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La liberal argentina que reniega de Milei: "Está totalmente desconectado de la realidad"
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ENTREVISTA CON ANTONELLA MARTY

La liberal argentina que reniega de Milei: "Está totalmente desconectado de la realidad"

La politóloga y escritora caracteriza a su presidente como un populista de derechas en brazos del nacionalismo cristiano: "Él, que tanto habló de libertad, va a quedar asociado a algo totalmente iliberal"

Foto: La escritora y politóloga argentina Antonella Marty posa para El Confidencial. (S. B.)
La escritora y politóloga argentina Antonella Marty posa para El Confidencial. (S. B.)
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Antonella Marty (Rosario, Argentina, 1992) califica su último libro como "una obra alarmista" sobre la deriva de las ideas. Ideologías. Las ideas políticas que mueven el mundo, editado por Deusto, intenta poner orden donde solo brota el caos y la confusión. Tanto, que el presidente de Argentina, Javier Milei -un "populista de derechas", como lo define autora-, se ha convertido en el paladín de la ideología que surgió de la Ilustración para combatir el oscurantismo teocrático: el liberalismo. Y lo hace mientras sube impuestos, acapara poderes e intenta imponerle a la gente cómo tiene que vivir.

La politóloga y escritora millennial se ha convertido en una de las referencias del pensamiento liberal en español, que difunde a través de pódcast, libros y apariciones en los medios de comunicación. De visita en Madrid, atiende a El Confidencial en una de las mecas del liberalismo patrio: la Fundación Rafael del Pino. Habla de forma pausada y didáctica, y su discurso se armoniza con un espacio que, a escasos metros del bullicioso Paseo de la Castellana, invita a un tiempo de abstracción.

"Hay un liberalismo infiltrado por autores que ponen una etiqueta muy linda a unas medidas que están totalmente en contra de la libertad"

PREGUNTA. El liberalismo hunde sus raíces en el siglo XVIII, con la Ilustración y las revoluciones francesa y americana. Entonces, como dice en su obra, se pasa del mito al logos. Pero ahora estamos volviendo al mito. Este proceso, no sé si se puede calificar de reaccionario, trunca la evolución natural del liberalismo. ¿En qué momento se da la vuelta a la Historia?

RESPUESTA. A partir del siglo pasado, después del auge del comunismo y una vez terminada la Guerra Fría, aparece una necesidad del conservadurismo de retomar con fuerza la presencia del poder para renegar de una vida vivida de manera libre. La liberación sexual de la mujer, el consumo de drogas... desde una perspectiva liberal, uno puede hacer lo que quiera sin lastimar a los demás. Hoy vemos este rebrotar de un neoconservadurismo representado por los libertarios y paleolibertarios. Y en toda esa bolsa cae el liberalismo. Un liberalismo infiltrado política, académica e intelectualmente por muchos autores que hoy se llaman liberales, y eso de alguna manera les pone una máscara, una etiqueta muy linda a unas medidas que en realidad están totalmente en contra de la libertad.

Al final del día, uno ve cómo los populismos de derecha crean fantasmas una vez caído el comunismo, porque lo presentan como el gran peligro del mundo y realmente no hay tal cosa. Dicen que hoy vamos hacia una debacle total de la civilización y una degeneración completa por culpa de lo que llaman marxismo cultural, que no es otra vez nada más y nada menos que avances en términos de libertades civiles, sociales, que al final no son marxistas, sino que tienen que ver con procesos de liberación de la sociedad a los que teníamos que llegar y que tenemos que mantener. No podemos dar por sentado nunca esos avances. Hay siempre un entorno que quiere volver, que tiene esa nostalgia de un pasado inquisidor, moral y emocional.

"No sabemos en qué ha derivado el liberalismo, es una puerta que está totalmente abierta"

P. ¿No cree que estos movimientos que se arrogan la representación del liberalismo también puede surgir como una reacción a lo que algunos ciudadanos, en particular hombres jóvenes, consideran una imposición de los movimientos que usted defiende? Hay quien opina que Trump no deja de ser el hijo bastardo de Obama...

