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Las empresas recortan en formación para pagar las subidas de cotizaciones y sueldos
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Ajustan en otros gastos

Las empresas recortan en formación para pagar las subidas de cotizaciones y sueldos

El peso de la formación en los costes laborales es la más baja desde que existen datos, mientras que el gasto en cotizaciones sociales marcó un nuevo máximo en 2023

Foto: Imagen de una oficina del SEPE. (Europa Press/Marta Fernández Jara)
Imagen de una oficina del SEPE. (Europa Press/Marta Fernández Jara)
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Aunque los trabajadores han perdido poder adquisitivo como consecuencia de la crisis inflacionista, los costes laborales han aumentado intensamente. Según los últimos datos del INE, en 2023 el coste por trabajador aumentó hasta los 36.130 euros. Es la cifra más alta de toda la serie histórica y un 13,5% superior a los costes salariales previos a la pandemia. Aunque este incremento no permite cubrir la inflación, es una subida que duplica el alza acumulada en los once años anteriores. Esto es, en menos de la mitad de tiempo, las empresas han visto cómo sus costes laborales subían el doble que en la década anterior.

Este incremento se explica por un aumento del salario por trabajador del 13,2% y de una subida de las cotizaciones sociales de casi el 16% por las medidas del Gobierno para aumentar los ingresos de la Seguridad Social.

Las empresas han seguido varias estrategias para asumir este aumento de los costes del trabajo, como trasladarlos a sus precios. Las empresas han aprovechado la crisis inflacionista para repercutir el grueso de los costes laborales. Pero también han recortado en otros costes. Uno de ellos es el de la formación de sus trabajadores. Esto es, la cualificación continua para adaptar a los trabajadores a las últimas novedades de su sector, ampliar sus conocimientos y, en definitiva, aumentar su productividad.

Como ocurre habitualmente, cuando unos costes suben mucho, los agentes económicos buscan soluciones recortando otras partidas. El porcentaje de los gastos laborales destinado a la formación de trabajadores cayó en 2023 por debajo del 0,2%. Se trata del dato más bajo de toda la serie histórica, igualando los pobres registros de los años de la pandemia en los que las empresas enfocaban todos sus esfuerzos a sobrevivir.

En el año 2019, las empresas destinaban algo más de 77 euros anuales por cada trabajador a la formación, en 2023 esta cifra cayó un 9% hasta situarse en 70 euros. Y, si se tiene en cuenta la inflación, la caída es todavía mayor en términos reales, superior al 20%.

La caída del gasto en formación ha sido una constante en las dos últimas décadas y va diametralmente en contra del signo de los tiempos. Una vez más, se observan los problemas de España con la cualificación de todos los trabajadores, una de las causas que explica los problemas de productividad (y de salarios). Hasta el año 2016, las empresas dedicaban algo más del 0,3% de su gasto laboral total a la formación, pero en los últimos años se ha reducido en algo más de un tercio.

El ahorro en gastos formativos ha sido desigual por sectores, con especial intensidad precisamente en las actividades de mayor valor añadido. Estas empresas son las que tienen más complicado encontrar a trabajadores, por lo que están pagando los salarios más altos. Esto explica que estén recortando en costes formativos, también por temor a perder a estos profesionales.

En el sector de la información y las comunicaciones (que incluye a las TIC), el gasto en formación se ha hundido un 26% en precios corrientes desde 2019 (cerca de un 40% en precios constantes); el de las actividades profesionales, científicas y técnicas, un 25% y el financiero, un 20%. Por el contrario, los gastos han aumentado en los sectores educativo y sanitario.

Las empresas han ahorrado también en otras partidas. Por ejemplo, el pago de gastos de transporte a sus trabajadores se ha reducido un 16% en los últimos cuatro años, y eso a pesar del aumento de los costes energéticos. Es probable que hayan sido los trabajadores quienes hayan tenido que costear esos gastos. También han recortado gastos sociales, con una reducción del 25%.

En el corto plazo, para los trabajadores lo más importante es la subida de los salarios, pero los recortes en formación tendrán impacto en sus carreras profesionales en el medio y largo plazo. Y lo mismo ocurre con el conjunto de la economía, que está en plena fase de digitalización e irrupción de la Inteligencia Artificial. Los trabajadores necesitan reciclarse, de lo contrario, sus posibilidades futuras se verán reducidas y también la productividad agregada del país.

Aunque los trabajadores han perdido poder adquisitivo como consecuencia de la crisis inflacionista, los costes laborales han aumentado intensamente. Según los últimos datos del INE, en 2023 el coste por trabajador aumentó hasta los 36.130 euros. Es la cifra más alta de toda la serie histórica y un 13,5% superior a los costes salariales previos a la pandemia. Aunque este incremento no permite cubrir la inflación, es una subida que duplica el alza acumulada en los once años anteriores. Esto es, en menos de la mitad de tiempo, las empresas han visto cómo sus costes laborales subían el doble que en la década anterior.

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