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El último estudio de la brecha salarial: las madres acaban ganando más que las mujeres sin hijos
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La prima de la maternidad

El último estudio de la brecha salarial: las madres acaban ganando más que las mujeres sin hijos

La maternidad supone una gran penalización para las mujeres, pero a lo largo de su carrera laboral logran dar la vuelta a la brecha con las no madres, pero no se acercan a los padres

Foto: Imagen de una mujer con su hijo. (EFE/Marta Pérez)
Imagen de una mujer con su hijo. (EFE/Marta Pérez)
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La maternidad es la causa principal de la brecha de género. No hay ninguna duda de esto. Multitud de estudios han evidenciado cómo la trayectoria laboral de las mujeres se queda rezagada respecto la de los hombres cuando tienen el primer hijo. Ya no hay ninguna duda ante la evidencia: la carrera profesional de las madres sufre un parón que condiciona para siempre sus expectativas de ingresos. Sin embargo, en la época más reciente, los economistas están analizando cómo compara la carrera laboral de quienes son madres con las que no lo son, y también cómo evoluciona su carrera profesional cuando los hijos crecen.

Uno de los estudios más completos lo acaban de publicar dos investigadores del Banco de España, Luis Guirola y Laura Hospido, junto con una investigadora de la Universidad Centroeuropea, Andrea Weber. Este estudio es relevante porque no sólo compara a las mujeres con los hombres, sino también a las mujeres madres con las que no lo han sido. Y no sólo en el momento de la maternidad, sino a lo largo del tiempo. El estudio se centra en la cohorte de mujeres nacidas en 1970, de modo que se puede comparar su situación cuando tenían hijos con la de ahora, que son trabajadoras veteranas. La novedad más importante que aporta el estudio es que “a los 50 años, la brecha de empleo entre madres y no madres se cierra en la mayoría de países”, escriben los autores.

En primer lugar, el estudio constata que existe una brecha laboral como consecuencia de la maternidad: muchas mujeres dejan de trabajar, otras trabajan menos horas y, en general, todas perciben menor salario. Pero tener un hijo no sólo crea una brecha de género, también genera una brecha entre las mujeres que son madres y las que no lo son. En España, a los 30 años, la tasa de empleo de las madres es casi un 15% inferior a la de las mujeres que no han tenido hijos y un 24% inferior a la de los hombres que han sido padres.

En este gráfico, y los que se muestran a continuación, se comparan las diferentes brechas laborales a la edad de 30 años (eje vertical) y a los 50 años (eje horizontal). La línea punteada indica el nivel en el que no se producen cambios en las brechas desde los 30 hasta los 50 años. Los países que se sitúan a la izquierda de la línea punteada, consiguen reducir las brechas a lo largo del ciclo vital (menor brecha a los 50 años que a los 30 años); por el contrario, los que están a la derecha han aumentado sus brechas.

El siguiente gráfico compara los niveles de ingresos entre las madres y las no madres. La maternidad provoca una brecha significativa, lo que significa que las madres también se quedan atrás respecto de las no madres. En España, las madres ganan un 30% menos que las no madres a la edad de 30 años. Una de las causas más evidentes de esta diferencia es que las mujeres madres tienen mayor propensión a aceptar trabajos a tiempo parcial (o reducciones de jornada) para compaginarlos con el cuidado de los hijos, lo que reduce drásticamente sus ingresos.

Sin embargo, las madres consiguen dar la vuelta a su situación a lo largo de su vida laboral, hasta el punto de que acaban teniendo un salario superior al de las no madres. “El contraste es sorprendente”, escriben los autores, “las madres no sólo alcanzan a las no madres en términos de ingresos, sino que, en varios países, obtienen mejores resultados”. A los 50 años, los ingresos de esas madres eran casi un 30% superiores a los de las no madres. Pero la diferencia también es positiva en la mayor parte de países desarrollados analizados: Bélgica, Alemania, Finlandia, Dinamarca, Suecia, EEUU… Hay cuatro países en los que esto no ocurre: Austria, Reino Unido, Italia y Portugal.

