El precio de la luz en septiembre cae a su nivel más bajo desde hace diez años

El precio de la electricidad en España está viviendo un momento único en la primera mitad de septiembre. Según los datos registrados por el Operador del Mercado Ibérico de la Energía (OMIE), la media aritmética del precio del sistema eléctrico en lo que va de septiembre es de 38,08 euros por megavatio hora, lo que supone el precio más bajo para este mes desde hace diez años, en 2009, cuando este coste estuvo en 35,87 euros /MWh.

Además el precio medio es el más bajo desde la primavera de 2016, época en que los precios del mercado mayorista de la electricidad, conocido como 'pool', son habitualmente más bajos dado el desempeño de la hidráulica. Con los embalses llenos -2016 fue un año muy lluvioso-, la energía que más abarata el precio de la luz es la hidroeléctrica, ya que puede operar de manera gestionable a coste marginal cero, algo que no ocurre con la energía eólica.

Por otro lado, el actual precio del mercado eléctrico, responsable de más de un tercio de lo que los consumidores pagan en la factura -el resto son impuestos, peajes y cargos-, es la mitad que hace un año. Septiembre de 2018 superó los 70 €/ MWh de media en el mes.

La caída de precios es una magnitud muy a tener en cuenta para el bolsillo de los españoles. No sólo por el efecto que tiene en la factura de la luz, sino porque se trata de un bien básico que repercute en el precio del resto de bienes, con lo que esto libera de un coste a la economía española en general. Este efecto ya se pudo ver en los datos de IPC de agosto, que retrocedieron hasta el 0,3%, la tasa más baja en esa fecha desde 2016. Los datos del precio de la electricidad en septiembre están siendo también significativamente más bajos que los de agosto, cuando el 'pool' cerró algo por encima de los 44€/MWh. Es decir, que si la tendencia no cambia en la segunda mitad de este mes, la inflación volverá a caer.

¿A qué se debe este bajón?

Hay varias causas, pero los principales consultores expertos en la materia apuntan directamente al menor precio del gas en los mercados internacionales. El mercado spot de gas cotiza un 60% más barato que hace un año. Esto es importante porque la tecnología que produce electricidad más cara, los ciclos combinados de gas, lo están haciendo a un coste mucho más bajo. Como el mercado es marginalista (todos cobran el precio que ha marcado el último en la subasta horaria que casa la oferta y la demanda), las plantas que producen electricidad con gas están logrando abaratar con fuerza estos precios en una época, final del verano, donde la hidráulica tiene un bajo desempeño por tratarse de uno de los meses más secos del año históricamente.

El gas está batiendo a las centrales de carbón precisamente porque sus costes ahora son más baratos, lo que deja las centrales térmicas de carbón fuera de la subasta competitiva. Para las centrales de carbón y gas su principal coste es la materia prima (alrededor de un 75%). Ahora, además de que el gas es más barato, el carbón se ve lastrado por el coste del CO2, ya que emite más gases de efecto invernadero y su coste marginal de producción sube. Ello está llevando a las principales compañías del sector, como Iberdrola, Endesa y Naturgy, a cerrar sus centrales de carbón menos eficientes.

La menor producción con carbón, dado el precio del CO2, hace que en lo que va de año las emisiones del sistema eléctrico estén en mínimos de cinco años

La menor producción con carbón, dados los elevados precios del CO2, está provocando que en lo que va de año las emisiones del sistema eléctrico estén en mínimos de hace cinco años, en niveles muy similares a los de 2016. Pese a todo, las plantas de gas se están viendo beneficiadas en septiembre con respecto a agost de un menor coste del CO2, que de los casi 27 euros por toneladas, ha descendido a los 25,5 euros por tonelada.

Existen otros factores como el buen desempeño de la eólica, que también abarata el precio del sistema eléctrico. Además, según los consultores del Grupo ASE, los costes del sistema se han reducido. Un menor uso de los sistemas de ajuste (subastas posteriores para casar oferta y demanda cuando no llega con la subasta principal), los pagos por capacidad (por disponibilidad de las centrales), que el sistema decidió suspenderlos, o los pagos por interrumpibilidad (pagos a la industria por desconectarse cuando es necesario), mucho menores en 2019 que otros años, también están reduciendo el precio de la luz.

A todo esto hay sumar el menor consumo de grandes empresas, que hace que la curva que casa oferta y demanda lo haga a precios más bajos. Grandes empresas como Alcoa, pararon su producción y el Ïndice de Red Eléctrica indica que el consumo industrial lleva más de un año retrocediendo mes a mes.

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Y el precio aún podría ser más bajo si el Gobierno hubiera mantenido la suspensión del impuesto del 7% a la generación que canceló entre octubre y abril del pasado año. Sin embargo, la convocatoria de elecciones no han permitido al Ejecutivo en funciones llevar a cabo este cambio.

Parón nuclear en Francia, vienen curvas

No obstante, las expectativas a medio plazo no son tan optimistas como en el momento actual. La gran abundancia de gas a nivel mundial es la que está provocando esta situación. La fuerte producción de países como Estados Unidos ha traído una caída generalizada en los mercados más importantes. Pero el hemisferio norte, donde se concentra la mayor parte de la población, se encamina hacia el invierno, con lo que el consumo de gas es mayor. Esto hace pensar a los expertos en la materia que la disponibilidad de gas se irá reduciendo y esto traerá subidas también para el sistema eléctrico, cuyo respaldo.

De hecho, esta misma semana los futuros de la electricidad han dado una drástica subida tras detectarse fallos en ocho centrales nucleares de Francia, que provocó una caída del 8% en bolsa para la firma estatal Electricidade de France (EDF). Posteriormente, confirmó que cinco centrales han tenido problemas de soldadura que provoca fallos de refrigeración, lo que las puede tener un tiempo indefinido en el dique seco. Los mercados están interpretando que el resfriado en Francia provocará que el país vecino, que normalmente es exportador neto de electricidad hacia España, pasará a ser importador, con el consiguiente efecto de subida de precios que ello traslada la Península Ibérica, dada la menor oferta disponible y la mayor demanda del otro lado de Los Pirineos.