R. Se pueden ver tranquilamente como una reacción al feminismo, porque el feminismo en esto marca un proceso decisivo de avances desde sus distintas olas. Yo considero que cada una tiene una lucha que dar, no solamente desde la primera ola, que es por la igualdad ante la ley, sino también hoy, a través de procesos de liberación de la mujer, de poder hablar de la violencia de género, de que la mujer no se calle en sociedades que aún tienen conceptos machistas. Y eso existe. Eso pasa en muchas de nuestras sociedades. Es en este Occidente, del que tanto hablan los conservadores o los libertarios que hay que defender, en el que precisamente surgen todas estas revoluciones de la libertad, como son el feminismo, el abolicionismo, la despenalización de las drogas, la liberación sexual. Muchos de estos procesos para ellos son una degeneración de Occidente. Ahí vemos que la idea de Occidente también la manipulan.

No nos olvidemos de que ese Occidente del que hablan nos dio tanto un Thomas Jefferson como un Tomás de Torquemada. No es cuestión de defender a Occidente per se, sino la idea de defender un Occidente que en un momento a partir de la Ilustración desarrolla el liberalismo como una especie de anticuerpo que surge en su cuerpo enfermo, lleno de inquisiciones deseosas de establecer una moral determinada a la que los conservadores otra vez quieren retornar.

No sabemos en qué ha derivado el liberalismo hoy en día, es una puerta que está totalmente abierta. Son palabras que, como toda ideología y todo concepto, van cambiando a lo largo del tiempo. Y sí, evidentemente hay procesos reaccionarios frente a todo lo que sea una liberación, como ha sucedido siempre. Siempre hay una contrarrevolución frente a todo aquel que quiere cambiar el statu quo.

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Foto: S. B.

Marty alude a momentos del siglo pasado, como la guerra contra las drogas, iniciada en los setenta por el expresidente estadounidense Richard Nixon, o la revolución conservadora, que emprendió Ronald Reagan en los ochenta bajo el credo de un lobby evangélico fundamentalista denominado Mayoría Moral. Los valores de aquellas "cruzadas", pretendidamente liberales en los discursos políticos de entonces y los libros de Historia de ahora, sirvieron de soporte para una inédita alianza entre el liberalismo y el nacionalismo cristiano en un Occidente que, paradójicamente, se antoja cada vez más laico y global.

Estados Unidos fue el origen, como ejemplifica la deriva del Partido Republicano en las últimas décadas, pero América Latina ha elevado este matrimonio de conveniencia al paroxismo en los años recientes. Primero lo encarnó el brasileño Jair Messias Bolsonaro; ahora, el argentino Javier Gerardo Milei.

El Milei que sube impuestos

P. Usted se considera liberal, es decir, hace una crítica a Milei desde el liberalismo. O dicho de otra manera, Milei para usted no es liberal...

R. Milei no es liberal, no lo es. Primero, precisamente por esa asociación religiosa que hace a la idea del poder, que es totalmente antagónica con lo que realmente significa el liberalismo. Pero claro, él cuando viaja, cuando da estos discursos, habla mucho de la libertad y de todas estas ideas, pero son conceptos totalmente vacíos y que sirven para repetir de alguna manera un chip que en algún momento le entró desde un lado académico, vaya a saber de dónde. Repite palabras vacías y habla siempre de la creación del enemigo. Cuando hay una creación del enemigo, salta una red flag automática. Hay una especie de populismo o necesidad de crear una división. Hay que combatir a alguien, se dice que hay alguien que viene a destruir a la sociedad. Y esa es la primera estrategia del caudillo, del mesías.

Pero si yo creo que Milei es totalmente antiliberal, es también por las personas que lo rodean: se reúne con [Santiago] Abascal, con personajes como Viktor Orbán, Bolsonaro o Donald Trump. En términos económicos, no ha hecho mucho para liberalizar la economía argentina. En el debate en el Congreso de la Ley Base, pidió que se le diesen poderes extraordinarios para hacer lo que quiera. Y cuando eso no pasa, insulta a gobernadores. Dice que el Congreso es un nido de ratas y se pelea con cualquiera que lo cuestione. Entonces hoy tenemos, por ejemplo, a peronistas hablando del Estado de derecho. Hay una confusión absoluta de las ideas y esa confusión también parte de las personas, los políticos, que al final son los que las llevan a la práctica.

