La reforma laboral reduce la temporalidad, pero no los despidos

La reforma laboral consiguió corregir la gran singularidad de España respecto de los contratos temporales. Las empresas se adaptaron rápidamente al cambio legal y, de forma masiva, reconvirtieron sus contratos temporales en indefinidos. Las tasas de temporalidad en el sector privado (el público todavía tiene que hacer sus deberes) se sitúan ya en niveles similares a los europeos. Sin embargo, los despidos no dejan de sucederse cuando ya ha pasado más de un año y medio de la entrada en vigor plena de la ley.

En el tercer trimestre del año, se quedaron sin trabajo algo más de 600.000 personas, con datos corregidos de estacionalidad, como muestra la última estadística de flujos del mercado laboral publicada por Eurostat. En total son el 24% de los trabajadores que se quedaron en el paro en toda la Unión Europea. El peso del empleo español sobre el total europeo apenas es del 10%, lo que significa que su participación en los despidos es dos veces y media superior.

La reforma laboral no ha conseguido evitar que España siga siendo el país de la gran rotación en el empleo. Las empresas ahora ya no destruyen tantos contratos temporales, pero lo hacen con los indefinidos. Una parte de esta rotación es consecuencia de que a algunos fijos discontinuos que entran en periodo de inactividad se les considera parados, pero es una cifra que no explica las altas tasas de rotación. De hecho, la rotación real es superior, porque algunos fijos inactivos no se consideran parados si no están buscando empleo o no están disponibles para trabajar.

En total, cada trimestre se van al paro casi el 3% de los trabajadores, el dato más alto de toda Europa. En el conjunto de la Unión Europea, el porcentaje de trabajadores que pierde su empleo es del 1,2%, menos de la mitad que en España. Y en los países con mercados laborales más estables, como Alemania, Eslovenia o Eslovaquia, el porcentaje no alcanza el 1%.

Las tasas de rotación en España en la actualidad son similares a las que había antes de la reforma laboral y también antes de la pandemia. A finales de 2021, el porcentaje de trabajadores que perdían su empleo ya era inferior al 3%, y en 2019 eran levemente superiores a ese porcentaje. España ya se situaba a la cola de Europa, y se mantiene en esa situación.

Encontrar un empleo

La rotación no solo implica despidos, también contrataciones. España es el país europeo en el que más parados encuentran un trabajo. En el tercer trimestre del año, fueron 701.000 personas, un 23% del total de desempleados que encuentran un trabajo de toda la Unión Europea.

Esta rotación implica que hay muchas oportunidades de encontrar un trabajo para los parados. Casi el 25% de los parados pasó a la ocupación en el tercer trimestre del año. El problema para ellos es que viven atrapados en la rueda de la rotación, incluso con contratos indefinidos, por lo que tienen un riesgo muy alto de volver al paro.

Las características propias de la economía española, con sectores altamente estacionales como el turismo o la agricultura, no son explicación suficiente para tener unos niveles tan elevados de rotación. Las empresas siguen destruyendo empleos de forma periódica, un reto que, a la luz de los hechos, parece más complejo que prohibir los contratos temporales.