Es noticia
España se convierte por primera vez en el país del euro con mayor riesgo de pobreza
  1. Economía
Indicador Arope de Eurostat

España se convierte por primera vez en el país del euro con mayor riesgo de pobreza

La crisis inflacionista y la pobre calidad del empleo creado explican el aumento del riesgo de pobreza o exclusión social en España, que por primera vez empeora los registros de Grecia

Foto: Imagen de un comedor social de Sevilla. (EFE/David Arjona)
Imagen de un comedor social de Sevilla. (EFE/David Arjona)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Los datos macroeconómicos no dejan de sorprender al alza, sin embargo, no hay rastro de euforia en la población. El crecimiento del PIB o el récord del empleo se ven empañados por la crisis inflacionista, la precariedad del empleo o el incremento de la presión fiscal. La economía de los hogares no sigue el ritmo del PIB y lo que está ocurriendo es que ha aumentado el número de familias que llega con dificultades a final de mes.

Los nuevos datos del indicador Arope (riesgo de pobreza o exclusión social), la principal medida de pobreza que utiliza la Comisión Europea, sitúan a España como el país con más hogares en problemas. Este indicador suma la población en riesgo de pobreza con aquella que no puede permitirse comprar una serie de bienes y servicios básicos.

En el año 2023, una de cada cuatro personas estuvo en una situación de riesgo de pobreza o exclusión social. En concreto, fueron un 26,5%, 0,5 puntos peor que en el año anterior. Esto es, a pesar del crecimiento económico, el número de personas en dificultades económicas aumentó a lo largo del año, al contrario de lo que ocurrió en el conjunto de países de la eurozona, donde bajó en 0,2 puntos.

Hasta el año 2023, Grecia era el peor país en este indicador Arope, pero en ese año redujo sus niveles de pobreza en 0,2 puntos. Por primera vez desde que Eurostat comenzó a calcular este indicador, en 2015, no es el peor país del euro, ahora es España. Liderar el crecimiento económico no le ha servido a España para reducir los niveles de pobreza. ¿Qué está ocurriendo?

Pocas alegrías en el empleo

Hay varias causas que explican la situación actual. Una de las más importantes es que la creación de empleo no está consiguiendo sacar población de la pobreza. En el récord de los 21 millones de ocupados han tenido una participación muy relevante los sectores de bajo valor añadido, como la hostelería, el comercio, el ocio o el transporte. Actividades en las que abundan la precariedad, los bajos salarios y, por tanto, la pobreza.

España es el segundo país de la eurozona con mayor pobreza laboral. Un 16% de los trabajadores tiene problemas económicos, frente al 11% de la eurozona. Es el peor dato de España de toda la serie histórica, lo que evidencia que una buena parte del trabajo que se está creando no sirve para escapar de la pobreza. Las normas aprobadas en los últimos años, como la reforma laboral o las subidas del salario mínimo, están pinchando en hueso a la hora de combatir la pobreza en el empleo.

Esto explica que la creación de empleo no esté provocando un optimismo económico colectivo. Tampoco está consiguiendo una gran reducción del desempleo: España es el país de la eurozona con mayor tasa de paro, todavía por encima del 11%. Nada menos que un 63% de los parados está en riesgo de pobreza. Este dato es mejor que el de la eurozona, donde alcanza el 67%, gracias a la mejora de la cobertura y de las prestaciones de los últimos años. Pero al haber tantos desempleados, la aportación del paro a la pobreza es mucho mayor.

España está alimentando su mercado laboral con mano de obra extranjera, porque la fuerza de trabajo nacional está menguando y está desanimada. En el año 2023, el 50% de los nuevos ocupados fue extranjero, el 14% tenía doble nacionalidad y apenas el 36% eran solo españoles. Esto explica que la creación de empleo esté teniendo graves dificultades para reducir el paro y, por tanto, la pobreza.

