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Los vecinos de estos pueblos aún no lo saben, pero viven en el futuro del sector bancario
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ECOS DE LA OPA BBVA-SABADELL

Los vecinos de estos pueblos aún no lo saben, pero viven en el futuro del sector bancario

Bezerreá (Lugo) o Villarejo de Órbigo (León) son los municipios más pequeños de España con una entidad del BBVA y otra del Sabadell. Serán los primeros en sentir los efectos de la concentración del sector

Foto: La calle de los bancos en Becerreá (Lugo), el pueblo más pequeño con un BBVA y un Sabadell. (Adrián Estévez/Wikimedia Commons)
La calle de los bancos en Becerreá (Lugo), el pueblo más pequeño con un BBVA y un Sabadell. (Adrián Estévez/Wikimedia Commons)
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A lo largo de su vida laboral, José Manuel Acebes pasó por siete empresas sin cambiar de silla. "Caja Rural Provincial, Caja Rural de León, Caixa Galicia, NovaCaixaGalicia, NovaGalicia Banco, Banco Etcheverría y la última, Abanca", explica este antiguo empleado de banca, que llevaba desde 1984 gestionando los depósitos de los vecinos de Villarejo de Órbigo.

El año pasado, poco antes de jubilarse, se convirtió en alcalde de este pueblo leonés de 2.930 habitantes, uno de los más pequeños en albergar una entidad del BBVA y otra del Banco Sabadell. Si la OPA del gigante vasco sale adelante, hasta 314 municipios españoles tendrán un anticipo de la próxima ola de concentración bancaria, un fenómeno que el sector lleva presenciando desde que Acebes se sentó por primera vez tras la ventanilla de una sucursal en la cercana Astorga. España es actualmente el segundo país europeo con menor diversidad de entidades bancarias, y de completarse esta absorción, los tres mayores bancos manejarían más del 70 % de los créditos y depósitos.

A unos 145 kilómetros al noroeste, subiendo por la A6, encontramos el municipio lucense de Becerreá. Según nuestro listado, basado en datos del Banco de España, es el municipio más pequeño (2.755 habitantes) con una dupla de sucursales de BBVA y Sabadell. Para el pueblo, cómo acaben las negociaciones resulta vital. Según su regidor, Manuel Martínez, "sea porque hay dinero o porque somos cabeza de comarca", el concello de Becerreá siempre fue de tener muchos bancos.

Sin embargo, de completarse la absorción de la entidad sabadellense por parte de la vizcaína, el futuro banco pasaría a controlar el 40 % de las cinco entidades de Becerreá. O el 50 %, si optasen por cerrar una de las dos oficinas.

Foto: Sede del BBVA en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
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"Aquí se suele trabajar mucho con Abanca", heredera de todas las cajas de ahorro gallegas, "y la gente del campo con la Caja Rural también, luego están estos dos bancos que menciona, más una sucursal del Santander, que absorbió otra del banco Pastor que también tenía oficina en el pueblo". La historia de la banca española de las tres últimas décadas, concentrada en un pueblo al pie de los montes Ancares.

"Aquí el descontento, más que nada, viene porque antes la gente que trabajaba en los bancos era de la zona, ahora los cambian mucho y rápido", explica Martínez con sus 17 años de alcalde a la espalda. "Con lo cual, eso de tener una estabilidad en el pueblo o la comarca para conocer a la gente, desapareció". Hace memoria para tratar de recabar cuántas entidades llegó a haber en su apogeo en Becerreá y le salen siete u ocho. "Quedarán la mitad de hace 20 años".

placeholder Una sucursal del BBVA en la Plaza Mayor de Benavente, Zamora. (Guille Cid)
Una sucursal del BBVA en la Plaza Mayor de Benavente, Zamora. (Guille Cid)

En Villarejo de Órbigo no tienen exactamente el mismo problema. Dado que están a 12 kilómetros de Astorga y 35 de León, los empleados de banca suelen tener más estabilidad que en otros pueblos… aunque todos viven fuera.

