Telefónica debe esperar: la 'SEPI digital' invertirá en empresas más pequeñas

Telefónica puede esperar. De momento, la 'SEPI digital' no vehiculará las inversiones públicas en grandes compañías estratégicas del ámbito de las telecomunicaciones. El anuncio de este nuevo organismo, denominado oficialmente Entidad Pública Empresarial Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), despertó un gran interés el pasado febrero, por el hecho de coincidir con la entrada del Estado en el capital de la multinacional dirigida por José María Álvarez-Pallete. Enseguida, se barruntó que podría servir como vehículo inversor del Gobierno en esta y otras grandes tecnológicas, pero lo cierto es que el diseño final ha desmentido esas especulaciones.

Los estatutos de la nueva entidad, que fueron publicados este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), confirman que sus funciones, de momento, serán mucho más modestas. Esta suerte de fondo, que tendrá una potencia de fuego de unos 20.000 millones de euros, se centrará en el desarrollo del plan de recuperación europeo, y las inversiones, de carácter temporal, irán dirigidas a compañías de menor tamaño que Telefónica.

Una cosa son los sectores estratégicos y otra las empresas estratégicas. Entre las funciones de la SETT recogidas en el real decreto 676/2024 están "impulsar y ejecutar la financiación y la inversión en sectores estratégicos vinculados a la transformación digital, las telecomunicaciones, la microelectrónica, los semiconductores, las nuevas tecnologías digitales o el sector audiovisual". Sin embargo, esto no quiere decir que vaya a adquirir participaciones millonarias en compañías cotizadas como Telefónica.

El texto del BOE aclara que apoyará a dos tipos de empresas: las ya existentes y las de nueva creación. En el primer caso, lo hará o bien a través de préstamos y subvenciones, o bien a través de inversiones. Estas últimas pueden ser directas o por medio de vehículos de inversión. Pero lo más relevante son sus destinatarias: "Pymes, empresas emergentes y de capitalización media". No parece, por tanto, que la filosofía sea irrumpir en el capital de las grandes del Ibex.

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Desde el Ministerio de Transformación Digital, que dirige José Luis Escrivá, quitan trascendencia a este hecho, y reiteran que refleja lo que venía diciendo el Ejecutivo durante los últimos meses: por ahora, el objetivo de la SETT es vehicular las inversiones del plan de recuperación y, ya posteriormente, se podrá ir adaptando a las necesidades de cada momento. El diseño que aparece en el BOE, dicen, no prejuzga lo que pueda ocurrir en un futuro.

De momento, Telefónica se queda fuera. Las empresas de capitalización media se suelen caracterizar como las que cuentan con un valor bursátil de entre 2.000 y 10.000 millones de euros, una cifra no solo inferior a la del antiguo monopolio de telecomunicaciones (22.700 millones), sino también a la de otras compañías que, según se había especulado, podrían ser participadas por la nueva 'SEPI digital', como la aeronáutica Airbus (104.000 millones).

El Ejecutivo ha utilizado como base la entidad pública encargada de gestionar el Perte Chip

Estos movimientos, que tienen un profundo trasfondo político y surgen en un contexto de retorno del Estado al control de las empresas estratégicas, se antojan demasiado ambiciosos para los objetivos que, de momento, se ha marcado la SETT. Por poner en contexto: el 10% de Telefónica que ha tomado la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) supuso un desembolso de 2.285 millones. Indra, que también está en el punto de mira del Gobierno para crear un gigante europeo de la Defensa, vale algo más de 3.400 millones en bolsa, y la SEPI posee el 28% de la compañía.

Acelerar los fondos europeos

Más allá del tamaño de las empresas destinatarias, destaca otro aspecto recogido en el BOE: la vinculación de las inversiones con los Next Generation EU. "Las operaciones de inversión y apoyo (...) serán en todo caso minoritarias y se realizarán principalmente en el marco de la ejecución, gestión y seguimiento de los fondos de recuperación, transformación y resiliencia", reza el texto.

De hecho, el Ejecutivo ha utilizado una entidad pública ya existente, que se creó para gestionar el proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica de los semiconductores (Perte Chip), como base de la nueva SETT. Es la Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores, perteneciente al grupo SEPI, que ahora verá ampliadas sus funciones para abarcar "el ejercicio de potestades públicas vinculadas a la concesión de ayudas de Estado".

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Al final, se trata de extender el campo de actuación de la antigua entidad para sortear las estrictas reglas comunitarias contra las distorsiones en el mercado común y coordinar los desembolsos en tres ámbitos. En sus manos, 10.750 millones del Perte Chip, 4.000 del Fondo Next Tech para desarrollar proyectos digitales innovadores y 1.700 para convertir a España en el hub audiovisual de Europa. La SETT dependerá de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, que pertenece al ministerio de Escrivá, y estará presidida por su actual titular, la socialista María González Veracruz.

El consejo rector, máximo órgano de gobierno de la entidad, se deberá constituir en un plazo no superior a dos meses. Estará formado por la presidenta, el vicepresidente, un número de vocales no inferior a 10 ni superior a 15 y el secretario. Escrivá los podrá designar y cesar a dedo entre los miembros de su ministerio de reconocida competencia, siempre que tengan una categoría mínima de subdirector, aunque el Ministerio de Hacienda también se reserva un representante. Este órgano será el encargado de elegir al director general, quien ejercerá, en el día a día, la gestión de la entidad. También existirá una comisión para evaluar los proyectos, en la que, además del director general y cinco vocales, tendrán asiento siete profesionales independientes.

De momento, los estatutos no parecen los propios de una sociedad que vaya a articular inversiones millonarias en empresas estratégicas como Telefónica. Pero el Gobierno insiste en que irá partido a partido: "Se utilizará para lo que sea más útil". Si en algún momento cambian las circunstancias, la estructura ya estará preparada.