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Las ventas por internet se dispararon un 50% en 2020 y fuerzan la reestructuración del comercio
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El 'boom' del 'e-commerce'

Las ventas por internet se dispararon un 50% en 2020 y fuerzan la reestructuración del comercio

En un año de pandemia, las compras 'online' crecieron tanto como en los cuatro años anteriores, un ‘boom’ que cambiará para siempre la distribución del empleo en el comercio

Foto: Centros logísticos de Illescas, Toledo. (Carmen Castellón)
Centros logísticos de Illescas, Toledo. (Carmen Castellón)

El comercio por internet derribó en 2020 algunos muros con los que llevaba años chocando. Para amplios grupos de la población, las compras digitales generaban una importante inseguridad por el miedo al funcionamiento de los sistemas de pago. El tradicional temor a poner el número de la tarjeta en la web o las claves de seguridad. La pandemia ha barrido este miedo, ya que durante muchas semanas del año fue la única forma de adquirir bienes no esenciales.

Esos muros demolidos no se volverán a levantar y suponen un cambio estructural para el sector del comercio y la distribución. El ‘boom’ de las compras por internet ha provocado que el comercio 'online' se haya disparado un 50% desde el inicio de la crisis (con datos deflactados). En concreto, en el mes de febrero, las ventas por internet fueron un 55% superiores a las del mismo mes del año anterior, justo antes de que estallara la pandemia del coronavirus en España.

En febrero, el comercio 'online' volvió a experimentar una aceleración como consecuencia de las restricciones impuestas por la tercera ola del virus, que fue más grave que la segunda. Si se hace la comparación de las ventas en el conjunto del año del coronavirus (marzo 2020-febrero 2021), el crecimiento respecto al mismo periodo anterior fue del 45%. El crecimiento acumulado en el año es algo inferior, porque durante algunos meses las restricciones fueron más laxas, permitiendo la recuperación de las compras presenciales.

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En tasa interanual, el menor crecimiento registrado en el año del comercio por internet fue en junio, con la entrada en la nueva normalidad y la reapertura de las tiendas. En ese momento, el avance del 'e-commerce' se tomó una pausa, con un crecimiento interanual del 22%. Esto es, un dato que en cualquier otro momento hubiese sido un gran éxito, pero que no lo era tanto si se comparaba con los meses de encierro total. Justo antes de ese mes de junio se registró el mayor crecimiento histórico del comercio por internet, el de mayo. En esas semanas, el virus comenzó a remitir y los hogares empezaron a desembalsar la demanda acumulada permitiendo que las ventas digitales se dispararan un 70% respecto al mismo mes del año anterior.

Aunque en los próximos meses es previsible que se levanten las restricciones a la movilidad y a la actividad económica, el crecimiento del comercio digital difícilmente perderá el terreno ganado. Hay dos motivos principales que explican este cambio estructural. El primero es que la logística del comercio electrónico ha mejorado rápidamente en los últimos años, hasta el punto de que las grandes empresas realizan entregas en unos pocos días, e incluso horas. La comodidad que ofrecen estas plataformas es una ventaja competitiva que permitirá que sigan creciendo en los próximos años. El segundo es que permite un importante ahorro de costes en términos de tiendas presenciales y personal para atenderlas.

Como consecuencia, las grandes empresas de la distribución, y cada vez más las pequeñas, están apostando por los canales 'online' para competir. Esto explica, por ejemplo, que núcleos de la logística española que se sitúan en las afueras de las grandes ciudades hayan experimentado un fuerte crecimiento en los últimos meses. La mejor forma de comprobarlo son los datos de afiliaciones a la Seguridad Social por municipios.

En el sur de Madrid, a lo largo de la autovía de Toledo y en el este, dirección Guadalajara, el empleo no solo no ha caído durante la crisis, sino que ha crecido. En localidades como Illescas, Pinto, Valdemoro, Ugena o Borox ha aumentado la demanda de trabajo de forma intensa. Y lo mismo ocurre en Barcelona con El Prat de Llobregat.

Este cambio estructural en los patrones de consumo está provocando, al mismo tiempo, una reestructuración en las empresas de distribución. Una parte del empleo en tiendas presenciales será sustituida por trabajo de logística, tanto de almacenamiento como de transporte. Esta transformación ya ha comenzado, como es buen ejemplo la transición estratégica iniciada por El Corte Inglés para reducir tiendas y plantilla.

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Para comprender la magnitud de este cambio, lo mejor es analizar la evolución del empleo por actividades en las regiones poco dependientes del turismo. Esto es, las que dependen de su demanda interna para crecer, que son aquellas que menos han sufrido el impacto de la crisis. Esto permite minimizar el efecto de la caída del consumo presencial de turistas y también la destrucción de empleo de las actividades de transporte de viajeros.

Castilla-La Mancha es un buen campo de pruebas. En esta comunidad, el empleo en el comercio (tiendas presenciales) se redujo un 2% durante el año de crisis, sin embargo, el empleo en las actividades de transporte y almacenamiento creció un 4,1%. Una situación similar ocurre en Extremadura: el empleo en tiendas se redujo un 1%, mientras que en el transporte y almacenamiento creció un 2,5%. Estos datos muestran el inicio de una transformación en la que el comercio por internet seguirá creciendo y será complementario a las tiendas presenciales.

El comercio por internet derribó en 2020 algunos muros con los que llevaba años chocando. Para amplios grupos de la población, las compras digitales generaban una importante inseguridad por el miedo al funcionamiento de los sistemas de pago. El tradicional temor a poner el número de la tarjeta en la web o las claves de seguridad. La pandemia ha barrido este miedo, ya que durante muchas semanas del año fue la única forma de adquirir bienes no esenciales.

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