Esta progresión no ocurre si se compara a las madres con los padres. La brecha salarial apenas se reduce a lo largo de la vida laboral y en ningún país analizado hay un cierre total. En el caso de España, la brecha era del 40% cuando las madres tenían 30 años y en la actualidad, con 50 años, sigue siendo del 23% respecto de los padres. Esto significa que el salario de los padres evoluciona a un ritmo similar al de las madres a partir del momento en el que estas se reincorporan con cierta normalidad al mercado laboral. La mayor parte de la brecha se sigue explicando por el empleo a tiempo parcial, señalan los investigadores.

De hecho, en muchos países los hombres obtienen una prima salarial por ser padres. En la mayoría de países, los ingresos de los padres son superiores a los no padres. Aunque el estudio no analiza las causas, es probable que sea consecuencia de que los padres tienen que esforzarse más para obtener ingresos para la familia. Esto no ocurre en España, donde los no padres obtienen ingresos superiores a lo largo de toda su vida laboral, aunque la brecha se va cerrando con el tiempo desde el momento de la paternidad. "La selección positiva de las madres y los padres puede desempeñar un papel clave en la reducción de las brechas", apuntan los investigadores.

La educación

Otra de las grandes aportaciones de este estudio es que la educación está siendo clave en la reducción de las brechas de la maternidad. Las mujeres con estudios superiores llegan a los 50 años con tasas de empleo y niveles salariales superiores a los de las mujeres que no han tenido hijos. Aunque sufren un parón en su carrera laboral en los años posteriores a la maternidad, rápidamente recuperan el tiempo perdido y llegan a superar a las mujeres no madres a lo largo del ciclo vital.

Esta prima por maternidad es generalizada en todos los países para las mujeres universitarias, pero no ocurre lo mismo para las que no tienen estudios, donde hay una gran dispersión. No sólo eso, muchos países se sitúan muy cerca de la línea punteada, lo que significa que las madres apenas cierran la brecha que sufren tras tener a los hijos respecto de las no madres. Y lo mismo ocurre con los salarios: quienes reciben la prima de la maternidad son las mujeres altamente cualificadas.

Esta diferencia, por niveles educativos, refleja dos cuestiones. La primera, que la cualificación permite a las madres conseguir ascensos en las empresas. Las mujeres que trabajan más duro, pueden progresar y mejorar sus ingresos. La segunda es que las empresas podrían estar priorizando a las madres (y a los padres) cuando llegan a edades avanzadas.

“Nuestra evidencia muestra que las madres vuelven al mercado laboral una vez que sus hijos crecen y requieren menos cuidados”, concluyen los autores. Esta evidencia es relevante, porque da una perspectiva más amplia a las brechas salariales. "Las brechas de maternidad y paternidad en el empleo tienden a ser mayores en torno a los 30 años, cuando los niños son pequeños, pero convergen hacia niveles bajos en todos los países".

Las madres sufren una penalización importante tras tener a los hijos respecto de los hombres, pero también respecto de otras mujeres. Con el tiempo, consiguen cerrar esa brecha con las no madres, pero no ocurre lo mismo con los padres. Los datos muestran que la progresión en el mercado laboral es mayor entre quienes tienen hijos, ya que hacen mayores sacrificios para prosperar y mejorar sus ingresos. Con estos datos sobre la mesa, se confirma que el verdadero reto para avanzar hacia la igualdad es evitar la gran penalización que supone la maternidad.

La maternidad es la causa principal de la brecha de género. No hay ninguna duda de esto. Multitud de estudios han evidenciado cómo la trayectoria laboral de las mujeres se queda rezagada respecto la de los hombres cuando tienen el primer hijo. Ya no hay ninguna duda ante la evidencia: la carrera profesional de las madres sufre un parón que condiciona para siempre sus expectativas de ingresos. Sin embargo, en la época más reciente, los economistas están analizando cómo compara la carrera laboral de quienes son madres con las que no lo son, y también cómo evoluciona su carrera profesional cuando los hijos crecen.

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