"Para él, gobernar es un juego para ir a sacarse fotos con las personas que quiere conocer"

P. Precisamente, en Ideologías usted dice que Milei ha incorporado a 40 cargos peronistas en el Gobierno. Eso es algo que, al menos desde España, llama la atención. También afirma que ha subido impuestos. ¿Se está transmitiendo una imagen distorsionada hacia el exterior sobre las políticas del presidente? ¿Cuál es la realidad de Argentina?

R. Eso es lo que está haciendo. Él viaja a Davos, habla de capitalismo y socialismo, y al día siguiente, cuando llega a Argentina, pone otro impuesto en el país para las importaciones y exportaciones. También ha introducido impuestos a la soja, al maíz... el de la gasolina lo acaba de aumentar la semana pasada. No ha eliminado ni uno solo, y tampoco el cepo cambiario. El Banco Central sigue ahí. Y la primera medida, que iba a ser la dolarización, tampoco la ha aplicado. Yo nunca fui partidaria, porque creo que es inviable en un país donde no hay dólares. Pero él llegó a prometerla en su campaña, decía que ya tenía el dinero para hacerlo. Además, tiene en su Gobierno a muchas personas que formaron parte de la propia casta que tanto ha criticado. En el exterior da una imagen y dentro de Argentina es una persona que está totalmente desconectada de la realidad.

Es interesante analizar la dependencia emocional permanente que tiene, por ejemplo, de su hermana, a la que llama "el jefe". Yo creo que tiene mucho que ver con su necesidad de aprobación, que se puede apreciar cuando mira como una especie de chico adolescente a Donald Trump. Y lo mismo hace con Abascal. Para él, gobernar es un juego para ir a sacarse fotos con las personas que quiere conocer, pero no hace nada por un país que está explotando mientras él está en giras religiosas o partidarias. Tenemos más de un 300% de inflación, más de un 55% de pobreza y un país que está totalmente encendido. Tenemos una caída impresionante del empleo privado. Hay mucha gente que se está dando cuenta de que al final no era por ahí el camino. Estamos entrando en un ciclo en el que Javier Milei, que tanto habló de libertad, va a quedar asociado a algo que es completamente iliberal.

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Foto: S. B.

Frente al líder fuerte que se muestra al mundo, la politóloga describe a una persona endeble, que busca la atención para afrontar los traumas de una adolescencia difícil. Un presidente cuya imagen "va cayendo" mientras el peronismo comienza a reagruparse. "Cuando hay un populismo, siempre se produce una respuesta del otro lado. El populismo es pendular y la tendencia va a ser que esta expresión tenga otra muy similar. La situación no resulta prometedora", aventura la autora sobre el futuro del país.

Milei, asegura Marty, ni siquiera es capaz de mantener unido al bloque que lo apoyó para llegar al poder. Juntos por el Cambio, la derecha tradicional liderada en su día por el expresidente Mauricio Macri, está partida en dos, y constituye el mejor ejemplo del modo en que líderes tan divisivos como el argentino pueden hacer añicos el sistema político de una nación.

El falso derecho a ofender

P. ¿Hasta qué punto el tránsito de una derecha liberal a otra estatista camuflada de liberal que usted describe es culpa de la derecha convencional? En España tenemos este debate con la incómoda relación entre el Partido Popular y Vox. ¿Cómo se debe afrontar esta situación?

R. Para mí el liberalismo está por afuera de ese esquema izquierda/derecha. Incluso creo que hoy podemos pensar en ideas como la socialdemocracia, que funciona muy bien en los países nórdicos, y al final tiene muchas cosas de lo que en su momento fue el liberalismo. Es un liberalismo intelectualmente honesto con lo que representan todas estas luchas, que, insisto, aún no están para nada alcanzadas, porque siempre se puede volver atrás.

Dentro de la derecha, sí vemos un esquema partidario donde muchos han retroalimentado a líderes como Milei. Muchos de los políticos dentro de lo que hoy podemos llamar no sé si derecha, pero de los partidos que están un poco más inclinados hacia Javier Milei, compiten para demostrar quién es el más bully, el más malo; para demostrar quién es el que insulta más, el que agrede más, el que tiene un discurso que ataca más al otro. Entonces no hay una política de consenso, no hay una política de diálogo desde esta derecha, sino todo lo contrario. Es una política de defender lo que ellos llaman el derecho a ofender. Javier Milei o autores como Jordan Peterson hablan de él, pero el derecho a ofender no existe. No, porque la libertad de expresión no contempla los mensajes de odio.

