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Cuando España está tan cara que es más barato viajar fuera: "Me sale mejor Japón que Galicia"
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YA NO SOMOS UNA GANGA

Cuando España está tan cara que es más barato viajar fuera: "Me sale mejor Japón que Galicia"

Cada vez son más las personas que se decantan por el extranjero para sus viajes, debido a la subida de precios de alojamiento y alimentación. El turismo interior ya no es tan barato

Foto: Dos turistas en Francia. (Reuters/Manon Cruz)
Dos turistas en Francia. (Reuters/Manon Cruz)

"Somos un grupo de cuatro amigos e intentamos hacer un plan de festivales, pero este año los carteles nos parecían un poco flojitos y optamos por buscar un viaje. Y la verdad es que España a finales de julio nos salía más o menos igual que irnos al extranjero. Así que hemos estado mirando y nos vamos una semana a Marruecos, más o menos por el precio que nos salía como cinco días en España. Y, de hecho, estoy mirando para irme la primera semana de septiembre a Menorca y me sale más o menos igual que irme a Budapest o incluso Croacia". (Alba G., 37 años)

Los datos del turismo extranjero en España son espectaculares. En 2023, visitaron nuestro país 85,1 millones de turistas, un 18,7% más que el año anterior y un 1,9% por encima de 2019, el último año prepandemia, según los datos del INE. Este año, el porcentaje hasta mayo ha aumentado un 13,8%, con un gasto un 21,8% superior al año anterior, cuando se gastaron de media al día 177 euros. Es decir, alrededor de la sexta parte del salario mínimo de un español.

Estos datos tienen otro correlato, que es el aumento de los precios para los nacionales. Durante la época del turismo "fordista", España fue un país más o menos barato a nivel de alojamiento y alimentación, sobre todo si se comparaba con Francia o el norte de Europa, de donde provenían la mayoría de los visitantes. A medida que el poder adquisitivo de los españoles mejoraba, también lo hacía su posibilidad de disfrutar del turismo interior.

Desde después de la pandemia, esta diferencia ya no es tan evidente y muchos viajeros coinciden que resulta más económico marcharse fuera. O, al menos, que el mismo dinero renta menos en nuestro país. Se van a países como Marruecos, Sri Lanka o Albania, con un nivel de vida muy inferior, pero también a Italia o Islandia. Los datos muestran que se viaja más a todas partes, pero que, desde el verano pasado, los viajes al extranjero aumentan más que el turismo interior.

Lluís Garay Tamajón, profesor de Estudios de Economía y Empresa y director del máster de Responsabilidad Social Corporativa de la UOC, recuerda que no se trata de un fenómeno generalizado ni nuevo, ya que el low cost, la gran transformación del turismo, tiene décadas de antigüedad, más allá de que se pueda haber acentuado por un contexto internacional que ha favorecido que España reciba más visitantes. "Se han dado distintas situaciones en los últimos años que ha hecho que España sea más competitiva, como lo que ha ocurrido a nivel político en el norte de África o el Mediterráneo oriental", explica.

Durante los años ochenta y noventa, España empezó a ver cómo otros países comenzaban a hacerle sombra en precios, quedándose con parte de los visitantes que acudían a nuestro país en busca de turismo de sol y playa. En los últimos años, hemos vuelto a reforzar nuestra posición tanto por la situación geopolítica de algunos competidores como por una mayor inversión económica que ha provocado que "el turismo sea más caro y la demanda internacional crezca mucho", explica el profesor. "Por eso, puede que en el turismo vacacional sea más barato irte a un resort a otros países". A las nuevas Españas, se podría decir.

La evolución del gasto muestra igualmente que, aunque en casi todas las comunidades aumenta (no en todas), en regiones como Andalucía o Baleares el aumento del gesto por viajero es superior al que se produce en el extranjero. Es decir, los españoles se están gastando de media más en viajar por nuestro país, quizá porque les sale más caro, o tal vez, porque buscan otras cosas.

Ya no se come tan barato...

