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Paso en falso en la reforma laboral: sindicatos y patronal rechazan la propuesta de los ERTE
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El modelo RED liderado por Calviño

Paso en falso en la reforma laboral: sindicatos y patronal rechazan la propuesta de los ERTE

La mesa de este miércoles no consigue avances en las negociaciones abiertas y aprieta más los tiempos para el Gobierno. Los agentes sociales lamentan el tiempo perdido y piden rehacer el texto apadrinado por Calviño

Foto: Las vicepresidentas de Economía, Nadia Calviño, y de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)
Las vicepresidentas de Economía, Nadia Calviño, y de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)

La negociación del Gobierno con los agentes sociales para la reforma laboral se ha chocado de bruces este miércoles con un obstáculo inesperado: los ERTE. El Ejecutivo está desarrollando el diseño de los futuros expedientes de regulación temporal de empleo que deberían dar flexibilidad a las empresas ante las crisis para evitar que recurran a la vía del despido. El funcionamiento positivo de los ERTE de la pandemia, alcanzados por acuerdo en la mesa de diálogo, parecían presagiar un buen resultado en las negociaciones, pero el primer contacto ha sido de choque frontal. Este paso en falso supone un retraso en las negociaciones ya de por sí complejas que están todavía pendientes de resolver, como es el reequilibrio de fuerzas entre trabajadores y empresas en la negociación colectiva o las medidas para atajar el exceso de temporalidad. "Ha ido mal", reconocen fuentes del Gobierno tras la reunión.

El nuevo sistema, bautizado por el Gobierno como modelo RED, se ha topado con la oposición frontal de los agentes sociales, en especial de los sindicatos, que reclaman cambios profundos en el texto remitido por el Ejecutivo, explican fuentes del diálogo social. En concreto, el modelo que propone el Gobierno permitiría ajustes de empleo por la vía de la suspensión del contrato o las horas de trabajo en dos escenarios: crisis de un sector completo (reestructuración) o crisis de una empresa particular. En el primero de los casos, será el Gobierno de turno, a través del Consejo de Ministros, quien establezca las condiciones de estas ayudas públicas. En el segundo, que serían similares a los ERTE ETOP actuales, la empresa contará con bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social y una ayuda al despido si ese trabajador es recolocado en otra empresa.

Foto: Sánchez, Calviño y Díaz, en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Los sindicatos se han opuesto frontalmente a la fórmula propuesta por el Ejecutivo, en esta ocasión con los representantes de los ministerios de Economía y Seguridad Social también sentados en la mesa. Para CCOO, esta propuesta pone en riesgo todas las negociaciones realizadas hasta la fecha, ya que aleja cualquier posible acuerdo. En su opinión, estos ERTE tratan materias que no deberían abordarse en esta fase de la reforma laboral, ya que supone incorporar una complejidad a las negociaciones que solo va a retrasar el acuerdo. Por este motivo, el sindicato planteó en la reunión que las conversaciones se centren en cerrar los temas que están abiertos en vez de abrir nuevos frentes.

También la CEOE ha rechazado la propuesta, ya que considera que las condiciones de los nuevos ERTE serían más restrictivas que los que están vigentes actualmente y que, en vez de aligerar los costes para las empresas, supondrían una carga mayor. Fuentes de la patronal también explican que la introducción de esta nueva propuesta complica las negociaciones y aleja cualquier posible acuerdo.

Por su parte, UGT ha reclamado que los nuevos ERTE tengan unas cláusulas específicas de mantenimiento del empleo tal y como tienen los actuales de la pandemia y que tanto han criticado las empresas por suponer un freno para el ajuste de las plantillas. Para los sindicatos, es fundamental que las empresas que reciben estas ayudas públicas tengan que asumir un compromiso de garantía del empleo para evitar que el dinero público se derroche.

Los sindicatos también consideran que la propuesta del Gobierno introduce, de alguna forma, las premisas de la mochila austriaca al abaratar el despido: si una empresa consigue que uno de sus trabajadores en ERTE se recoloque en otra empresa, tendría que pagar una cuantía menor de su indemnización por despido. Además, los sindicatos critican que su papel en la gestión de los ERTE sería secundario, quedando la responsabilidad principalmente en manos de las empresas (quienes solicitan estas ayudas) y la autoridad laboral (quien analiza y acepta, si se cumplen los requisitos, la concesión de este esquema de protección de empleo).

UGT ha señalado tras el encuentro que la propuesta ha provocado una ralentización de las negociaciones, ya de por sí apuradas por los tiempos comprometidos con Bruselas. De ahí que haya reclamado a los tres ministerios participantes en la mesa (Trabajo, Economía y Seguridad Social) que reelaboren la propuesta en línea con el texto que se acordó con la Comisión Europea.

Foto: La vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE)

El Gobierno asume que va a tener que rehacer prácticamente por completo el sistema apadrinado por Nadia Calviño para los nuevos ERTE. La intervención de la vicepresidenta primera en el diálogo social no solo no ha pacificado las relaciones, sino que ha añadido más incertidumbre a un proceso negociador que el Ejecutivo de coalición quería tener firmado antes de final de este mes de noviembre.

El calendario, por tanto, queda ahora en entredicho ya que en las próximas semanas el Gobierno quería avanzar en otros asuntos en discusión, como la ultraactividad y la temporalidad. En el Ejecutivo, además, no esperaban un rechazo tan frontal al documento debatido este miércoles en el diálogo social, teniendo en cuenta que las próximas negociaciones se antojan aún más complicadas por el contenido a debatir.

"Ha ido mal", aseguran fuentes del Gobierno respecto a esta primera cita tras la paz sellada en la coalición la semana pasada. Por diferentes motivos, patronal y sindicatos han rechazado el documento de 27 páginas en el que Economía tomaba el mando de la situación. Tendrá que ser ahora el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social que dirige José Luis Escrivá quien, en colaboración con Trabajo y supervisados por Economía, rehaga para patronal y sindicatos el modelo ante el fracaso en esta reunión.

La negociación del Gobierno con los agentes sociales para la reforma laboral se ha chocado de bruces este miércoles con un obstáculo inesperado: los ERTE. El Ejecutivo está desarrollando el diseño de los futuros expedientes de regulación temporal de empleo que deberían dar flexibilidad a las empresas ante las crisis para evitar que recurran a la vía del despido. El funcionamiento positivo de los ERTE de la pandemia, alcanzados por acuerdo en la mesa de diálogo, parecían presagiar un buen resultado en las negociaciones, pero el primer contacto ha sido de choque frontal. Este paso en falso supone un retraso en las negociaciones ya de por sí complejas que están todavía pendientes de resolver, como es el reequilibrio de fuerzas entre trabajadores y empresas en la negociación colectiva o las medidas para atajar el exceso de temporalidad. "Ha ido mal", reconocen fuentes del Gobierno tras la reunión.

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