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Alerta roja en el turismo: Europa no se fía y los extranjeros llegarán a final de junio
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LA ALTA TASA DE COVID NOS PERJUDICA

Alerta roja en el turismo: Europa no se fía y los extranjeros llegarán a final de junio

Se espera un verano similar al de 2020, con el turismo nacional sosteniendo la industria y el extranjero llegando poco y tarde. Prolongar el estado de alarma el 9 de mayo puede ser letal

Foto: Un camarero en la terraza de un restaurante en la playa de la Malvarrosa. (Reuters)
Un camarero en la terraza de un restaurante en la playa de la Malvarrosa. (Reuters)
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Segundas partes nunca fueron buenas y cada vez parece más claro que el verano de 2021 se parecerá mucho al de 2020. Esto hace que el sector turístico español se debata entre la incomprensión y el espanto, y una pregunta retórica se repite a cada conversación sobre si finalizará o no el estado de alarma el 9 de mayo: “¿todavía estamos así?” En Baleares, en Tarragona, en Benidorm, en todos los centros turísticos españoles la simple hipótesis de que el próximo domingo no se levanten las restricciones a la movilidad genera la misma reacción: "Sería una hecatombe", "una catástrofe", "es que no me lo quiero ni imaginar".

El futuro del 12% de nuestro PIB depende de dos factores. El más inmediato es el fin del estado de alarma. Si el 9 de mayo los españoles pueden viajar sin restricciones entre comunidades autónomas, se encenderá la primera luz de la recuperación. Si se prolonga, cavaremos más profundo el hoyo. En un contexto europeo de retraso en la vacunación y tasas de contagio que repuntan una vez más, todo indica que igual que en 2020 será el turista nacional quien hará el grueso de la temporada y deberá salvar a miles de empresas y trabajadores.

placeholder Usuarios con mascarillas obligatorias en la playa. (EFE)
Usuarios con mascarillas obligatorias en la playa. (EFE)

El segundo factor es la llegada del turismo extranjero, y ese dependerá de la percepción de nuestro país como destino seguro. A día de hoy, España sigue en el purgatorio debido al aumento de la incidencia en varias comunidades autónomas, lo que genera desconfianza en Europa. Verse en la misma tesitura que en 2020, pero con un año más de parálisis y deuda a sus espaldas, era el peor escenario que contemplaba nuestro sector turístico. Todo es aún volátil y de una semana para otra pueden producirse cambios, como que de repente se considere a España un destino seguro, pero mayo ya está aquí y empezamos a llegar tarde.

“Los turoperadores [agentes intermediarios entre el turista y el hotel] en Reino Unido han aplazado todo hasta finales de junio como más pronto. Eso de que pueden llegar ya el 16 de mayo es un bulo, en todo caso saldrá Boris Johnson recomendando a los británicos viajar a Australia y Nueva Zelanda, que tienen el semáforo de incidencia en verde, y los demás que están en rojo o en ámbar como España tendrán que esperar”, resume Antonio Mayor, presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec).

"El mercado británico no va a venir todavía porque la marca España se ve perjudicada por las altas tasas de contagio", avisan desde Benidorm

“Tengo muchas dudas sobre este verano, porque España no está bien, ahí tienes Navarra, País Vasco o Cataluña con unas incidencias altas y estancadas, y Madrid en ese 'viva la virgen' que no nos beneficia en nada”, prosigue Mayor. “Soy poco optimista y el mercado británico está igual, no van a venir todavía porque la marca España se ve perjudicada por las altas tasas de contagio. No nos consideran un destino seguro y ya verás como en cuatro semanas tenemos la variante india hasta debajo de la cama y se arma la marimorena”.

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Un souvenir en la playa de Palma, vacía de turistas esta semana. (V.C.)

Las percepciones son idénticas en Mallorca. Los mercados emisores, Alemania y Reino Unido principalmente, tienen a España en el congelador, y a estas alturas cada semana en blanco es un clavo más en el ataúd. A Juan Manuel Ordinas, presidente de la Asociación de Pequeños Hoteles de Mallorca, le han trasladado el mismo mensaje: la temporada arrancará muy tarde.

“Los países emisores de turistas no lo tienen nada claro. Hasta el 10 de junio como mínimo no se venderá nada, y quizá a partir de julio podremos trabajar, pero sin ninguna garantía", explica Ordinas. "El jueves se reunió el embajador de Reino Unido con Iago Negueruela [consejero de Turismo de Baleares] en Ibiza y le dijo que no puede asegurar que Baleares y Canarias sean considerados destinos seguros este verano al margen de España. Hay muchísima incertidumbre y otra temporada como la de 2020 no se puede repetir porque nos hunde. Ahora mismo en mi zona hay algún hotel abierto con tres o cuatro clientes. Si me preguntas hoy, con todo lo que estoy oyendo a los políticos, no veo esperanza”.

