Es noticia
EEUU se desengancha de China y da otro bocado a la globalización
  1. Economía
EL COMERCIO SE FRENA

EEUU se desengancha de China y da otro bocado a la globalización

EEUU se aleja de China. Y lo hace cada vez de una forma más intensa. Un informe del Instituto Peterson revela una caída del 23% en los flujos comerciales entre ambos países respecto de su tendencia

Foto: Joe Biden, presidente de Estados Unidos. (EFE/Yuri Gripas)
Joe Biden, presidente de Estados Unidos. (EFE/Yuri Gripas)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Muchas cosas han cambiado en la economía global desde que Donald Trump alcanzó la presidencia de EEUU (2017). En particular, desde que Washington iniciara una guerra comercial con China que todavía dura, y que de forma más o menos soterrada, dependiendo del momento político, recorre las venas de los intercambios de bienes y servicios a nivel mundial.

El resultado, como no puede ser de otra manera, se ha traducido en una caída sin precedentes en las relaciones comerciales entre los dos colosos económicos del planeta. Al menos, desde que China inició su apertura comercial, y que se resume en un dato. Las exportaciones estadounidenses a China son hoy un 23% más bajas del volumen que se hubiera registrado tendencialmente en caso de que Trump no hubiera lanzado la guerra comercial al comienzo de su mandato. Es más, los flujos entre ambos países ni siquiera han mejorado después de que el propio expresidente firmara una tregua que en síntesis suponía que China se comprometía a comprar 200.000 millones de dólares adicionales en bienes y servicios procedentes de EEUU.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí.

El análisis lo han hecho los economistas Chad P. Bown y Yilin Wang, investigadores del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés), y su valor es que pone cifras a las consecuencias de la creciente guerra fría, no solo en el plano geopolítico, en aras de ganar poder respecto a sus respectivas áreas de influencia, sino también comercial.

No es una guerra cualquiera, a la vista del peso conjunto de EEUU y China en el comercio mundial de mercancías. Un 23% en el caso de las exportaciones y un 24,9% en el de las importaciones, lo que da idea de su importancia. Los autores del estudio hablan ya, incluso, de desacoplamiento de las dos principales economías, lo que afecta, lógicamente, a los indicadores de globalización y altera la correlación de fuerzas en el comercio mundial.

Los problemas de Tesla

Se pone como ejemplo que algunas de las principales exportaciones de manufacturas, como la venta de automóviles o de aviones Boeing, prácticamente han desaparecido, mientras que las ventas de semiconductores fabricados en EEUU y vendidos en el pasado a China han caído drásticamente y es probable que no regresen a los niveles anteriores a 2017, a la vista de los controles que han impuesto las autoridades estadounidenses. El informe subraya que cuando se impusieron los aranceles, algunos fabricantes de coches, como Tesla, decidieron trasladar su producción fuera de EEUU para así poder retener a sus clientes en China, pero lo cierto es que el volumen de ventas no se ha recuperado.

El punto más caliente es el de los semiconductores, hasta el punto de que China ha llevado EEUU ante la OMC (Organización Mundial de Comercio) y ha acusado a Washington de "destruir" el comercio mundial y querer liquidar sus reglas. EEUU, incluso, ha prohibido vender los componentes necesarios para fabricar chips, que siempre ha sido una de las desventajas chinas frente a territorios como Taiwán, lo que en parte puede justificar los anhelos de reunificación. Un juez llegó a autorizar a China a imponer aranceles a EEUU por valor de 635 millones de dólares por los daños causados a los exportadores chinos.

En el caso de la aviación, sucede algo parecido. Las autoridades chinas, históricamente, han dividido sus compras entre Boeing y Airbus al 50%, pero Pekín anunció hace unos meses que las aerolíneas estatales chinas habían adquirido aeronaves por valor de 40.000 millones a la europea Airbus, lo que no puede dejarse de vincular a la geopolítica. China, incluso, sancionó a un ejecutivo de la división de defensa de Boeing por la venta de armas a Taiwán.