"El problema no es el socialismo, sino el nacionalismo que destruye el Estado de Derecho"

P. Otra de las metamorfosis que menciona en su obra es la confabulación de intereses entre los liberales y la derecha nacionalista y teocrática. En otro libro reciente sobre el presidente argentino [Milei. Todas las respuestas a las preguntas que suscita, de José Benegas], se explica cómo todos estos personajes no creen en Dios ni llevan una vida acorde a los valores religiosos. ¿Por qué los utilizan entonces políticamente?

R. Los utilizan en gran parte porque les sirve, porque forman parte de esa base del conservadurismo que necesitan para regresar otra vez a los fantasmas del comunismo, el feminismo o a lo que ellos llaman posmodernismo o marxismo cultural. Son incoherentes entre lo que hacen y lo que dicen: hablan tanto de la familia y después no están casados o no tienen hijos, o están divorciados 20 veces. Hace poco había un ministro de culto de Javier Milei hablando en contra del divorcio, hablando en contra del matrimonio igualitario, volviendo otra vez a ese lenguaje y ese mensaje. Esto es algo que veníamos avisando y la gente decía 'no, pero qué exagerada. ¿Cómo va a pasar esto? ¿Cómo Javier Milei va a hablar en contra?'. Pues hoy forma parte de eso, y la próxima agenda va a ser ir en contra del aborto. Ya lo plantearon varias veces distintas personas de su Gobierno, incluso la vicepresidenta Victoria Villarruel.

Javier Milei ensalza la idea de la patria, la idea de la de la nación, la idea otra vez del Estado y muchas veces del Estado religioso, que es totalmente peligroso. Por eso para mí hoy el problema no es el socialismo, al que ellos equiparan con un comunismo que ya no existe. Ese no es el problema. El problema es el nacionalismo. Es un nacionalismo que rebrota incluso en Europa, con mucha fuerza, con muchos partidos. Se ve en estas cumbres cuyo referente es Viktor Orbán. Él denomina democracia iliberal a la destrucción del Estado de derecho. Demoniza la democracia, y esto es muy peligroso.

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Foto: S. B.

Autoproclamados iliberales y paladines de un supuesto liberalismo conviven en eventos como el organizado por Vox en el pasado mayo, cuyo cartel ecléctico daba cabida a atlantistas y prorrusos, proteccionistas y librecambistas, confesionales e incluso algunos laicos, en un batiburrillo ideológico solo cohesionado por el nacionalismo. Marty destaca que estos movimientos están llenos de contradicciones, y obligan a afinar muy bien algunos de los términos que caracteriza en las 395 páginas de su libro, ahora vaciados de contenido por los nuevos hombres fuertes de política mundial: liberalismo, conservadurismo, libertarismo....

Para hacerlo, considera imprescindible recuperar la honestidad intelectual que hoy se echa en falta entre los líderes occidentales, subsumidos en el populismo, ya sea de derechas o de izquierdas. La empatía, añade, debe ser la base de la convivencia democrática, como nos enseñó la filósofa alemana Hanna Arendt. Una virtud de la que carecen Milei y otros referentes dizque liberales que la politóloga se esfuerza en desenmascarar: "Estos personajes quieren marcarte una forma de vida, una forma de decirte 'vos tenés que vivir de esta manera, no podés consumir esto, no podés vivir de esta forma, no podés estar con ese o con esa, no podés pedir por tus derechos, si sos mujer tenés que callarte".

En el caso de Marty, esto último no sucederá nunca. Aunque a veces, reconoce, sienta que predica en el desierto.

Antonella Marty (Rosario, Argentina, 1992) califica su último libro como "una obra alarmista" sobre la deriva de las ideas. Ideologías. Las ideas políticas que mueven el mundo, editado por Deusto, intenta poner orden donde solo brota el caos y la confusión. Tanto, que el presidente de Argentina, Javier Milei -un "populista de derechas", como lo define autora-, se ha convertido en el paladín de la ideología que surgió de la Ilustración para combatir el oscurantismo teocrático: el liberalismo. Y lo hace mientras sube impuestos, acapara poderes e intenta imponerle a la gente cómo tiene que vivir.

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