ERC hurga en la herida del automóvil y suma al PP para pedir al Ejecutivo más puntos de recarga

Nueva derrota parlamentaria de la coalición a manos de sus socios catalanes. Solo unos días después de la dimisión del presidente de la patronal del automóvil (Anfac), Wayne Griffiths, por la falta de compromiso del Gobierno con el coche eléctrico, la Comisión de Industria del Congreso ha aprobado una proposición no de ley (PNL) que insta al Ejecutivo a acelerar el despliegue de los puntos de recarga, uno de los caballos de batalla del sector. ERC ha logrado sumar los votos del PP y Junts para hurgar en la herida del automóvil, justo en un momento muy delicado en la relación de la formación independentista con el PSOE: el presidente, Pedro Sánchez, quiere seducir a los republicanos para que apoyen la investidura del socialista Salvador Illa al frente de la Generalitat de Cataluña, mientras su cúpula dirigente se resiste.

La proposición no de ley, que tiene unos efectos más simbólicos que reales, fue registrada por ERC el pasado 6 de mayo. Entonces aún no se habían celebrado las elecciones autonómicas. Tampoco se había desatado la tormenta perfecta del automóvil, no solo por la renuncia del actual CEO de Seat y Cupra, sino también por el ERE de Ford en Valencia (podría haber más de 1.600 despidos) o las críticas de las empresas a los aranceles que plantea la Unión Europea frente a la supuesta competencia desleal de China. Nadie puede acusar a los republicanos de querer lanzar un mensaje político, pero lo cierto es que la aprobación de la PNL se ha producido en el momento más inoportuno.

El Partido Popular ha aprovechado la coyuntura para infligirle una nueva derrota parlamentaria al Gobierno, y se ha sumado a una extraña coalición con los independentistas catalanes (ERC y Junts), vascos (Bildu) y gallegos (BNG). En total, el texto ha cosechado 17 síes y 15 noes, estos últimos también en una coincidencia contra natura: los del PSOE, el verdadero aludido por la PNL (por ser dos ministerios socialistas, Industria y Transición Ecológica, quienes tienen competencias sobre el asunto), y los de Vox, escéptico ante la agenda climática. PNV y Sumar se han abstenido.

La proposición no de ley insta al Gobierno a proceder al "impulso y aceleración de los trámites administrativos en las autorizaciones para la instalación de estaciones y puntos de recarga de vehículos eléctricos", algo que los republicanos consideran un paso fundamental para impulsar la popularización de esta tecnología clave en la descarbonización. "No solo se trata de hacer que la inversión en el vehículo sea atractiva y rentable, sino también de disipar las preocupaciones relacionadas con la autonomía y la disponibilidad de electrolineras para la carga rápida o ultrarrápida en viajes de larga distancia", explica el texto. En ese sentido, se remite a algunas normas (Ley de cambio climático) o acciones (Plan Moves) aprobadas por el Ejecutivo que van en la misma línea.

TE PUEDE INTERESAR

El sector del automóvil desentierra el hacha de guerra con ceses, ERE y críticas al Gobierno

Juan Cruz Peña

Sin embargo, una cosa es lo que está sobre el papel y otra la realidad. España no está avanzando al mismo ritmo que sus socios europeos, lo que ya motivó las críticas (y la dimisión) de Griffiths. Nuestro país cerró 2023 con algo más de 29.000 puntos de recarga, frente a los 45.000 que establecen los objetivos de Bruselas. Y esto explica, en gran parte, que sigamos estando a la cola de Europa en penetración del vehículo eléctrico, que solo supone el 1,3% del parque móvil. Sus ventas están estabilizadas en torno a un modesto 10% del total, muy por detrás de las que aún registran las alternativas contaminantes.

Estos datos fueron los que Griffiths puso sobre la mesa en su diatriba contra el Gobierno, que, como publicó El Confidencial, es ampliamente compartida en el sector. "El presidente del Gobierno se comprometió a revisar el Plan Moves y a impulsar la infraestructura de recarga. Estas medidas no han llegado. Y por eso estoy decepcionado. El objetivo de que España esté por encima del 25% de cuota de vehículos electrificados está más lejos ahora que hace un año. En lugar de ir hacia adelante, vamos hacia atrás", denunció el directivo para justificar su dimisión.

"Toca acelerar, no frenar"

Esa falta de compromiso, ejemplificada en sonoros fracasos -como el de la primera convocatoria del Perte Vec-, es el que los portavoces de los grupos parlamentarios han echado en cara al Ejecutivo este martes. Griffiths se ha convertido en el principal argumento para desgastar al Gobierno por este asunto. La propia ponente de la PNL, Inés Granollers (ERC), ha calificado la noticia de la dimisión de "triste" y ha responsabilizado al Ejecutivo por no haber reforzado los puntos de recarga. También Alberto Rodríguez (Vox) y Pedro Navarro (PP) han achacado la renuncia al fracaso de las políticas gubernamentales. "Ahora toca acelerar, no frenar" ha dicho el portavoz popular, parafraseando a Griffiths.

El Gobierno ha podido comprobar que el descontento no solo afecta al sector, sino también a sus aliados parlamentarios

La ubicación estratégica de los puntos de recarga, en las vías de alta capacidad (no solo en edificios institucionales o privados), el acortamiento de los tiempos del proceso o las ayudas directas para la compra son otras de las medidas que han sugerido los grupos para hacer del coche eléctrico una alternativa viable a su competidor con motor de combustión. El Ejecutivo ha podido comprobar que el descontento no solo afecta al sector, sino también a sus aliados parlamentarios. En juego está el futuro de un sector que representa el 18% de las exportaciones y el 9% del empleo del país. Muchos de esos puestos de trabajo están en Cataluña.