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La inmigración salva a Europa del déficit de mano de obra e impulsa el PIB
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INFORME DE LA COMISIÓN EUROPEA

La inmigración salva a Europa del déficit de mano de obra e impulsa el PIB

Los flujos migratorios crecen, y lo hace de una manera tan significativa que han logrado frenar el déficit estructural de mano de obra que castiga a la Unión Europea. España, Alemania, Serbia, Malta..., son algunos ejemplos

Foto: Un inmigrante trabajando en la construcción. (iStock)
Un inmigrante trabajando en la construcción. (iStock)
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Los flujos migratorios continúan creciendo. Y lo hace de una manera tan significativa que han logrado frenar el déficit estructural de mano de obra que castiga desde hace tiempo a la Unión Europea. El informe de primavera de la Comisión, en concreto, destaca que la inmigración ha contribuido en los últimos años de una forma significativa a ensanchar la oferta laboral y aligerar algunos cuellos de botella que se producían en el pasado.

En particular, en aquellos países, como Alemania, en los que existe un claro desajuste entre oferta y demanda laboral, pero también en España. En este caso, no de forma global sobre el conjunto de la economía, sino en algunos sectores que están tirando más de la actividad, como la hostelería o la construcción, y que son los que más necesitan mano de obra. España, sin embargo, sigue siendo el país de la Unión Europea con una tasa de desempleo más elevada, en parte debido, precisamente, al crecimiento de la población activa (ocupados y parados) derivado de la entrada de inmigrantes.

A ello ha contribuido, destacan los economistas de la Comisión Europea, el alto grado de integración de los inmigrantes que se ha producido en el mercado laboral. Un pequeño país, como Malta, pudo crecer un 5,6% el año pasado gracias a la entrada de inmigrantes para trabajar en sectores relacionados con el turismo y la hostelería. Algo parecido ha sucedido en un país candidato, como es Serbia, en este caso a consecuencia del incremento de la inmigración procedente de Rusia.

Esto explica, como sostiene Bruselas, que los indicadores del mercado laboral se hayan suavizado en los últimos meses al calor de la mayor actividad y al incremento de la oferta laboral. En febrero de este año, las vacantes habían disminuido hasta un 30% por debajo de los picos alcanzados a principios de 2022, aunque se mantienen muy por encima de los niveles previos a la pandemia. Muchas de esas vacantes han sido cubiertas por inmigrantes.

Inmigración irregular

En España, el porcentaje de extranjeros en relación con el número de afiliados a la Seguridad Social ha escalado hasta el 13,1%, casi cuatro puntos más que antes de la pandemia. Tan solo el año pasado, según el informe de proyecciones macro del Banco de España, el número de trabajadores nacionales cotizantes creció un 1,7%, pero en el caso de los extranjeros aumentó un 9,5%. Ahora bien, si además se incluyen los inmigrantes irregulares, es decir, aquellos que no han podido lograr los papeles después de año de residencia o por arraigo se estaría hablando de una cifra más elevada.

Funcas ha estimado recientemente que el número de extranjeros residentes en España en situación administrativa irregular podría situarse ya en el entorno de 700.000, lo que supone el 17% de la población extranjera no comunitaria. Esta cifra, recuerda, "es considerablemente superior" a la que arroja la estimación de población extranjera en situación irregular a finales de 2021, de unas 480.000 personas. Se trata de una cifra similar a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada y aceptada por el Congreso hace unas semanas, y que busca la regularización, aunque en la práctica continúa sin avances legislativos.

El factor que puede estar condicionando esta evolución es la coyuntura económica del país, que incentiva la contratación para atender los incrementos de demanda, sobre todo en los sectores intensivos en mano de obra. Según Funcas, la política de laissez-faire que ha caracterizado la gestión migratoria en España durante las últimas tres décadas explica en parte ese fenómeno.

Como recuerda la OCDE, la migración familiar siguió siendo la principal vía de entrada para nuevos migrantes de tipo permanente, no coyuntural, representando el 40% de toda la migración de tipo estable, mientras que la migración laboral gestionada y la libre movilidad representaron ambas el 21% cada una.

Mujeres migrantes

Lo mismo ha sucedido en los países de la OCDE, donde se han contabilizado seis millones de nuevos inmigrantes, sin contar los refugiados procedentes de Ucrania. La falta de mano de obra es lo que explica, precisamente, que en más de la mitad de los países de la OCDE la tasa de empleo de los inmigrantes se sitúe hoy en los niveles más altos en dos décadas.

Entre 2021 y 2022, la tasa de empleo de los migrantes mejoró en todos los países de la organización, excepto en Polonia –que tuvo una gran afluencia de refugiados de Ucrania– y alcanzó el nivel más alto registrado en toda la OCDE. Lo que se ha producido es una mejora particularmente fuerte en los resultados del mercado laboral de las mujeres migrantes, disminuyendo la brecha de género en varios países.

En Alemania, por ejemplo, la Agencia Federal de Empleo ha revelado que el número de trabajadores extranjeros aumentó el año pasado un 7%, hasta 5,33 millones. Alrededor del 20% procedían del Espacio Económico Europeo (la UE más Islandia, Liechtenstein y Noruega).

El otro factor que más ha contribuido a paliar la falta de mano de obra ha sido la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. En paralelo, aunque de una manera menos relevante, se ha producido una prolongación de la vida laboral efectiva. Es decir, los trabajadores se jubilan más tarde. En el caso de las mujeres, la tasa de empleo ha crecido de forma persistente desde la pandemia, con un crecimiento de 1,8 puntos porcentuales entre el cuarto trimestre de 2019 y el cuarto trimestre de 2023.

Como consecuencia de ello, la UE ha alcanzado máximos históricos en la tasa de empleo (relación de ocupados y población en edad de trabajar entre 16 y 64 años) los trabajadores nativos (71%, entre 15 y 64 años), sino también para trabajadores móviles de la UE (76%), así como trabajadores de terceros países (65%). En Alemania, se estima que el año pasado el aumento del empleo sujeto a cotizaciones a la Seguridad Social se debe de forma casi exclusiva a los trabajadores no nativos.

Los flujos migratorios continúan creciendo. Y lo hace de una manera tan significativa que han logrado frenar el déficit estructural de mano de obra que castiga desde hace tiempo a la Unión Europea. El informe de primavera de la Comisión, en concreto, destaca que la inmigración ha contribuido en los últimos años de una forma significativa a ensanchar la oferta laboral y aligerar algunos cuellos de botella que se producían en el pasado.

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