Actualidad

‘Net art’, el arte que surgió en internet para rebelarse contra un mundo cada vez más controlado

Por Rocío Romero

 ©Aykut Aydoğdu

El arte en la web dio sus primeros pasos en los años 90. Ahora, la tecnología se ha vuelto tan sofisticada que se hace cada vez más invisible para el público, hasta el punto de preguntarnos si una obra ha sido pintada a golpe de pincel o algoritmos.

Entras en una sala. Al fondo, un cuadro lleno de colores combinados, composiciones surrealistas, un tanto psicodélicas e inspiradas en la naturaleza. A simple vista podría tratarse de un lienzo pintado al óleo. Pero no lo es. Esta vez, el artista es un diseñador gráfico y el pincel, un puñado de códigos matemáticos. Su nombre es Leif Podhajsky, y sus trabajos han sido portada de discos de grupos de música como The Gypsy and The Cat o Tame Impala.

Este australiano es uno de los muchos artistas digitales que están revolucionando el mundo del arte. La tecnología ha pasado, desde hace años, a ser la herramienta con que personas como Aykut Aydoğdu, Elena Vizerskaya, Catrin Welz-Stein o Thomas Dodd, entre otras muchas, producen obras que rompen con las formas más tradicionales de representar la realidad. Este último, por ejemplo, sorprende por las características pictóricas de su obra: fusionando colores, luces y sombras, consigue trasladarnos a un escenario surrealista que entremezcla la fotografía con el arte clásico. “La tecnología se hace cada vez más invisible para el público. Los códigos, los algoritmos… Es algo tan sofisticado que apenas se ve. En estos momentos estoy trabajando con robots que imitan la mano del artista tradicional. Hay piezas que parecen que son óleo sobre lienzo, y, en realidad, están producidas por máquinas”, nos cuenta Daniel G. Andújar, uno de los pioneros del ‘Net art’ en España.

Portada del disco de Tame Impala
©Thomas Dodd

Lo cierto es que las cosas han cambiado mucho. “Ahora un diseñador gráfico puede ser un artista. La gente empieza a entender este tipo de arte, sobre todo a raíz de la pandemia, la explosión del mundo digital y los TNF (Tokens No Fungibles) -una especie de sello digital que verifica la autenticidad de la obra-”, opina Andújar. Recientemente, de hecho, pudimos apreciar el boom de esta tendencia cuando el artista y, por entonces prácticamente desconocido, Beeple, vendió su obra The First 500 Days por 69 millones de dólares. Un trabajo en forma de collage con 5.000 imágenes que, aunque se trate de un hecho inmerso en el debate sobre si, en realidad, tiene más peso de maniobra publicitaria o de hito histórico, hay una cosa clara: su creador se ha convertido en el tercer artista vivo más caro, solo por detrás de Jeff Koons y David Hockney.

'Everydays: The First 5000 Days'

Del simple algoritmo, ¿a obra artística?

El término ‘Net art’ comenzó a utilizarse en los años 90 para abordar el mundo del arte en la red y las comunicaciones. “Permitía que confluyesen e interactuaran comunicaciones y gráficos, email, textos e imágenes; facilitando que los artistas, entusiastas y críticos de la tecnocultura intercambiaran ideas y compartieran un interés común en el mantenimiento de un diálogo permanente”, afirma, Rachel Greene en su libro ‘Internet art’’.

Algunos de los primeros en empezar a utilizar Internet como instrumento de expresión por esos tiempos fueron Vuk Ćosić, Alexei Shulgin, Heath Bunting, Jodi y Olia Lialina. “Explotaron al máximo las posibilidades de la red, no solo creando obras de forma individual o conjuntamente, sino constituyendo comunidades artísticas para favorecer el debate y difundir sus trabajos”, explica en su tesis la doctora en Bellas Artes Marta López López.

Así, uno de los primeros proyectos en 1996 fue Net.art per se (CNN interactive), el primero presentado por Ćosić de forma oficial. El artista imitaba la web de la cadena estadounidense, dando forma a una especie de índice para acceder a otras páginas y, en especial, al resumen de la conferencia Net.art celebrada en Trieste unos meses antes. “Esta obra era una parodia y apropiación de los medios de comunicación populares, que estaban bajo sospecha en ese momento debido a la proyección de información cada vez más mercantilizada”, dice Greene.

Al igual que este, fueron apareciendo otros proyectos como Desktop, de Alexei Shulgin, en 1997: el artista recibió imágenes de los fondos de pantalla del ordenador de espectadores de varias partes del mundo. “El archivo de todo este material privado hecho público formó parte de la primera muestra internacional de escritorios en línea, un referente inmediato del ‘screenshot art’ y que, a la vez, contemplaba las posibilidades infinitas de composición de singularidades jugando con los iconos de acceso directo y otros detalles de la pantalla de inicio”, explica la doctora en Bellas Artes.

My Boyfriend Came Back from the War

‘My Boyfriend Came Back From the War’, en 1996, es otra de las obras que podrían considerarse históricas. En este caso, la rusa Lialina refleja la conversación entre una chica y su novio que acaba de llegar de la guerra, y lo hace con formas simples de HTML, según López: “A medida que el espectador navega por esta obra, la trama narrativa se va desencadenando aleatoriamente, según la selección de hiperenlaces que se vaya haciendo en cada momento, pudiendo llegar a la incomprensión total”. Esta historia sobre el amor y la soledad fue laureada al año siguiente con el tercer premio del ‘Web Art Contest’ de São Paulo (Brasil).

Tras el boom de finales de los 90, el mundo del arte digital sufrió un parón: “El ‘Net art’ desapareció simplemente porque internet evolucionó. Tan pronto como una gran cantidad de gente obtuvo acceso, perdió su sentido. Se disolvió en una masa de blogs y plataformas. Se podría decir que el ‘Net art’ inventó e investigó métodos y tecnologías empleadas en la web 2.0”, afirma el artista ruso Alexei Shulgin's en una entrevista. Pero poco a poco, de nuevo, esta corriente volvió a tomar impulso. “Muchos se han sentido atraídos por la web 2.0 desde un primer momento en el sentido de explorar y experimentar a través de diferentes prácticas artísticas dentro y fuera de la red”, asegura Marta López.

USA

Así, con el tiempo, están surgiendo obras y exposiciones cada vez más sumergidas en el concepto de arte digital como un espacio de crítica y de resistencia a un mundo cada vez más controlado. Un ejemplo lo tenemos en webs como Net art Anthology, o museos como el New Hello Museum, con espacios dedicados al arte digital que recuperan y ponen en valor el legado de esta corriente. Y en este contexto, la tecnología sigue avanzando a pasos agigantados.

Precisamente ahora, el arte está dando un paso más abriendo un nuevo paradigma.. La Inteligencia Artificial ya es capaz de interpretar nuestras palabras y crear imágenes artísticas, lo que nos hace preguntarnos qué hace humanas las creaciones, hasta dónde llegaremos y si en un futuro, quedará algo del arte tal y como lo conocemos hoy en día.