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¿Por qué los alimentos suben más en España que en Europa? La respuesta está en tu desayuno
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ES EL EFECTO COMPOSICIÓN

¿Por qué los alimentos suben más en España que en Europa? La respuesta está en tu desayuno

La mayor parte del diferencial con la eurozona se explica porque los españoles consumen más los productos que más se han encarecido. El aceite de oliva es el gran responsable

Foto: Una tostada. (EFE)
Una tostada. (EFE)
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Decía el economista sevillano Manuel Hidalgo hace unas semanas que Andalucía tiene más inflación que el resto de España porque se consume más aceite de oliva. A nadie se le escapa que el oro verde es el gran protagonista del alza del precio de los alimentos, pero la explicación podría parecer, a bote pronto, demasiado pedestre. Nada más lejos de la realidad. Como defiende el experto, la inflación también se puede entender a través de análisis mundanos, siempre que haya datos que respalden las intuiciones. Y lo cierto es que el servicio de estudios del Banco de España acaba de ofrecer unos que dejarán boquiabierto a no pocos colegas del profesor en la Universidad Pablo de Olavide.

Llevamos muchos meses hablando de cómo la subida del precio de los comestibles se ceba más con España que con el resto de la zona euro. Las explicaciones que se han dado resulta de lo más variopinto: desde el afán usurero de las empresas de distribución, apuntado por la exlíder de un partido nacional —todavía vicepresidenta del Gobierno—, hasta la sucesión de desdichas que ha asolado recientemente al campo español, empezando por la persistente sequía… o al contrario, por su mayor beneficio gracias a la mejora de los márgenes.

Seguramente estos factores tengan que ver, pero la respuesta principal que nos separa de nuestros socios de la moneda única no surge de complejas teorías macroeconómicas, sino que la teníamos frente a nuestras narices: en el mercado, en el súper o en la alacena, para ser más exactos.

Mientras los pueblos que no gozaron del influjo civilizatorio del Imperio Romano ahogan sus sartenes en aceites con sabor a churro de feria o mantecas de todas las procedencias imaginables, los habitantes de la Europa mediterránea lo hacen con el líquido que se obtiene de la aceituna. Es un gusto para el paladar —y para la salud—, pero una condena para el bolsillo.

Al igual que Andalucía respecto a España, España registra una mayor inflación de los alimentos que la eurozona como consecuencia, en una parte muy relevante, de su mayor utilización del aceite de oliva. Así lo corrobora un interesantísimo cuadro que aparece en las proyecciones económicas publicadas este martes por el regulador. Donde otros veían factores ligados al mercado —y, por tanto, a la formación del precio—, el efecto composición se revela como la verdadera clave que condena a los españoles a afrontar un encarecimiento de la cesta de la compra alimentaria superior al de resto de los países del euro.

Una brecha de dos puntos

Como se puede apreciar en el gráfico, de los casi dos puntos de diferencia que se produjo en marzo —el último dato disponible—, prácticamente uno se debe al aceite de oliva. Pero el hecho de que este haya subido más en nuestro país respecto a marzo de 2023 (70%, según Eurostat) que en el conjunto de la eurozona (53,5%) no significa que ese mayor encarecimiento explique la brecha de inflación. Solo lo hace de una manera testimonial: la mayor parte de su influencia se debe al efecto composición, es decir, al mayor peso que tiene ese producto en nuestros hábitos de consumo.

El choque más notable se da aquí, por una razón cultural obvia. Sin embargo, el estudio del Banco de España también apunta a una influencia relevante del efecto composición del resto de los alimentos. Aunque el organismo no aporta más detalles, es probable que el mayor peso de los productos frescos en la cesta de compra de los españoles se halle detrás de este dato, ya que estos se han revalorizado, por lo general, más que los productos envasados. Un ejemplo muy ilustrativo: en marzo, el pescado fresco se había encarecido un 7,4% en España, más del triple que el pescado congelado, y en la eurozona la subida del primero quintuplicaba la del segundo.

En abril, la inflación de los alimentos ascendió al 4,7% en España, frente al 2,2% de la eurozona

En definitiva: el hecho de comer mejor está condenando a los españoles a sufrir una mayor inflación alimentaria, ya que son estos productos, más sujetos a la volatilidad (clima, suministros...) que los envasados, los que más se han encarecido. Es cierto que han subido a mayor velocidad en España que en la eurozona, con muy pocas excepciones. Pero esto, por sí solo, no explica el llamativo diferencial que se ha ido consolidando a lo largo de la crisis inflacionista, con un pequeño paréntesis en la primavera y principios de verano de 2023, y que todavía se mantiene: en abril, la inflación de los alimentos ascendió al 4,7% en nuestro país, frente al 2,2% del bloque del euro.

Durante la primera parte de la crisis inflacionista (2022), el efecto composición jugó un papel poco relevante, como se aprecia en el gráfico. Sin embargo, en el último año no ha hecho más que crecer su importancia, hasta convertirse en la principal causa de la brecha con la zona euro, si se suma el aceite de oliva y el resto de los alimentos.

Foto: Una frutería en Madrid. (Europa Press/Jesús Hellín)

Consciente del peso del oro verde en la cesta de la compra de los españoles, el Gobierno pactó en enero con Junts bonificar por completo el tipo del IVA del aceite de oliva, actualmente rebajado del 10% al 5%. Sin embargo, la enmienda al decreto anticrisis ha quedado empantanada en el Congreso, y ya no surtirá efecto ante la inminente expiración de la norma (30 de junio). El Ejecutivo tiene ahora que decir qué hace con el resto de rebajas fiscales que contempla el paquete (bonificación total del IVA de los alimentos básicos y reducción del 10% al 5% para la pasta). El dato del IPC de mayo, que se conocerá este jueves, se antoja crucial en ese sentido.

El Banco de España prevé que la retirada de la medida añada entre dos y tres décimas de inflación en junio y una décima a la media anual. Sin embargo, ningún decreto podrá cambiar una realidad sociológica que solo depende de los hábitos de los españoles. La respuesta a por qué los alimentos suben más en España que en el resto de la eurozona está en lo que le echas cada día a la tostada del desayuno.

Decía el economista sevillano Manuel Hidalgo hace unas semanas que Andalucía tiene más inflación que el resto de España porque se consume más aceite de oliva. A nadie se le escapa que el oro verde es el gran protagonista del alza del precio de los alimentos, pero la explicación podría parecer, a bote pronto, demasiado pedestre. Nada más lejos de la realidad. Como defiende el experto, la inflación también se puede entender a través de análisis mundanos, siempre que haya datos que respalden las intuiciones. Y lo cierto es que el servicio de estudios del Banco de España acaba de ofrecer unos que dejarán boquiabierto a no pocos colegas del profesor en la Universidad Pablo de Olavide.

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