Foto: El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en una recepción en el Kremlin, el 21 de marzo. (Reuters/Pavel Brykin)

También el valor de las exportaciones de energía de EEUU a China ha caído un 13%, pese a los altos precios y las ingentes necesidades de aprovisionamiento que tiene la economía del gigante asiático, lo que puede achacarse a que, tras la guerra y su posicionamiento estratégico, Pekín ha encontrado un proveedor más cercano y confiable en Rusia. Mientras que los volúmenes de exportación de petróleo, gas y carbón de EEUU a la Unión Europea han aumentado de forma intensa desde el 24 de febrero del año pasado, en todos los casos por encima del 46%, los flujos con destino China se han hundido hasta en un 77%.

Las exportaciones de servicios desde EEUU, igualmente, todavía no han recuperado los niveles previos a la pandemia, lo que es muy relevante para la economía china. Algo que puede explicar las necesidades que tienen las autoridades de Pekín de acercarse a Europa para sustituir las importaciones procedentes de EEUU, cuyo volumen es cada vez menor. En esta clave puede interpretarse el anuncio de la visita de Pedro Sánchez a Xi Jinping en su calidad de próximo presidente rotatorio de la UE. No hay que olvidar que China es un gran exportador, pero también un enorme importador. Europa carece de materias primas, pero tiene gran capacidad para exportar servicios, que es lo que demanda China ante la retirada paulatina de las empresas norteamericanas.

Barreras a la exportación

Los autores del estudio achacan lo que está sucediendo al mantenimiento, aunque con menos propaganda de cara a la opinión pública, de aranceles mutuos, además de instrucciones políticas y nuevas normas legales que hacen más difícil el comercio entre ambos países. En el caso de EEUU, Trump impuso barreras a la exportación de 300.000 millones de dólares procedentes de China, mientras que en la marcha atrás también ha contribuido la pérdida de competitividad de EEUU por el alza de los precios interiores, lo que hace que preste hoy mayor atención a su mercado doméstico, con las consecuencias geopolíticas que esto puede suponer. Medidas defensivas en el comercio mundial suelen tener consecuencias a medio y largo plazo.

Esta falta de competitividad se manifiesta en una evolución preocupante para EEUU

Esta falta de competitividad se manifiesta en una evolución preocupante para EEUU, que si en 2017, al comienzo de la presidencia de Trump, representaba el 8,7% del comercio mundial de mercancías, hoy ese porcentaje ha bajado hasta el 7,8%, ya muy cerca de un país bastante menor, como es Alemania (7,3%).

Foto: Vista del exterior de El Gran Salón del Pueblo de Pekín. (EFE/EPA/Mark R. Cristino)
TE PUEDE INTERESAR
China se sacude los complejos y empieza a actuar como una superpotencia
The Wall Street Journal. Jonathan Cheng

En aras de lograr revertir esa tendencia, y al final de su mandato, Trump firmó el llamado acuerdo fase uno, por el que China se comprometía a comprar mercancías y servicios por valor de 200.000 millones de dólares, pero la realidad es que ha sido papel mojado. El acuerdo expiró a finales de 2021 y Pekín ha incumplido lo pactado. No ha habido compras adicionales. Los flujos comerciales entre ambos países no solo no se han recuperado, sino que han empeorado. Antes de las guerra comercial, la exportación de manufacturas hacia China representaba el 44% del total de bienes y servicios, pero en 2022 ese porcentaje ya había caído hasta el 41%.

El único sector relevante que se salva del flujo de mercancías entre China y EEUU es la agricultura, donde el efecto sustitución es más difícil. Las exportaciones agrícolas estadounidenses a China han continuado creciendo, impulsadas por precios globales más altos debido a múltiples factores, incluida la guerra en Ucrania. En 2022, en concreto, crecieron un 16% respecto del año anterior. Gracias a leyes como la Inflation Reduction Act y la Chips and Science Act, lanzadas ya en época de Biden, el Congreso ha aprobado ayudas públicas por valor de 465.000 millones de dólares para impulsar las energías verdes y la industria local de semiconductores en detrimento de terceros. En particular, China.

Muchas cosas han cambiado en la economía global desde que Donald Trump alcanzó la presidencia de EEUU (2017). En particular, desde que Washington iniciara una guerra comercial con China que todavía dura, y que de forma más o menos soterrada, dependiendo del momento político, recorre las venas de los intercambios de bienes y servicios a nivel mundial.

Noticias de China Estados Unidos (EEUU) Organización Mundial del Comercio (OMC)
El redactor recomienda