División y bloqueo entre los ministros de Energía de la UE por el tope del gas de Bruselas

Nueva reunión de ministros de Energía de la Unión Europea y nuevo choque de bloques. Los países que llevan meses solicitando medidas más ambiciosas para luchar contra el aumento de los precios de la energía han llegado a la reunión de este jueves en Bruselas enfadados con la última propuesta de la Comisión Europea para un tope del gas que ha sido considerado como insuficiente. El objetivo ahora es lograr afinar esa propuesta en las próximas semanas de cara a una nueva reunión convocada para el próximo 13 de diciembre. “La discusión ha sido bastante acalorada, y todos saben que hay opiniones muy divergentes sobre el nivel de tope propuesto por la Comisión”, ha explicado Jozef Sikela, ministro de Energía de República Checa, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la UE.

Hay mucho camino que recorrer, porque para algunos países cualquier tipo de tope es una mala noticia, como para Alemania o Países Bajos, mientras que para otras capitales, hasta 15, se trata de una idea totalmente insuficiente. Es “una tomadura de pelo”, ha asegurado Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno español, y la propuesta también ha sido criticada por otras participantes de la reunión, como Tinne Van der Straeten, ministra belga de Energía, o su homóloga francesa Agnès Pannier-Runacher, que consideró “insuficiente” el plan de Bruselas. La discusión ha sido muy acalorada.

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Un grupo de Estados miembros, entre ellos España, han bloqueado los otros dos elementos del paquete de medidas ante la crisis energética con los que se llegaba al encuentro: la creación de una plataforma de compra conjunta de gas y la aceleración de las renovables. Ribera se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de alcanzar un pacto final a mediados de diciembre. Alemania ha sido el único país que ha apoyado la idea de la Comisión, considerando que guarda el equilibrio entre los que piden un tope y los miedos de Berlín o La Haya a que pueda poner en riesgo el suministro. Países Bajos directamente rechaza la propuesta, aunque por las razones justo contrarias a las de España y el grupo de países que han bloqueado un acuerdo general en este Consejo.

“Sería enormemente desequilibrado respaldar políticamente y adoptar hoy las propuestas del Consejo sobre cómo acelerar el despliegue de renovables y cómo reforzar la solidaridad para con quien lo necesita y, sin embargo, dejar en el vacío una propuesta de la Comisión que, a todas luces, nos parece absolutamente inaplicable e ineficaz”, han señalado desde el ministerio de Transición Ecológica.

Trabajo sobre la propuesta

La propuesta inicial del Ejecutivo comunitario es prácticamente inoperable. Se trata de un tope que se activaría cuando el gas supere durante dos semanas los 275 euros/MWh en el mercado de referencia europeo, el TTF holandés, y haya una diferencia de al menos 58 euros respecto al precio de referencia del mercado global. Esas condiciones no se habrían cumplido ni en el momento de máxima tensión del mercado del gas en agosto, cuando se superó ese límite de precio durante solamente seis días. Actualmente el precio del gas en el TTF ronda los 120 euros/MWh.

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“Tal y como están definidas estas tres condiciones parece diseñado para garantizar que nunca jamás se llegue a aplicar y eso nos parece una broma de mal gusto por parte de la Comisión”, ha criticado Ribera, que ha sido una de las más duras contra la propuesta de la Comisión. La reunión de embajadores europeos celebrada este miércoles ya fue un encuentro complejo en el que quedó claro que el Consejo iba a ser “complicado”, como ha confesado al finalizar la vicepresidenta del Gobierno.

“Ciertamente no es una reforma estructural ni una respuesta al alto precio del gas que enfrenta la industria europea y que pone en peligro nuestras economías. No es un texto suficiente”, ha subrayado por su parte Pannier-Runacher. "A este nivel, no es un techo. Los precios del gas amenazan a los hogares y las empresas, hemos perdido demasiado tiempo sin resultados", ha señalado por su parte el griego Konstantinos Skrekas.

La idea ahora es trabajar de cara al próximo 13 de diciembre y que la presidencia checa vaya buscando un espacio en el que sea posible alcanzar un consenso. Al finalizar el encuentro Ribera ha explicado que el grupo de los 15 países que se han enfrentado a la propuesta del Ejecutivo comunitario quieren que se establezca un precio más bajo y que haya una “referencia dinámica” y no un tope alto que, según los díscolos, acabará alimentando que los precios se ajusten al techo establecido. Además, quieren retirar algunos de los otros requisitos exigidos por Bruselas, como los 15 días de altos precios.