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La reforma laboral no logra frenar la salida de trabajadores al paro
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El país con más rotación de la UE

La reforma laboral no logra frenar la salida de trabajadores al paro

España se consolida como el país europeo con mayor porcentaje de trabajadores que se van al paro cada trimestre, triplicando la media de la Unión Europea

Foto: Imagen de una oficina del SEPE en Villalba, Madrid. (Europa Press)
Imagen de una oficina del SEPE en Villalba, Madrid. (Europa Press)
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El objetivo declarado de la reforma laboral era reducir los contratos temporales, y está teniendo un éxito rotundo. Antes de la entrada en vigor de la norma, la tasa de temporalidad estaba en el 26%; dos años después está por debajo del 16%, muy cerca ya de la media de la Unión Europea, que está en el 13%. De hecho, si sólo se analiza el sector privado, ha caído hasta el 12% y se sitúa en línea con la media comunitaria.

Pero el objetivo real de la norma no era solo reducir la temporalidad contractual, sino la temporalidad real. Esto es, la frecuencia con la que los trabajadores se van al paro. Uno de los indicadores agregados clave para hacer un seguimiento del impacto de la norma es el del número de ocupados que se van al paro cada trimestre. Tradicionalmente, España ha salido muy mal en este indicador y la esperanza era que la reforma laboral mejorara los registros y los aproximara a los de la UE. Dos años y medio después se puede afirmar que no lo ha conseguido.

En el primer trimestre del año cayeron en el desempleo 630.000 personas que estaban ocupadas a final de año, un 3% del total de trabajadores. Se trata del dato más alto de toda la Unión Europea, el doble que Alemania. De hecho, solo España aporta uno de cada cuatro trabajadores que se van al paro cada trimestre en la Unión Europea.

Este dato muestra que todavía existe un problema de rotación en el empleo que no se ha solucionado con la reforma laboral. De hecho, la progresión de los últimos años se ha frenado en seco. En 2012 el porcentaje de trabajadores que perdía su empleo cada trimestre era ligeramente superior al 5%, pero antes de la pandemia se había reducido ya a poco más del 3%. Un ajuste de casi dos puntos porcentuales que supone casi medio millón de trabajadores despedidos menos.

Al finalizar la pandemia, este porcentaje se había reducido por debajo del 3%, llegando al 2,8% en los meses previos a la aprobación de la reforma laboral. Ese fue el suelo de rotación del empleo hacia el paro. Desde entonces, ha subido en dos décimas, una cuantía que es casi insignificante, pero que significa que las salidas del empleo al paro no han reducido su intensidad. Al contrario, han perdido la tendencia previa.

Si se compara con el resto de países de la Unión Europea, España es claramente el peor en este indicador. El segundo país con mayor rotación es Lituania, con un 2,2%. Esto es, un tercio menos que España.

La reforma laboral no solo no ha permitido la convergencia de España, sino que incluso se ha alejado de la media comunitaria. En los peores momentos de la crisis financiera, la rotación en España era tres puntos superior a la europea, pero tras la pandemia la diferencia era ya inferior a los dos puntos. Esto es, casi la mitad. La convergencia se terminó en el inicio del año 2022, coincidiendo con la entrada en vigor de la reforma laboral.

Uno de los cambios más importantes que introdujo la reforma laboral es la potenciación de la figura de los fijos discontinuos para mejorar la protección de los trabajadores de sectores muy estacionales. En la metodología europea (y del INE), los fijos discontinuos en periodo de inactividad se consideran parados si están buscando un empleo o están disponibles para trabajar. Es probable que estos sean la gran mayoría del total de fijos discontinuos que no están en alta, lo que explica que la estadística esté capturando este resquicio de temporalidad. No en vano, cuando un fijo discontinuo no trabaja, es casi como si estuviera desempleado.

Del paro a la ocupación

Estos datos muestran que todavía existen altos niveles de rotación en España. Lo mismo ocurre con las transiciones del desempleo al empleo. Ningún país como España ofrece posibilidades a los desempleados, aunque es probable que en muchas ocasiones sean las mismas personas que rotan del paro a la ocupación.

En el primer trimestre del año encontraron trabajo 780.000 parados. Esto significa que casi uno de cada cuatro desempleados que pasaron a la ocupación lo hicieron en España. En total, el 27% de las personas que estaban desempleadas en ese momento encontraron un trabajo en el inicio del año. En definitiva, se produce en España una alta rotación que sigue siendo muy superior a la media europea y que lleva desde 2021 sin mejorar.

El objetivo declarado de la reforma laboral era reducir los contratos temporales, y está teniendo un éxito rotundo. Antes de la entrada en vigor de la norma, la tasa de temporalidad estaba en el 26%; dos años después está por debajo del 16%, muy cerca ya de la media de la Unión Europea, que está en el 13%. De hecho, si sólo se analiza el sector privado, ha caído hasta el 12% y se sitúa en línea con la media comunitaria.

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