Art Basel 2023: guía para entender la gran feria del arte

Poco a poco, con el paso de los años, hemos visto cómo la marca Art Basel se ha ido extendiendo por el mundo: primero Miami y Hong Kong y, a finales del año pasado, también París. Ahora, entre el 15 y el 18 de junio, le llega el turno a la que fuera su feria matriz, la suiza, que le dio el nombre originalmente. En esta ocasión se reúnen 284 galerías de prestigio, la mayoría de las cuales presentes en ediciones anteriores, aunque hay 21 que acuden a la cita por primera vez.

No hay que esperar, sin embargo, hasta el jueves para disfrutar de la meca del arte contemporáneo, pues desde el 12 ya han tenido lugar una serie de actividades previas, como el inicio del ciclo de cine que acompaña a la feria, y en el que se proyectan películas relacionadas con arte.

El espacio se encuentra dividido en distintos sectores, y también puede visitarse desde el pasado día 12 uno de ellos, denominado Parcours y comisariado por Samuel Leuenberger. En este sector, se han repartido obras de 24 artistas por distintos puntos de la ciudad de Basilea, incluyendo pintura, fotografía, performance... Así, el encuentro trasciende al mundo del arte y de su coleccionismo, y se cuela en el espacio urbano en el que se emplaza. Esta es, de hecho, una de las principales preocupaciones de la feria durante este año: la de hacer partícipe a la ciudad y a sus habitantes.

Junto a la feria en sí, los museos y fundaciones de primer nivel de la ciudad también exhibirán una notable variedad de exposiciones. Entre ellas destacan Doris Salcedo & Basquiat: The Modena Paintings en Fondation Beyeler, así como Out of the Box – 20 Years of Schaulager en Schaulager.

En la plaza principal del recinto se ha querido otorgar un lugar especial a la artista marroquí radicada en suiza Latifa Echakhch, a la que se ha ofrecido un espacio para que realizara una obra pensada en él, también comisariada por Leuenberger. La artista visual, escultora y creadora de instalaciones, representó a Suiza en la edición del año pasado de la Bienal de Venecia. Su obra, denominada The concert, mostraba a una serie de criaturas humanoides hechas con material de deshecho, que parecían enmarcados en un paisaje en ruinas a punto de ser abrasado por el fuego.

Es habitual encontrar en su obra ruinas o lugares derruidos, que ella interviene para reflejar la esperanza y las posibilidades que pueden encontrarse entre lo que habitualmente consideramos inservible y ruinoso. Además, esta obra site specific será el perfecto telón de fondo para conciertos y otras actividades que tendrán lugar en la Mezzeplatz, contribuyendo así también a acercar las obras que forman parte de la feria a la población de Basilea.

Cinco galerías españolas

Dentro ya del espacio más tradicional de la feria, encontramos el resto de sectores, que ordenan de forma transversal los trabajos expuestos y facilitan recorridos más específicos por la inmensa superficie del recinto. Hay, por supuesto, una zona tradicional en la que las galerías muestran en sus stands a sus artistas más destacados.

Este año, entre las 284 galerías pertenecientes a 36 países diferentes se encuentran cinco españolas: Elvira González , Elba Benítez, Travesía Cuatro, 1 Mira Madrid y carlier | gebauer, con sede en Madrid y Berlín. En sus cubículos se encontrarán, como no puede ser de otro modo, piezas de algunos de los artistas contemporáneos más importantes de nuestro país, como Cristina Iglesias, Ingasí Aballí –a los que lleva Elba Benítez–, Chema Madoz, Robert Mapplethorpe o Miquel Barceló –de la mano de Elvira González–, entre otros. Sin embargo, también abundarán obras de artistas emergentes de otras latitudes, como el portugués Carlos Bunga –Elba Benítez– o la francesa Laure Prouvost –cartier | gebauer–, y artistas históricos como Eleonore Koch –Travesía Cuatro–.

Piezas monumentales

Junto a esta parte más tradicional de la feria, destacan en ella nuevos espacios como Unlimited, dedicado en exclusiva a piezas monumentales, dando cobijo a todo tipo de proyectos cuyas dimensiones impidan que puedan mostrarse cómodamente en los cubículos habituales. Además de albergar pinturas y esculturas a gran escala, en su interior pueden encontrarse también series fotográficas completas y proyecciones. Se trata de un enorme espacio, de 16.000 metros cuadrados, en el que se muestran 76 proyectos, la mayoría de los cuales nunca se habían expuesto en la feria en ediciones anteriores, debido en gran medida a las dificultades logísticas que este nuevo espacio solventa.

Uno de los destacados que podemos encontrar en Unlimited, en este caso de carácter histórico, es el que reúne diez copias de las fotografías originales que Richard Avedon realizó para su exposición In the American West, en el Museo Amon Carter de Tejas entre 1979 y 1984. Otros ejemplos de piezas que pueden encontrarse en este área son el friso de casi nueve metros denominado Memorial II (tríptico) en el que la artista vienesa Martha Jungwirth representa a los animales que perecen en los desastres naturales, o PsycoBurn (Cut Out), de Cornelia Parker. En esta obra, la artista retuerce y deteriora una de sus obras anteriores en la que, utilizando las tejas y ladrillos rojos de un granero, recreó en grandes dimensiones la icónica mansión de la película Psycosis, lo cual quizá nos ayude a entender mejor el gran espacio con las que cuenta esta zona de la feria.

Artistas emergentes

Otra de las áreas de Art Bassel más destacadas es Statements, dedicada a los artistas emergentes. Tal y como indica el informe de 2022 que la propia empresa Art Basel publica junto a USB anualmente, el mercado del arte se encuentra especialmente interesado en la conocida como wet painting, pintura ultra contemporánea, prácticamente recién creada –de ahí su nombre–, cuyas elevadísimas cifras las respalda precisamente esa novedad, y no el nombre del autor, como es habitual.

Algunas de las propuestas de entre los artistas emergentes son la monumental obra textil de Bonolo Kavula, que muestra la importancia que el arte textil ha adquirido durante las últimas décadas, o las esculturas de Gordon Hall, en las que pueden contemplarse objetos del día a día otorgándoles un nuevo uso y, de este modo, un significado novedoso.

Por último, hay un sector dedicado a exposiciones de corte más histórico de artistas del siglo XX y XXI, otro para obra editada o impresa, un tercero para revistas y uno más para conversaciones; además de Kabinett, un espacio en el que las galerías pueden presentar proyectos curatoriales distintos.

La última edición de Art Basel muestra, en definitiva, cierta amplitud expositiva y temática en la que tienen cabida desde las funciones más tradicionales hasta otras más novedosas. De este modo, mientras amplían su influencia por diversos puntos del globo, también aumentan la cantidad de temas y obras que tienen cabida entre sus muros. Ahora solo queda esperar a ver si todos estos cambios influyen en las ventas en este encuentro que es, sin duda, termómetro del mercado del arte, y que permitirá hacer predicciones sobre lo que queda de año.