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El coste de la maternidad: la brecha de ingresos tras tener hijos asciende al 28%
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Estudio del Banco de España

El coste de la maternidad: la brecha de ingresos tras tener hijos asciende al 28%

La maternidad supone un golpe estructural para la carrera profesional de las mujeres: contratos a tiempo parcial, salarios más bajos y empleo precario es el coste que asumen

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La brecha salarial entre hombres y mujeres surge a partir de la maternidad. Este es el evento que desencadena la desigualdad en el mercado laboral. Para los hombres, la paternidad es un estímulo a su carrera laboral, pero en el caso de las mujeres, supone un lastre que tiene un impacto estructural sobre su trayectoria. Incluso una década después de tener el primer hijo las mujeres mantienen una brecha de ingresos respecto a los hombres del 28%.

Esta es la conclusión del estudio publicado este jueves por el Banco de España que supone el principal análisis de la penalización de la maternidad sobre la vida laboral de las mujeres realizado en España. El estudio parte de los datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales de la Seguridad Social, la mejor base de datos para analizar en detalle la evolución profesional de los trabajadores por el nivel de microdatos sociolaborales de los ciudadanos. El estudio emplea datos desde 1980 hasta 2018, de modo que ofrece una visión agregada de las tres décadas y no capta posibles mejoras que se hayan producido durante todo este periodo.

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El estudio demuestra cómo la maternidad tiene un coste muy importante para las mujeres desde el primer momento. Pero, además, la brecha incluso se agranda durante los primeros años de vida del hijo. Esto significa que las mujeres no sólo se ven afectadas por la baja de maternidad (todavía superior a la de los hombres) y la lactancia, sino que son ellas las que asumen el coste de cuidar a los hijos durante su infancia.

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En concreto, los ingresos de las madres caen un 11% durante el primer año de la maternidad, pero este descenso, lejos de revertir rápidamente, profundiza durante los años siguientes. En el segundo año, se amplía hasta el 19,5% y sigue deteriorándose durante el decenio siguiente. Al final, la brecha de largo plazo que les queda a las mujeres tras la maternidad alcanza el 28%. Por el contrario, en el caso de los hombres, la paternidad no afecta a sus ingresos, que se mantienen estables durante toda la infancia de los hijos.

“Esta tendencia divergente en los ingresos para hombres y mujeres trabajadores continúa incluso diez años después del nacimiento del primer hijo”, explican los autores del estudio, los investigadores del Banco de España Alicia de Quinto, Laura Hospido y Carlos Sanz. “A lo largo de los [diez] años, los ingresos de las mujeres nunca vuelven a los niveles previos a la maternidad”, apuntan.

A lo largo de los diez años posteriores a la maternidad, los ingresos de las mujeres nunca vuelven a los niveles previos

Los datos de España son comparables a los de los principales países en los que existen estudios similares. La penalización del 28% en España es similar a la de Suecia (26%) y EEUU (31%), peor que la de Dinamarca (21%) y mejor que la de Reino Unido (44%), Austria (51%) y Alemania (61%).

Los canales de transmisión

Hasta la maternidad, la trayectoria laboral y de ingresos de hombres y mujeres se mantiene inalterada. Sin embargo, con la llegada del primer hijo se produce una brecha de ingresos que no responde a la brecha salarial (diferente salario para un mismo puesto), sino que es el resultado del subempleo al que se someten las mujeres para cuidar a los hijos. El estudio del Banco de España pone el foco en los canales que provocan esta diferencia de ingresos tras la maternidad, que son tres, principalmente: el abandono del mercado laboral, el empleo a tiempo parcial y los contratos temporales.

Foto: Colas en una oficina de empleo en Bilbao. (EFE)

En los tres aspectos, la maternidad es el punto que separa la trayectoria laboral de hombres y mujeres. En el caso del número de días de trabajo (estadística influida por la salida de mujeres del mercado laboral), en los hombres se mantiene estable tras la paternidad, pero en las mujeres se contrae de forma dramática. La brecha de largo plazo es del 23%, lo que significa que las mujeres pierden casi casi uno de cada cuatro días de trabajo frente a los hombres.

El empleo a tiempo parcial de las mujeres también se dispara tras la maternidad, mientras que el de los hombres se reduce. Los padres aumentan su jornada laboral para elevar sus ingresos, mientras que las madres la reducen para cuidar a los hijos. La brecha de largo plazo en este indicador supera el 34%.

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Las madres también sufren con con mayor dureza la temporalidad en el empleo, lo que hace que entren y salgan continuamente del mercado laboral. Esto impide a las mujeres desarrollar una trayectoria profesional sólida y no se pueden beneficiar de las ventajas del empleo indefinido y la permanencia en las empresas. La brecha en este indicador supera ampliamente el 35% en el largo plazo.

El estudio del Banco de España también muestra que existen importantes diferencias en la brecha de ingresos en función del nivel de estudios de las madres. En general, la salida del mercado laboral es inferior entre las mujeres con un elevado nivel de formación, lo que también apuntaría a una mejora hacia la igualdad en el periodo analizado por el mero hecho del efecto composición: el número de mujeres con estudios superiores se ha disparado.

En cualquier caso, la situación sigue siendo preocupante. La brecha de ingresos entre los hombres y las madres sin estudios universitarios es del 37% en el largo plazo, mientras que la de las madres con estudios es del 26%, esto es 11 puntos menos. La salida de mujeres del mercado laboral y la temporalidad es más intensa entre las mujeres sin estudios, lo que resulta en una diferencia de 12 puntos porcentuales en días trabajados. Las mujeres con estudios superiores optan más por el empleo a tiempo parcial (jornadas reducidas), en especial durante los primeros años de la maternidad.

La brecha salarial entre hombres y mujeres surge a partir de la maternidad. Este es el evento que desencadena la desigualdad en el mercado laboral. Para los hombres, la paternidad es un estímulo a su carrera laboral, pero en el caso de las mujeres, supone un lastre que tiene un impacto estructural sobre su trayectoria. Incluso una década después de tener el primer hijo las mujeres mantienen una brecha de ingresos respecto a los hombres del 28%.

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