"El mes pasado me fui a Albania porque es superbarato. Fuimos a todo sin privarnos de nada de comer, actividades, etc. Lo bueno que tiene es que un hotel tres estrellas, sin ser un lujo, nos salía a 30 euros el día. Por siete euros podías comer muy bien, y en un restaurante de lujo, un menú degustación, 20 euros. En España es imposible comer por esos precios en un restaurante. Nos salió muy bien de precio todo: incluyendo avión, hospedaje, comidas y coche, fueron 500 euros por seis días. En España, con esos 500 euros nos habrían dado para lo más barato de lo más barato de los más baratos". (Silvia, 36 años)

Como refleja Statista, en diciembre de 2022, la evolución de la tasa interanual del sector de la restauración fue de un 7,2%. Se acabaron los días en los que uno podía comer un menú por menos de diez euros, lo que, por ejemplo, fomenta que los aficionados a la gastronomía (sea de batalla o de lujo) encuentren en otros países lo que resulta menos asequible en España. Es un ejemplo más de que el mercado se ha abierto y resulta mucho más fácil encontrar alternativas asequibles fuera.

"Por mil euros te vas a Huelva bien, pero por poco más, te plantas en Dolomitas"

La pregunta que se hace Garay es hasta qué punto el turista es consciente de que si otros países resultan más económicos se debe a, por ejemplo, las malas condiciones de los trabajadores locales. "A lo mejor tendríamos que valorar por qué es tan barato determinado destino, por ejemplo, países en vía de desarrollo o un viaje a la Riviera Maya", propone.

… Y dormir es cada vez más caro (y hay opciones)

"Alojamientos en Japón, 25 noches, apenas 2.000 euros. Poco más de 80 euros la noche (dos personas), en hoteles, casi todos con desayuno incluido. En Galicia estamos hablando de que cualquier mierda te cuesta 150 euros la noche o 1.000 la semana. Cualquiera que haga la diferencia… ¡es que nos pagaríamos literalmente los vuelos! Tengo un piso en la costa de Galicia que me costó como un saco de lentejas. He recibido ofertas de gente que apenas conozco desesperada, ofreciéndome 800 euros una semana y cosas así. Si lo alquilase le sacaría 6.500 euros sin despeinarme, pero no lo hago porque me parece una vergüenza y porque no quiero que dentro de diez años haya colas para ver el atardecer, así que lo presto a amigos y familia". (Alba C., 32 años)

Otros de los aspectos en los que se ha notado el cambio es en el precio de los alojamientos. Por un lado, la aparición de los alojamientos vacacionales ha facilitado la llegada de turistas extranjeros que han elevado los precios, ya que muchos de ellos provienen de regiones como el norte de Europa con sueldos mucho más elevados. La inflación interanual se situaba, según Statista, en un 6,86%. Ello ha provocado que sea más barato, en ocasiones, encontrar alojamiento en otros países.

placeholder Islandia, ¿el nuevo Torremolinos? (Reuters/Chris Helgren)
Islandia, ¿el nuevo Torremolinos? (Reuters/Chris Helgren)

La psicología del viajero

"No es tanto como que salga barato como que es una preferencia. Nosotros solemos hacer un viaje gordo al extranjero y otro más relajado, con un presupuesto de mil pavos. ¿Qué pasa? Que por mil pavos te vas a Huelva a un apartamento medio decente y bien comunicado, pero por cinco días, la verdad, me parece caro. Hace unos años nos pasamos siete días en Dolomitas por 1.300 euros. No es más económico, pero nos renta más. A lo mejor me puedo permitir gastar un poco más en ver algo curioso. Así que en lugar de Huelva nos vamos a Islandia, porque entre 1.000 pavos en Huelva o 1.700 en Islandia, nos compensa más, ya que nos lo podemos permitir". (Javier, 40 años)

No es lo mismo Murcia que la Costa Brava, no es lo mismo Portugal que Suiza, y tampoco es lo mismo viajar como mochilero o en hoteles cinco estrellas. Por eso, en ocasiones, la psicología del viajero tiene un gran peso en esa sensación de que un viaje más caro puede resultar más barato. Mientras que el turismo de sol y playa parece vinculado a un modelo más propio de otra época, que los alojamientos suban de precio provoca que por un poco más de dinero uno pueda disfrutar de un viaje en el extranjero con otras características.

