La insolvencia del gigante turístico FTI no preocupa al sector: "Los alemanes confían en las agencias"

Que un gigante de la turoperación europea como FTI se declare insolvente en plena temporada alta no es ni de lejos el mejor de los escenarios posibles. Y si además se trata de un turoperador alemán, la situación dista de ser ni cómoda ni fácil de solucionar. ¿Por qué es importante que sea germana? Por la importancia que les dan a los alemanes a las agencias de viajes.

Empecemos por hablar de cómo se produjo la declaración de insolvencia de FTI. Pocos aventuraban que el turoperador germano tomara esa decisión, sobre todo, justo en este momento. El turoperador lo pasó muy mal, como todo el sector turístico en el planeta, en la pandemia. FTI llegó a recibir 595 millones de euros en ayudas estatales del Fondo de Estabilización Económica (FSM, en alemán).

La compra el pasado mes de abril de FTI por parte del fondo estadounidense Certares al prometer la inyección de 125 millones de euros y adquirir el 100 % del capital social por un euro, parecía dar estabilidad al turoperador. Nada más lejos de la realidad. Tras esta adquisición, FTI dejó de dar señales. Lo apercibió Sidetours, agencia de viajes receptiva del turoperador para Baleares y la Península —excepto Canarias y Portugal—. En la misma mañana del lunes la compañía que capitanea Bernardo Quetglas lanzó un mensaje tranquilizador.

En primer lugar, los hoteleros querían saber si la noticia era cierta o no. En segundo, todos tenían en la mente la quiebra de Thomas Cook (TC) de septiembre de 2019, pero no es comparable por el volumen. En el momento de la quiebra, TC necesitaba 200 millones de libras para poder sobrevivir. El turoperador contaba con más de 22.000 empleados en 16 países, 105 aviones y 200 complejos hoteleros.

Faltaba liquidez

FTI cuenta con un 12 % de cuota de mercado de la turoperación alemana. Con sede en Múnich, emplea a 11.000 personas. La compra de Certares auguraba un cambio para la compañía, pero como ha reconocido FTI las reservas se habían situado "muy por debajo de las expectativas". Los proveedores tampoco se fiaban y exigían el pago por adelantado. ¿Consecuencia? Faltaba liquidez.

Tras facturar el año pasado 4.100 millones de euros, superando las cifras prepandémicas, unos buenos datos, el escollo principal era la deuda, valorada en 1.000 millones de euros. FTI agrupaba el 15 % del turismo alemán que llegaba a Canarias: 500.000 viajeros al año. En el archipiélago ha afectado a unos 40.000 turistas.

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"Hay mucho revuelo, pero no es ninguna barbaridad", comentan fuentes del sector, que aseguran que el impacto en la Península, Baleares y Portugal no se prevé más allá de 20 millones de euros. En la temporada pasada, los turistas que operó FTI a través de Sidetours en Baleares fueron 168.229, de los que 153.073 fueron en Mallorca.

Una cosa está clara: la mentalidad del consumidor alemán no va a cambiar a pesar de esta caída de FTI. Seguirá confiando en las agencias de viajes. Les gusta el contacto físico, cara a cara, con el personal que les atiende para contratar un vuelo o un hotel: una abrumadora mayoría de los viajes contratados en Alemania se ejecutan mediante un paquete turístico. Y no solo incluye a mochileros de la generación Z. Las agencias de viajes de barrio de las ciudades grandes, medianas y pequeñas forman parte indispensable del paisaje urbano y del negocio local. También la necesidad de fiarse de un profesional de confianza que les garantice seguridad.

TUI ya resaltó hace un par de meses que el asesoramiento personalizado en las agencias de viajes está volviendo a estar de moda "especialmente entre los grupos destinatarios más jóvenes". Estos son los datos: a una de cada tres personas le gustaría volver a reservar con más frecuencia en una agencia de viajes (el 34 % de las personas entre 25 y 34 años).

"No, esto no beneficia a nadie. Si alguna de las empresas lo piensa, se equivoca"

Los otros gigantes de la turoperación europea: TUI y Der Touristik, división turística de los grandes almacenes REWE y que en la pasada ITB de Berlín anunció su cambio de marca internacional pasándose a llamar grupo Dertour, podrían aprovecharse empresarialmente de la caída de FTI. Eso sí, un experto de la turoperación nacional consultado por este periódico aclara: "No, esto no beneficia a nadie. Si alguna de las empresas lo piensa, se equivoca".

La división hotelera

Quien todo apunto que va a sufrir más es Meeting Point Hotel Management, la división hotelera de FTI. Aunque no tienen ningún hotel en propiedad y siguen abiertos, se prevé que puedan tener problemas a medida que vaya avanzando los meses y se encuentran sin liquidez para afrontar los pagos.

Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), no cree que la situación afecte a más operadores, pero sí considera "raro", y no puede ocultar su "sorpresa" ante la insolvencia que ha llegado en plena temporada alta, cuando puede hacer más daño.

"Llevábamos bastantes años sin tener una situación de este tipo. Hay que recordar que desde las agencias de viajes ofrecemos todo tipo de garantías y de seguros en caso de insolvencia, como ha sido este caso, dando cobertura a los clientes", apunta Garrido en declaraciones a El Confidencial.

Garrido, tras recordar la importancia de las agencias de viajes en la distribución, descarta que la caída de FIT tenga algo que ver con la quiebra de Thomas Cook. "En la caída de TC", explica un directivo de Baleares, "no había una agencia de viajes receptiva como Sidetours que se hiciera cargo de todo. Este caso es totalmente diferente".