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Los pensionistas son los únicos que reciben más prestaciones de las que pagan
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INFORME DE FEDEA

Los pensionistas son los únicos que reciben más prestaciones de las que pagan

Una de las funciones de la política fiscal tiene que ver con su efecto redistributivo. Pero no siempre ocurre así. En España, los únicos beneficiados son los pensionistas. El resto de contribuyentes no sufre apenas cambios

Foto: Los pensionistas reciben más prestaciones de las que pagan. En la imagen, recogida de firmas en defensa de las pensiones en Madrid. (EP/Carlos Luján)
Los pensionistas reciben más prestaciones de las que pagan. En la imagen, recogida de firmas en defensa de las pensiones en Madrid. (EP/Carlos Luján)
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¿Quién gana y quién pierde con la política redistributiva del Estado a través de los impuestos? La respuesta no deja lugar a dudas: son los hogares cuyo sustentador principal tiene más de 65 años, normalmente un pensionista, quienes se benefician. Solo hay una excepción. Pagan más de lo que reciben (son contribuyentes netos) aquellos hogares con edades superiores a esos 65 años, siempre que estén incluidos en el 1% más rico. El resto, por el contrario, recibe más de lo que paga.

En concreto, los hogares de menos de 65 años, unos 13,7 millones, son contribuyentes netos (el 73% del total), mientras que los mayores de esa edad, los aproximadamente cinco millones de hogares restantes, son beneficiarios netos (el 27% del total). El resultado global, teniendo como referencia el año 2019, que se considera neutral al no estar condicionado por los efectos de la pandemia, es que el conjunto de impuestos considerados representa un 35,5% de la renta bruta de los hogares residentes, mientras que la suma de las prestaciones monetarias y en especie obtenidas supone el 34,8% de esa misma magnitud.

Los datos proceden de un estudio publicado por Fedea que revela que no existen diferencias importantes en los saldos medios correspondientes a los diversos grupos de hogares por debajo de los 65 años. Es decir, no hay ningún colectivo especialmente perjudicado ni particularmente beneficiado por las políticas públicas.

Para alcanzar sus conclusiones, los autores han utilizado prestaciones como las pensiones públicas de jubilación y de supervivencia, las prestaciones y subsidios por desempleo, los pagos por invalidez, enfermedad, asistencia social, ayudas al estudio, familiares y a la vivienda; así como prestaciones en especie. Por el lado contrario, se incluyen el IRPF, el impuesto sobre sociedades, el impuesto sobre el patrimonio, las cotizaciones sociales a cargo del trabajador por cuenta ajena o del autónomo, más el IVA, además del resto de impuestos.

Diferencias por edad

El que no haya ganadores ni perdedores claros no significa, sin embargo, que no haya diferencias en función de la edad. El estudio recuerda que a medida que aumenta la edad del sustentador principal del hogar, el saldo distributivo va siendo más favorable, con la excepción de los hogares de menor edad (entre 16 y 30 años), que tienen un saldo más beneficioso que los dos siguientes grupos, aunque inferior a los hogares entre 50 y 65 años. Estos últimos constituyen, dentro de los contribuyentes netos, el grupo más favorecido, siendo el que tiene una mayor renta bruta media.

La causa de que los hogares formados por mayores de 65 años tengan un saldo positivo tiene que ver, precisamente, con el hecho de que al tratarse de pensionistas, en su gran mayoría, no están obligados a pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que reduce, sostiene el trabajo, de forma importante el tipo medio que soportan.

El estudio ha sido realizado por los economistas Julio López Laborda (Universidad de Zaragoza), Carmen Marín González (Fedea) y Jorge Onrubia (Universidad Complutense), y su utilidad viene dada por el hecho de que analiza la política redistributiva del sector público no desde la óptica de la renta, sino utilizando variables demográficas. Es decir, se busca el saldo entre lo que un hogar aporta al sistema fiscal (incluyendo los pagos a la Seguridad Social) y finalmente lo que recibe, lo que permite hacer comparaciones intrageneracionales.

Foto: Foto: Unsplash/Bruno Martins.

Así, por ejemplo, las parejas con un solo perceptor de rentas son beneficiarias netas de la intervención pública en dos momentos de su ciclo vital: muy levemente, cuando tienen hijos menores, y de forma importante, cuando el perceptor de renta se jubila. En el caso de las parejas con dos perceptores de renta, solo son beneficiarias netas de la intervención pública cuando ambos miembros se hayan jubilado. Por último, los hogares monoparentales, dice el estudio, solo son beneficiarios netos de la intervención pública a través de impuestos y prestaciones cuando tienen hijos menores o el progenitor está jubilado.

La información obtenida, igualmente, permite conocer la capacidad redistributiva de los impuestos en función de la edad. Esto es especialmente relevante para los mayores de 65 años, toda vez que se trata del colectivo que más dificultades tiene para encontrar rentas alternativas a la pensión y, por lo tanto, su capacidad de respuesta a una caída de la renta es menor. Las pensiones, de hecho, están consideradas el instrumento con mayor efecto redistributivo, tanto en España como en la Unión Europea.

Antes y después

Algunos estudios europeos citados por el trabajo de Fedea han encontrado evidencias de que la mayor parte de la reducción de la desigualdad que se ha alcanzado en la Unión Europea es debida, precisamente, a la menor desigualdad entre las personas mayores a través del sistema público de pensiones. Con todo, según un artículo publicado por el ministro Escrivá cuando era presidente de la AIReF, la capacidad redistributiva de la política fiscal en España es muy limitada.

Foto: Manifestación por las pensiones dignas. (EFE/Chema Moya) Opinión

El estudio, publicado en Información Comercial Española, concluía que la comparación del índice Gini previo a la aplicación de impuestos y transferencias (el llamado Gini de mercado) con el posterior (Gini de renta disponible) indica una escasa capacidad redistributiva de la política fiscal española en relación con otros países de nuestro entorno.

En Francia, el índice Gini de mercado (0,46) se reduce en 0,16 puntos porcentuales gracias al efecto redistributivo de la política económica, mientras que en España, en cambio, a pesar de partir de una posición superior, el efecto redistributivo era de apenas 0,08 puntos, es decir, la mitad que en Francia. Las cotizaciones sociales resultan incluso regresivas en España frente a su progresividad en Francia, y no se observan grandes diferencias en el papel redistributivo de los impuestos, sostenía el ministro de la Seguridad Social.

¿Quién gana y quién pierde con la política redistributiva del Estado a través de los impuestos? La respuesta no deja lugar a dudas: son los hogares cuyo sustentador principal tiene más de 65 años, normalmente un pensionista, quienes se benefician. Solo hay una excepción. Pagan más de lo que reciben (son contribuyentes netos) aquellos hogares con edades superiores a esos 65 años, siempre que estén incluidos en el 1% más rico. El resto, por el contrario, recibe más de lo que paga.

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