España resiste al frenazo del PIB mundial, pero el desempleo se estanca en el 14%

España resiste al enfriamiento de la economía global. Crecerá este año un 2,1%, mientras que el próximo avanzará un 1,9%, muy por encima del 1,3% y el 1,5%, respectivamente, que lo hará la eurozona. El lunar, sin embargo, seguirá siendo el desempleo, que no bajará del 14% respecto de la población activa (la suma de los ocupados y de los parados) ni este año ni el próximo.

Así lo estiman las previsiones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI), que observa una ralentización de la economía en todo el planeta -el PIB avanzará apenas un 3,3%- debido, sobre todo, a la desaceleración del comercio mundial. Principalmente, a causa del deterioro de la eurozona, y, en particular, de Alemania, que solo crecerá un 0,8% este año, menos que la mitad que España, lo que tiene que ver, precisamente, con el peor comportamiento de las exportaciones debido a las fricciones comerciales, como las llama el FMI, entre China y EEUU, todavía en fase de negociaciones.

El otro caso evidente es el de Italia, también un país muy volcado al comercio, que crecerá un raquítico 0,1% este año y un 0,9% el próximo.

Esto significa que España -principalmente a causa del mayor crecimiento del consumo privado- seguirá siendo una isla entre las grandes economías europeas, pero también por su posición cíclica, retrasada en varios trimestres respecto a la eurozona.

Esto explica que si en 2019 el diferencial de crecimiento con la unión monetaria será equivalente a ocho décimas (2,1% frente al 1,3%), en 2020 esa distancia se vaya a reducir a la mitad, cuatro décimas (del 1,9% al 1,5%). Básicamente, por la recuperación de Alemania y, en menor medida, de Italia, que se podrán beneficiar de la reactivación del comercio mundial.

En todo caso, y esto también afecta a España, el PIB global crecerá en 2020 un 3,6%, tres décimas más que este año, todavía muy por debajo de su media histórica. Las proyecciones se han hecho con un Brexit con acuerdo, lo que explica que, según el FMI, Reino Unido vaya a crecer un 1,2% este año y un 1,4% el próximo, aunque en este caso, como dicen sus economistas, las incertidumbres son máximas.

Ciclo económico

Las proyecciones del World Economic Outlook (WEO) para España están realizadas bajo las condiciones de que los presupuestos generales de 2018 se prorroguen durante todo el año 2019 (es decir, que el nuevo Gobierno no elabore los suyos), incluyendo tanto el gasto en pensiones como en salarios públicos. Eso explica que el FMI incluya a España entre el bloque de naciones (junto a Grecia, Irlanda, Italia y Portugal) que sufra un deterioro de su saldo fiscal primario estructural, es decir, sin el pago de interés y al margen del ciclo económico.

Y según esas proyecciones, la inflación seguirá contenida. Un 1,2% este año (media anual) y un 1,6% el próximo, en línea con la eurozona, aunque todavía lejos del objetivo de política monetaria del BCE (un 2%). En cuanto al sector exterior, los economistas del FMI estiman como probable acabar este año y el siguiente con un superávit de la balanza de pagos por cuenta corriente equivalente al 0,8% del PIB, lo que permitirá reducir la abultada deuda externa de España, que representa todavía el 77% del producto interior bruto. Aún así, ese superávit exterior tiende claramente a debilitarse y representará la mitad que en los años 2016 y 2017.

Las proyecciones del WEO para España están realizadas bajo las condiciones de que los presupuestos generales de 2018 se prorroguen

La parte más negativa, como se ha dicho, tiene que ver con el mercado de trabajo. Y lo demuestra el hecho de que en 2020, y pese a que España ha crecido más que la media de la eurozona desde 2015, registrará un tasa de paro que duplicará a la de las economías avanzadas de Europa. En concreto, un 14,1%, frente al 6,9%, lo que da idea de la resistencia del mercado de trabajo a converger con los mejores países del continente.

Empleo temporal

Los economistas del FMI lo achacan, entre otros motivos, a la dualidad del mercado de trabajo. Es decir, a las diferencias entre el empleo temporal (alrededor del 27%) y el indefinido, lo que en opinión del Fondo frena la inversión en puestos de trabajo por parte de los empresarios.

Existe otro factor, en este caso de naturaleza estructural. La población activa, que en los años más duros de la crisis se hundió, incluso en los años posteriores, ha vuelto a crecer. En concreto, la última EPA muestra un avance del 0,46% en términos anuales. O lo que es lo mismo, en los últimos doce meses se han incorporado al mercado de trabajo (por las mejores expectativas) 103.800 personas, por lo que reducir la tasa de desempleo es más lento. Algo que explica que el paro no baje de ese 14% que prevé el Fondo.

Las proyecciones del FMI para España están en línea con las que han elaborado los principales servicios de estudios y del propio Gobierno, y suponen una rebaja de una décima para este año respecto de las últimas previsiones.

La diferencia con el Ejecutivo es de apenas una décima (2,1% frente al 2,2%), lo que significa que hay pleno consenso entre los expertos en coyuntura. España, en cualquier caso, y como el resto del mundo, seguirá beneficiándose del precio de las materias primas, que seguirá siendo contenido. De hecho, entre el weo de octubre de 2018 y el actual, los precios del petróleo han caído un 17%, lo que es una auténtico maná para la economía española, muy dependiente de los hidrocarburos. Además, de unos condiciones monetarias que seguirán siendo extremadamente beneficiosas para impulsar la actividad económica, como pone de relieve el informe del FMI.