"No es ni planteable que las restricciones a la movilidad se estiren más allá del 9 de mayo", afirman desde Mallorca

El propio Ordinas gestiona un hotel en la zona turística de El Arenal y ha tenido que posponer la apertura ‘sine die’. “Iba a abrir el 22 de abril y me cancelaron todas las reservas desde Alemania. Luego marqué el 6 de mayo y ahora la perspectiva es el día 20, a ver si para el 10 de junio puede ocurrir algo. Sin duda, el fin del estado de alarma puede dar algo de vida a muchos empresarios. No es ni planteable que las restricciones a la movilidad se estiren más allá del 9 de mayo, y que ya la presidenta de Baleares se esté planteando aplicar cierres perimetrales manda un mensaje nefasto a Europa, porque les dice que venir a Baleares no es seguro, que si entran quizá no salen, les estamos metiendo miedo”.

placeholder Control policial en una terraza en la playa de Palma. (EFE)
Control policial en una terraza en la playa de Palma. (EFE)

Un sector devastado

Las cifras del sector turístico son devastadoras. En el primer trimestre de 2021, se produjo una caída del 80,4% de actividad respecto al mismo periodo de 2019. Tras 13 meses de pandemia (17 sin actividad en el litoral) el impacto sobre el empleo turístico es de 755.000 empleos afectados a marzo de 2021 (445.000 en ERTE y 310.000 afiliados menos), con una destrucción de 32.000 empresas turísticas, un 29% del total de empresas cerradas por la pandemia. Son cifras de la patronal Exceltur, que cuantifica así la pérdida: “Los 841.436 empleos turísticos medios afectados (pérdida de afiliados más ERTE) es un número de personas equivalente a todos los afiliados en 2019 de la industria alimenticia más la fabricación de automóviles más el sector textil más el sector químico de toda España”.

De abril a junio el sector turístico anticipa una caída de facturación del 71% frente al año 2019

El segundo trimestre tampoco pinta bien para Exceltur, que señala que aun levantando el estado de alarma, “los empresarios anticipan una caída de su facturación del 71% frente al segundo trimestre de 2019”. La patronal espera una gradual reactivación del turismo, primero el nacional y posteriormente el internacional, en función de los niveles de confianza que presente España cuando llegue el verano.

Xavier Guardià, portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona (FEHT), lo encara con cierto optimismo pese a todo. “Estamos recibiendo buenas noticias, la vacunación avanza, termina el estado de alarma y los turoperadores nos trasladan que hay ganas de viajar. Para que haya cierta normalidad tiene que haber mercado europeo, porque ya vimos el año pasado que solo con el mercado español, que tiene una temporalidad y volumen determinados, no llegamos. Por eso la vacunación es tan importante, es imposible pensar en un verano como el pasado, sería una hecatombe muy grande. Piensa que hay gente sin trabajar desde octubre de 2019”.

Guardià es prudente porque todo es “muy volátil”. “Aquí en Tarragona falta saber cuándo abrirá Port Aventura, cuándo recuperamos el mercado británico, cuándo el español… Mi sensación es que para San Juan todo estará normalizado”. La Costa Dorada es un buen ejemplo de ese termómetro económico y laboral que supondrá el fin del estado de alarma. Miles de españoles, principalmente aragoneses, tienen sus segundas residencias en Salou y Cambrils. Y la intención de muchos de ellos es poder disfrutar por fin de unos días de descanso y ocio nocturno ya desde el mismo domingo 9. Prolongar el cierre perimetral, ya sea desde Madrid o desde Barcelona, echaría al traste ese pequeño foco de reactivación económica.

placeholder Turistas esperan resultados de test de covid en Mallorca. (EFE)
Turistas esperan resultados de test de covid en Mallorca. (EFE)

Así, muchos pequeños empresarios están como Mayte Olalla, propietaria del hostal 'Oh My Hostel' de Granada, que no ha reabierto en estos 13 meses. “Invertí mucho dinero justo antes de la pandemia, hice una renovación total y ahora tengo las ventanas nuevas sin estrenar desde marzo de 2020. A día de hoy mi hostal no tiene ningún valor, nadie quiere entrar en este negocio en pandemia, así que la idea es seguir adelante y reabrir en septiembre u octubre, ya que el verano es una época floja en Granada donde casi el 100% de turistas son extranjeros, que no sabemos si podrán venir”.

"Aunque me garanticen que un aforo limitado del 50% estará siempre lleno, no me sale a cuenta"

Los hostales serán los que más sufren debido a sus espacios reducidos y las habitaciones compartidas. “Una habitación de seis tengo que reconvertirla en una de dos. Aunque me garanticen que un aforo limitado del 50% estará siempre lleno, no me sale a cuenta. Ya hay hostales en mi entorno que se han reconvertido a otros negocios, como residencias de estudiantes o apartamentos de larga estancia. El panorama es muy negro”.

Ordinas, en Mallorca, lo plantea de un modo parecido: “El modelo del año pasado de un 50% de la planta hotelera abierta con un 50% de ocupación y un 50% del precio no es sostenible. Estamos inmersos en una bola de la que no sabemos cómo salir, ni los empresarios del sector, ni la restauración ni los souvenirs. Quien tenga los deberes hechos habrá podido aguantar una temporada, pero aguantar dos temporadas no depende de las ayudas, es que es imposible. Y ya empieza a haber una cascada de cadenas hoteleras que del ERTE pasan al ERE, y que se quitan hoteles de encima porque los bancos ya no les dan más crédito, mientras otros cierran para no volver y los fondos buitre esperan a que todo se desplome para comprar a precio de saldo”.

Segundas partes nunca fueron buenas y cada vez parece más claro que el verano de 2021 se parecerá mucho al de 2020. Esto hace que el sector turístico español se debata entre la incomprensión y el espanto, y una pregunta retórica se repite a cada conversación sobre si finalizará o no el estado de alarma el 9 de mayo: “¿todavía estamos así?” En Baleares, en Tarragona, en Benidorm, en todos los centros turísticos españoles la simple hipótesis de que el próximo domingo no se levanten las restricciones a la movilidad genera la misma reacción: "Sería una hecatombe", "una catástrofe", "es que no me lo quiero ni imaginar".

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