obligatorio", admite Teruel.

Hecha la ley, ¿hecha la trampa?

Aviso a navegantes. Las empresas que se decanten por este semáforo nutricional deberán extenderlo a todos los productos de su catálogo, y no sólo a los que salgan 'guapos' en la foto. "No vale ponerlo si la etiqueta es verde y quitarlo si es roja", aclara Aecosan. Es una de las condiciones de Nutri-Score, cuyo uso como marca registrada será gratuito.

De esta manera, grandes corporaciones como Coca-Cola o Pepsi podrán verse en la tesitura de lucir etiqueta verde en sus variedades 'Zero' frente al rojo de sus bebidas clásicas. Ambas empresas son dos de las seis multinacionales que pusieron en marcha otro polémico sistema de etiquetado que hacía alusión a las proporciones más adecuadas para consumir, y no a la composición nutricional en sí.

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Es decir, un paquete de galletas elevado en calorías podía usar el color verde si se especificaba que la cantidad idónea de ingesta era de tres unidades al día, por ejemplo. Nestlé, Mars, Mondelez, Cadbury, Coca-Cola y Pepsico tuvieron que echarse atrás cuando Sanidad anunció sus planes con Nutri-Score en noviembre. Este último etiquetado atribuye puntos a cada alimento en función de su composición nutricional por cada 100 gramos de producto.

La buena intención del Gobierno no tranquiliza a los titanes de la industria alimentaria. Muchos critican abiertamente al Ministerio de Sanidad por dar bandazos en la gestión de Nutri-Score y por no contar con ellos hasta este lunes. "El único afán de la ministra María Luisa Carcedo es hacerse la foto", opinan en los corrillos del congreso de AECOC. La falta de armonización en Europa tampoco gusta a las grandes empresas, que además operan en múltiples países europeos con sistemas de etiquetado distintos.

Cómo salvar al aceite de oliva

El oro líquido sale mal parado con Nutri-Score: su nota es D (naranja), al nivel de los refrescos azucarados o las cremas de chocolate. Sanidad ha decidido excluir a los productos con un único ingrediente (como la miel, los huevos o el propio aceite de oliva) para zanjar la polémica y proteger así a una de las joyas de la dieta mediterránea, pero antes deberá hablar con las autoridades francesas para que también contemplen esa excepción.

"Es importante que el esquema que se implemente en España sea el mismo que en Francia. No mandaríamos un buen mensaje si un producto recibe aquí una calificación y allí otra", concluye Teruel. Queda por ver si los galos nos pedirán que les devolvamos el favor con los quesos, cuya nota es la peor posible (rojo).

En cualquier caso, el camino será largo. Ahora toca comunicar los planes a la Comisión Europea, que se tomará entre tres y seis meses para analizar el proyecto y proponer los cambios pertinentes. Aecosan confía en que el semáforo nutricional vea la luz en España a finales de este año, si bien la industria asegura que su aplicación en un plazo tan corto "es más difícil que sacar a Franco del Valle de los Caídos".