"En Albania están encantados del turismo, pero se puede volver en su contra"

"Yo me voy a Sri Lanka y el día a día es muchísimo más barato. Lo que es carísimo es el billete de avión, pero psicológicamente, me da la sensación de que al ser un país mucho más barato no te dejas un pastizal. Si el plan hubiese sido pagar alojamiento y restaurantes en España, aunque el total nos hubiese salido igual de caro que Sri Lanka, se vive de otra manera. El hecho de estar yendo a un lugar tan lejano y diferente hace que te quedes con la sensación de que realmente no ha sido tan caro". (Ana, 31 años)

"Parece que te sabe mejor gastar el mismo dinero allí que aquí", razona Garay. La lejanía, el exotismo y el descubrimiento son tres factores que alivian el precio que estamos pagando. No es lo mismo un euro gastado en Tomelloso que en Vietnam.

Viajes en familia, más complicados

"Otros veranos nos salía más barato irnos a Oporto, Lisboa o Toulouse que a Mallorca, Sevilla, País Vasco, Asturias o Cataluña. Ibiza es imposible, Andalucía no es barato. Incluso Alicante cada vez nos cuesta más. Hay muy poca oferta y mucha demanda en alojamiento. Reservamos en enero y, aun así, nos dejamos una pasta, porque somos cuatro y a veces cinco. No podemos ir todos a Santiago porque una semana en agosto nos sale como tres en Oporto. Para una pareja es sencillo, pero nosotros tenemos que mirar muy bien el hospedaje: que sea seguro, que no haya bichos, aire condicionado y calefacción y wifi, por si tengo que teletrabajar, porque hay muchos hospedajes baratos que al final no tienen internet". (Viviana, 38 años)

Otras de las consecuencias de la apertura del mercado es que el extranjero, así, en general, ofrece muchas más opciones que el mercado nacional que, por razones obvias, es más limitado. Por eso, en determinadas circunstancias, como los viajes en familia, en ocasiones resulta más sencillo marcharse a otro país (sobre todo, si no hay que pagar billetes) que quedarse en España. "Sigue habiendo destinos muy low cost en España, pero a veces es más barato viajar a otro sitio", explica Garay. "Factores como la proliferación de apartamentos turísticos han hecho que ir a un destino internacional sea más sencillo".

placeholder Playa en la popular Dubrovnik. (Reuters/Antonio Bronic)
Playa en la popular Dubrovnik. (Reuters/Antonio Bronic)

Un proceso extractivo

"Albania va a pegar un boom, ellos nos decían que el turismo estaba siendo una bendición, y les respondíamos 'espérate, no se vuelva en vuestra contra, que suban tanto los precios que no podáis comprar las cosas que antes comprabais fácilmente'. Están muy ansiosos de que vayan turistas, pero en un año o dos va a estar totalmente masificado porque todo el mundo ya empieza a saber que comer ahí u hospedarse es mucho más barato". (Silvia, 36 años)

Hace años fue el sudeste asiático, más tarde el este de Europa o África. El turista moderno busca cada año nuevos destinos baratos que sustituyan a aquellos que ya conoce y que poco a poco empiezan a subir precios. En unos años le puede ocurrir a Albania lo que ya le pasó a otros lugares como Croacia, el ejemplo que utiliza Garay.

"No es algo propio solo del turismo, pero hay fórmulas y fórmulas: un turismo bien hecho, basado en una economía social y cooperativa, puede deparar otro tipo de beneficios, pero no el turismo que va a esquilmar todo lo que puede y se marcha a otro sitio", concluye. "Es lo que ocurre con determinada parte de la industria crucerista, si no hay un diálogo con los gestores del destino, al final la vida para los residentes se hace insoportable".

"Somos un grupo de cuatro amigos e intentamos hacer un plan de festivales, pero este año los carteles nos parecían un poco flojitos y optamos por buscar un viaje. Y la verdad es que España a finales de julio nos salía más o menos igual que irnos al extranjero. Así que hemos estado mirando y nos vamos una semana a Marruecos, más o menos por el precio que nos salía como cinco días en España. Y, de hecho, estoy mirando para irme la primera semana de septiembre a Menorca y me sale más o menos igual que irme a Budapest o incluso Croacia". (Alba G., 37 años)

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