La Generalitat carga contra el Cercle por advertir del empobrecimiento de Cataluña

La Generalitat ha cargado contra el Cercle d’Economia por su última nota de opinión en la que advertía que Cataluña se estaba empobreciendo en términos relativos respecto a Europa y respecto a España. "Cualquier tipo de datos es perfectamente interpretable y la interpretación que hace el Cercle no es compartida ni por el Departamento de Economía ni por la Generalitat", ha señalado hoy la portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja, tras la rueda de prensa del Consell Executiu.

"La economía catalana va bien y no creemos en el derrotismo que venden algunos. Tenemos retos importantes y avanzamos hacia un modelo catalán. Y podemos añadir que Cataluña es la comunidad líder en la creación de puestos de trabajo. Ni la opinión ni los datos en los que está trabajando el Círculo de Economía son compartidos por la Generalitat". En opinión de Patrícia Plaja, "hoy las condiciones son espléndidas tal y como demuestran los datos de inversión extranjera". Sobre la marcha de sedes de empresas, Plaja ha valorado que "no había ningún motivo para que se fueran y ahora no hay motivo para pedirles que vuelvan".

En su última nota, el Cercle recordaba que "en 2021 el nivel de renta per cápita en términos reales era muy parecido al de 2000. Este estancamiento todavía resulta más preocupante si se tiene en cuenta que, durante este periodo, Cataluña ha perdido posiciones relativas respecto a España y a Europa: en 2000, la renta per cápita en Cataluña era un 24% superior a la española y un 20% superior a la media de la UE. En el 2021, estos porcentajes se habían reducido al 17% y al 1%, respectivamente".

"En resumen, desde los inicios de siglo ha habido un estancamiento absoluto del nivel de vida y un declive relativo respecto a España y a Europa. Y, aunque las cifras de 2022, que han sido buenas, puedan suavizar un poco estas tendencias, el diagnóstico de fondo no cambia", advertía la nota del lobby empresarial.

Distorsión en el mercado laboral

El Cercle lamentaba, además, que "a Cataluña le cuesta generar puestos de trabajo de calidad. Hay muchos trabajadores jóvenes y de mediana edad, altamente cualificados y con ganas de progresar, que no encuentran en Cataluña un trabajo adecuado a sus aspiraciones. Así, en Cataluña, el mercado laboral sufre una disfunción singular: la falta de adecuación entre la oferta y la demanda de trabajos altamente cualificados supone que muchos jóvenes muy formados vean frustradas sus expectativas profesionales y vitales o las tengan que satisfacer fuera".

Estos problemas eran vinculados por el Cercle a la marcha de sedes que se vivió en 2017. "La fuga de empresas, sobre todo de las más grandes, a raíz del procés ha agravado este problema. Lo más preocupante no solo es el impacto directo de esta salida, sino también el efecto reputacional que supone, que penaliza a Cataluña en la localización de centros de decisión empresariales".

Para la entidad que preside Jaume Guardiola, que era consejero delegado del Banco Sabadell cuando se fue de Cataluña, "el retorno de estas empresas sería así doblemente positivo para Cataluña, pero es a la Generalitat a quien corresponde crear las condiciones para que sea finalmente posible".