Los empleados de ambas oficinas viven la situación con la misma incertidumbre. Aunque, en términos de valoración bursátil, el pez grande pueda comerse al más pequeño, eso no se traducirá automáticamente en que los empleados de BBVA sean los que resulten indemnes de la fusión. En el municipio leonés, por ejemplo, el Sabadell tiene una oficina con cinco empleados que abre de lunes a viernes, mientras el banco vasco emplea una sucursal más modesta, con dos trabajadores y que no abre todos los días. Sin más información al respecto, Acebes se inclina a pensar que, en el caso de una posible fusión entre ambos, el resultado en Villarejo de Órbigo sería que sobreviviría la oficina actual del banco sabadellense, pero con la marca del BBVA.

La próxima frontera

A pocos kilómetros del municipio leonés, en Benavente (Zamora) también cuentan con una sucursal de cada uno de los bancos. Esta ciudad, con 17.000 habitantes, es una de esas urbes medias de la meseta que, en la última década, no paran de ver carteles de "se vende" en sus locales y pisos. En una fuga que no cesa, a día de hoy la mayoría de sus zonas comerciales tienen alguna tienda cerrada. Aunque en el caso de los bancos, los efectos de la concentración tardarán más en dejarse notar.

"Es un poco engañoso, porque sigue habiendo sucursales, pero han ido cerrando", comenta María, una vecina de toda la vida del pueblo. "Antes, el Banco Santander tenía tres oficinas; Caja España, otras dos… pero han ido desapareciendo, igual que el resto de comercios". De momento, ni ella ni nadie sabe qué pasará si la fusión del BBVA y el Sabadell se lleva a cabo, pero tiene seguro que una de las oficinas desaparecerá. "No sé con cuál se quedarían, la verdad".

placeholder La oficina del Banco Sabadell en el pueblo zamorano de Benavente. (Guille Cid)
La oficina del Banco Sabadell en el pueblo zamorano de Benavente. (Guille Cid)

"Ni siquiera los propios empleados de las oficinas lo saben", añade Carlos, que paseaba por su ciudad esta semana en que se celebran las Fiestas del toro. "Aquí sigue habiendo mucho negocio, aunque todo haya bajado, por eso no me atrevo a decir seguro que vayan a cerrar, pero imagino que una se quitarían de encima. Lleva más tiempo la del BBVA, pero no sé cuál seguiría".

Como suele suceder con los bancos, en el centro de Benavente todos están relativamente próximos. El BBVA y el Sabadell, en concreto, están a 90 metros el uno del otro, en los alrededores de la Plaza Mayor. BBVA tiene su espacio, más veterano, en pleno centro de la plaza; Sabadell, que muestra una oficina renovada, en una de las calles junto a la plaza. En la misma calle pueden encontrarse aún oficinas de Caja Rural, Santander o Cajamar.

"Hace tiempo que los bancos no son lo que eran. Antes tenías una relación de confianza con los trabajadores, ahora ya es otro mundo"

"No sé qué pasará, pero hace tiempo que los bancos no son lo que eran, antes ibas y tenías una relación de confianza con los trabajadores, te conocían y mantenías una relación estrecha", replica María. "Ahora ya es otro mundo, dentro de nada solo podremos ir con cita y para lo que ellos nos digan", algo que ya sucede normalmente en las grandes ciudades. Es, quizá, el único aspecto en el que los vecinos de estos pueblos aún viven en el pasado en la relación con sus bancos.

A lo largo de su vida laboral, José Manuel Acebes pasó por siete empresas sin cambiar de silla. "Caja Rural Provincial, Caja Rural de León, Caixa Galicia, NovaCaixaGalicia, NovaGalicia Banco, Banco Etcheverría y la última, Abanca", explica este antiguo empleado de banca, que llevaba desde 1984 gestionando los depósitos de los vecinos de Villarejo de Órbigo.

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