El invierno demográfico pasa factura: más deuda por falta de mano de obra

El análisis lo han realizado dos altos cargos del Consejo Fiscal Europeo, un órgano creado por la propia UE para mejorar la gobernanza. Y, en síntesis, advierte que el invierno demográfico que vive el continente pasará factura en términos de crecimiento económico y, por ende, afectará a los niveles de endeudamiento del sector público. Sostiene, en concreto, que la ratio de deuda respecto del PIB puede crecer en algunos países hasta diez puntos porcentuales debido a lo que llaman "un shock demográfico adverso".

Los autores del artículo, publicado en Vox/CEPR, una plataforma que contribuye al conocimiento de investigaciones académicas, parten de una evidencia. A la luz de lo que ha sucedido en los últimos 20 años desde el ángulo de la demografía, se pueden hacer nuevas proyecciones, y el resultado es que el endeudamiento, a causa del menor volumen de personas en edad de trabajar, dejará de seguir una trayectoria descendente. Es posible, aseguran, que ni siquiera con un ajuste fiscal se pueda modificar esa tendencia. Es más, aunque se hagan los ajustes, la deuda puede subir hasta esos diez puntos porcentuales.

El análisis se centra en los países de la Unión Europea con una relación deuda/PIB superior al 90% del PIB. Es decir, Bélgica, Francia, Grecia, Italia, Portugal y España, y que por razones obvias son los más vulnerables a las variaciones de población en la medida que la sostenibilidad del endeudamiento está muy influido por el tamaño de la fuerza laboral.

Se da la circunstancia, además, que algunos de esos países se encuentran entre los que tienen las tasas de fertilidad más bajas de la Unión Europea. De hecho, en ciertos casos, su población en edad de trabajar ya ha comenzado a disminuir y se proyecta que seguirá haciéndolo en el futuro, lo que provocará una disminución drástica de la oferta laboral (entre 20 y 64 años). El 90% de deuda no es una cifra caprichosa. Algunos estudios han estimado en el pasado que a partir de ese nivel su sostenibilidad es más difícil. Incluso, sin vuelta atrás.

Se pone como ejemplo a Italia, cuya población en edad de trabajar se reducirá en cerca de dos millones de personas en los próximos diez años, después de haber disminuido ya en otros dos millones de personas en la última década.

Elevado riesgo

Hay que decir que las proyecciones de población son las publicadas por Eurostat, aunque con un elevado nivel de riesgo. Así, por ejemplo, sus proyecciones contienen hipótesis que podrían considerarse comparativamente favorables respecto de otras que han realizado otros organismos multilaterales. Las extrapolaciones de la migración neta se basan en promedios históricos. Así, por ejemplo, las proyecciones de población de la ONU esperan una tasa de fertilidad similar, incluso ligeramente superior, en comparación con Eurostat.

El artículo lo firman Martin Larch, jefe del secretariado del Consejo Fiscal de la UE, y Mattias Busse, analista económico del propio Consejo Fiscal Europeo, y no incorpora algunos de los costes asociados al envejecimiento, como el gasto sanitario o la mayor dependencia de los servicios sociales. "Esto", aseguran, "agravaría aún más el desafío fiscal" para los estados.

Las proyecciones de población de la ONU esperan una tasa de fertilidad similar, incluso ligeramente superior, comparado con Eurostat

El artículo advierte, en todo caso, que el crecimiento natural de la población sigue un proceso bastante predecible, ya que está condicionado por las tasas de fecundidad y mortalidad, parámetros que cambian muy gradualmente de un año a otro. Sin embargo, dado el horizonte de proyección muy largo y el impacto de una migración neta más volátil, las proyecciones de población total pueden desviarse significativamente de los resultados.

La conclusión que extraen los autores del estudio es que para volver a una trayectoria de deuda que sea plausiblemente decreciente, los gobiernos tendrían que hacer un esfuerzo fiscal adicional o impulsar el crecimiento económico futuro –por ejemplo, aumentando la productividad o el empleo-. Reconocen, sin embargo, que ninguna de estas dos opciones es fácil de hacer, especialmente en la dimensión necesaria. Apuntan una consideración. Si los gobiernos eligen la opción de la política fiscal, el ajuste adicional requerido podría llegar, para algunos países con alta deuda, al 0,2% del PIB anual en el medio plazo. "Esto puede parecer insignificante al principio", reconocen, "pero si se acumula a lo largo de los años y se suma al ya considerable ajuste fiscal requerido, plantea un gran desafío para los gobiernos".

El otro factor que puede influir son los avances en productividad, pero se da la circunstancia que los países con alta deuda, y no por casualidad, son los que obtienen unos resultados más mediocres. España, Italia, Grecia, Portugal tienen una productividad por hora trabajada inferior a la media de la eurozona. En el caso español, se sitúa (año 2022) en 42,71 euros en paridad de poder de compra, por debajo de los 46,28 euros de media en la zona euro. Sólo Francia y Bélgica, entre los países citados en el estudio, están por encima de la media. La mayor productividad permitiría que el ajuste fiscal para compensar el invierno demográfico fuera menor.