Los extranjeros ocupan principalmente los empleos de baja cualificación que rechazan los nacionales. Esta llegada masiva de mano de obra extranjera que alimenta a los sectores de bajo valor añadido genera un gran crecimiento económico, pero también origina bolsas de pobreza. Se trata, por tanto, de un crecimiento cuantitativo, pero no cualitativo.

El 50% de los extranjeros residentes en España estaba, en 2023, en riesgo de pobreza o exclusión social. Es el peor dato de toda la eurozona, 10 puntos peor que el del conjunto de países del euro. Esto explica que el récord de los 21 millones de ocupados no esté sirviendo para reducir los niveles de pobreza.

La receta tradicional contra la pobreza laboral, estudiar, no está funcionando en España. El 13% de la población con estudios superiores (universidad o FP) está en riesgo de pobreza o exclusión social, el tercer peor dato de toda la eurozona, solo mejor que Estonia y Lituania. El problema reside en que algunos estudios no tienen salida, por lo que conducen directamente al desempleo o a aceptar empleos de baja calidad.

La escalada de los precios

La crisis inflacionista también está detrás del deterioro de la situación económica de muchos hogares. Aunque, en este caso, España no es una excepción a nivel europeo. De hecho, es uno de los países en los que menos han subido los precios. Aun así, su impacto ha sido muy importante sobre los niveles de carencia material (que forman parte del indicador Arope).

Por ejemplo, la escalada del precio de la energía ha provocado que se haya triplicado el número de hogares que no puede mantener su hogar a una temperatura adecuada, pasando del 8% de 2019 al 21% en 2023. O el porcentaje de hogares que no puede permitirse comer carne o pescado al menos dos días a la semana casi se ha duplicado, pasando del 3,8% al 6,4%.

Otra de las consecuencias de la crisis inflacionista ha sido el encarecimiento de las hipotecas. El 20% de los hogares con una hipoteca estaban en riesgo de pobreza en 2023, el peor dato desde 2016 y el segundo peor de toda la eurozona, solo por detrás de Grecia. La elevada exposición al euríbor de los hogares ha provocado que la subida de los tipos de interés haya sido otro foco de problemas económicos para las familias.

¿Y la protección social?

La intervención del sector público consigue reducir la pobreza del mercado, pero no lo hace con la intensidad suficiente ni está repartido de forma homogénea entre los distintos grupos de edad. Los recursos públicos se concentran en los pensionistas, lo que explica que los niveles de pobreza entre los jubilados sean inferiores a los del conjunto de la eurozona: un 17% frente al 18% de los países del euro.

Sin embargo, la pobreza infantil se ha convertido en uno de los mayores problemas del país. Nada menos que un tercio de los menores de edad está en una situación de riesgo de pobreza o exclusión social, diez puntos más que en el conjunto de los países del euro. La pobreza infantil no solo supone un drama humano, también es una amenaza al crecimiento económico futuro, porque dificulta su proceso formativo y les empuja al fracaso escolar.

Estos datos de pobreza publicados por Eurostat explican que el crecimiento económico no esté provocando euforia colectiva ni nada que se le parezca. Porque el crecimiento macroeconómico no siempre implica una mejora de la calidad de vida de los residentes. Esta es la paradoja en la que se encuentra España actualmente, con un crecimiento extensivo (con la incorporación de mano de obra extranjera), pero no intensivo (por la ausencia de inversión productiva). Crecer más es importante, pero también lo es crecer mejor.

Los datos macroeconómicos no dejan de sorprender al alza, sin embargo, no hay rastro de euforia en la población. El crecimiento del PIB o el récord del empleo se ven empañados por la crisis inflacionista, la precariedad del empleo o el incremento de la presión fiscal. La economía de los hogares no sigue el ritmo del PIB y lo que está ocurriendo es que ha aumentado el número de familias que llega con dificultades a final de mes.

Pobreza Riesgo de pobreza Empleo
El redactor recomienda