Bruselas anuncia aranceles de hasta el 48% a los coches eléctricos chinos

La Comisión Europea ha concluido su investigación antisubvenciones contra el sector de los coches eléctricos chinos, una pesquisa anunciada en septiembre por Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario, y que siempre ha contado con la oposición de Alemania, cuyo sector automovilístico doméstico está especialmente expuesto a posibles represalias por parte de Pekín. Los aranceles serán del 17,4% contra la marca BYD, que es el máximo exportador de vehículos eléctricos del mundo, del 20% contra Geely y del 38,1% contra SAIC, mientras que a las compañías que han cooperado se les establecerá el arancel base del 21%, y las que no hayan cooperado se les establecerá uno del 38,1%. La Unión Europea ya aplica aranceles del 10% a las importaciones de vehículos eléctricos, por lo que estos aranceles son adicionales sobre ese 10% ya existente, lo que lleva el máximo hasta el 48% y deja a los mejor parados, BYD, en el 27,4%.

¿Por qué una diferencia tan grande entre algunas de las empresas? "Hemos mirado a las cuentas de los grupos y ha habido menos subsidios a BYD que a SAIC, y ha habido distinto nivel de cooperación con la investigación", subraya una fuente comunitaria involucrada en la investigación. Como siempre, la Comisión Europea premia a las compañías que colaboran en sus investigaciones.

"La Comisión ha concluido provisionalmente que la cadena de valor de los vehículos eléctricos de batería (BEV) en China se beneficia de subvenciones desleales, lo que está causando una amenaza de perjuicio económico a los productores de BEV de la UE", ha señalado el Ejecutivo comunitario. No se trata de una sorpresa en Bruselas, donde desde hace semanas se esperaba una decisión por parte de la Comisión Europea, dando por hecho que se establecerían aranceles. Además, Tesla, que produce vehículos eléctricos en China, recibirá un cálculo individual porque así lo ha solicitado, y el resto de compañías pueden solicitarlo.

Von der Leyen sabe que el asunto es muy sensible para Alemania, y de hecho el asunto fue uno de los puntos centrales en la reunión entre la presidenta de la Comisión Europea y Olaf Scholz, canciller alemán, durante su visita a Berlín. Fuentes alemanas admitían últimamente que estaban moviéndose con el objetivo de suavizar las medidas europeas para evitar una escalada por el lado chino. En septiembre, Von der Leyen explicó la lógica detrás del lanzamiento de la investigación, que se realizó el 4 de octubre: “Es una industria crucial para la economía limpia, con un enorme potencial para Europa. Pero los mercados globales están inundados de coches eléctricos chinos más baratos. Y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales”.

Los aranceles no entran en vigor de manera automática. La fecha clave será el 4 de julio. Hasta entonces, en la Comisión Europea y en el equipo de Von der Leyen, esperan poder obtener concesiones por parte de Pekín. ¿Alguna manera de evitar los aranceles? En Bruselas tienen serias dudas, porque señalan que la sobrecapacidad, que es el origen del problema, está totalmente enraizado en la manera en la que el Gobierno chino dirige la economía del gigante asiático. Por ejemplo, China podría evitarlo o limitar el nivel de aranceles si ofreciera un límite de exportaciones de vehículos eléctricos a la Unión Europea, aunque en la Comisión saben que eso es muy difícil teniendo en cuenta que el sector chino se encuentra ante el problema grave de que la demanda interna está fallando y que otros mercados importantes, como el de Estados Unidos y otros aliados, se está cerrando.

En el lado europeo ya se están preparando para la reacción china. En el equipo de la presidenta Von der Leyen saben que Pekín está estudiando dónde puede hacer mayor daño a los distintos Estados miembros para imponer aranceles en sus sectores más expuestos. Los negociadores de la dirección general de Comercio, que son los que están hablando con los chinos, subrayan que Pekín exigía que los aranceles fueran muy específicos y bien justificados, aunque saben que eso es completamente subjetivo.

"El contacto entre la UE y China ha sido constante, así que cuando decimos que vamos a contactar con sus autoridades, lo que decimos es que la pelota está en su tejado para mostrar que nuestras conclusiones (de la investigación) son incorrectas", explica una fuente comunitaria. "La Comisión no quiere poner aranceles por poner aranceles, nos enfrentamos a un problema de subsidios injustos en un sector crítico para la industria europea", añade la misma fuente.

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Desde hace tiempo, la Comisión Europea está empezando a tomar medidas ante la sobrecapacidad china y su política de subsidios. La Unión Europea se está dotando de distintos instrumentos, como por ejemplo la Regulación de Subsidios Extranjeros, y también está intentando proteger sectores críticos, como por ejemplo la industria de las turbinas eólicas. De hecho, el Ejecutivo comunitario ha lanzado una agenda de seguridad económica que tiene como objetivo adaptar el mercado europeo a lo que en Bruselas se consideran prácticas desleales, no únicamente por parte de China, sino también de otros actores como Estados Unidos.