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No es país para niños: España cae a los últimos puestos de Europa en ayudas a familias
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Un 51% menos que la eurozona

No es país para niños: España cae a los últimos puestos de Europa en ayudas a familias

El gasto público en ayudas a familias con hijos ha aumentado en los últimos años hasta recuperar los niveles de 2008, pero se ha quedado atrás en comparación con la mayor parte de países europeos

Foto: Un bebé recién nacido en el Hospital Universitario La Paz. (Europa Press/Carlos Luján)
Un bebé recién nacido en el Hospital Universitario La Paz. (Europa Press/Carlos Luján)
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La pobreza infantil es uno de los problemas sociales más graves que sufre España. La tasa de riesgo de pobreza infantil es la más alta de toda la eurozona, superando a Italia, Grecia y Francia. La elevada tasa de paro y la pobreza laboral (bajos salarios y poca intensidad laboral) están en la base de este problema, pero también el abandono que sufren por parte de las Administraciones Públicas. España cayó en 2021 al puesto 14 de los 19 de la eurozona en ayudas a las familias, la peor posición que ha tenido nunca.

Eurostat publicó el martes los datos actualizados de ayudas a familias con hijos menores de edad y, aunque España ha aumentado su gasto en los últimos años, se ha quedado atrás respecto del resto de países europeos. El total de ayudas públicas (incluyendo guarderías) se situó en 2.290 euros anuales por cada hijo menor de edad.

Esta ayuda es un 51% inferior a la media de la eurozona, donde alcanzó los 4.670 euros por niño. Y es casi una cuarta parte del país líder, Alemania, que supera los 9.530 euros de ayudas a familias con hijos.

Las diferencias con los países punteros no son tan amplias si se corrigen los datos en paridad de poder adquisitivo (porque 1.000 euros en España dan más de sí que en Alemania). Pero ocurre lo contrario con los países más pobres del continente. Tras realizar el ajuste por capacidad de compra, las ayudas de España se sitúan un 47% por debajo de las de Alemania, y un 46% por encima de las de Grecia, el último país en este ranking. Sólo hay seis países europeos con menores ayudas a la infancia: Chipre, Grecia, Portugal, Malta y Eslovaquia.

Una mejora insuficiente

España aumentó paulatinamente las ayudas públicas a familias con hijos durante los años de la burbuja inmobiliaria. Eran los años del cheque-bebé de 2.500 euros por nacimiento o adopción que aprobó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007 y que apenas estuvo tres años en vigor.

Con la llegada de la crisis, los gobiernos consideraron que las ayudas a familias eran prescindibles y comenzaron a recortarlas. Desde el máximo de 2009 hasta el mínimo de 2014 se redujeron en un 22% (en euros constantes). Estos recortes tardaron más de una década en revertirse íntegramente. No fue hasta el año 2021 cuando se recuperó el nivel de ayudas existente antes de la crisis financiera.

Desde 2014 hasta 2021 aumentaron un 31%. Este incremento se debe básicamente a dos políticas. La primera es el aumento de los niños en las guarderías, ya sea en centros públicos como en ayudas a la privada (los populares cheques guardería que pagan muchas comunidades autónomas). Actualmente, suponen más de un 37% del total de ayudas a familias con hijos, con algo más de 7.000 millones de euros de gasto.

La segunda política que ha impulsado las prestaciones no tenía como objetivo específico la infancia, sino la brecha salarial. Fue el aumento del permiso de paternidad para equipararlo al de las mujeres. De hecho, el objetivo de esta prestación no era aumentar los ingresos de las familias, que apenas varían, sino combatir la discriminación que sufren las mujeres jóvenes en el mercado laboral. En el año 2021 el gasto en permisos se situó en 3.700 millones de euros.

El gran agujero de ayudas a familias en España tiene que ver con prestaciones directas para el cuidado de los hijos, incluyendo también los beneficios fiscales. En España, las ayudas por hijo no alcanzan los 450 euros anuales, mientras que en el conjunto de la eurozona superan los 2.000 euros.

Estas ayudas son clave para muchos hogares, porque no sólo están relacionadas con el nacimiento del bebé y sus primeros años de vida, sino con el soporte económico al hogar durante sus años de dependencia. De hecho, es el principal canal de ayudas a los hogares en muchos países europeos. Por ejemplo, en Alemania estas transferencias alcanzan los 4.370 euros por cada menor de edad al año, diez veces más que en España.

En total, España destinó 18.900 millones de euros a ayudas a familias con hijos en el año 2021. Si se compara con el gasto en pensiones, sólo en 2023, el gasto en pensiones aumentó en 15.000 millones de euros. En un solo año el gasto en pensiones creció tanto como todas las ayudas a la infancia. El esfuerzo presupuestario que requiere la indexación de las pensiones al IPC y el envejecimiento apenas deja espacio para aumentar otras partidas de gasto.

La pobreza infantil es uno de los problemas sociales más graves que sufre España. La tasa de riesgo de pobreza infantil es la más alta de toda la eurozona, superando a Italia, Grecia y Francia. La elevada tasa de paro y la pobreza laboral (bajos salarios y poca intensidad laboral) están en la base de este problema, pero también el abandono que sufren por parte de las Administraciones Públicas. España cayó en 2021 al puesto 14 de los 19 de la eurozona en ayudas a las familias, la peor posición que ha tenido nunca.

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