Arquitectura & Diseño

El sofá Maralunga y otros iconos del diseño de posguerra que cumplen 50 años

Por María Couso

Imagen de campaña del sofá Maralunga de Vico Magistretti
        © cassina historical archives

En los años 70 se produjo un ‘boom’ del diseño a uno y otro lado del Atlántico. La creatividad bullía y los principales exponentes de los diversos estilos -el modernismo, el industrial, el radical…- que convivían en aquella época alumbraban cada poco un nuevo diseño destinado a no pasar nunca de moda. 1973 fue un año especialmente prolífico.

Se dice de él que es el sofá más cómodo del mundo: abatible, con una estructura de acero y un mecanismo de movimiento con garantía ilimitada. Un mueble flexible capaz de conjugar diseño y confort, un mito casi imposible de romper. Hablamos del archi famoso Maralunga (1973), un icono que cumple 50 años y que sigue siendo una de las piezas estrella de Cassina, con decenas de versiones a sus espaldas.

Desde El Grito, hacemos un repaso por la obra de Vico Magistretti (Milán, 1920-2006), su creador, y de otros hitos del diseño que también celebran sus bodas de oro. Sus creadores -Warren Platner, Ettore Sottsass, Enzo Mari y Verner Panton- son hijos de la posguerra, una nueva generación de creadores modernistas que marcarán la historia del diseño en los años 70. ¡Bienvenidos al Mid-century!

Historia de un arrebato

La historia de Vicco Magistretti y su Maralunga nace de un arrebato, el que le dio a Cesare Cassina cuando el diseñador le presentó el primer prototipo del sofá, rígido e incómodo según el industrial. Dice la leyenda que le dio un golpe al respaldo y que este se inclinó hacia adelante. Lo que podía haber acabado en un drama resultó ser la mejor idea: un sofá abatible. Y es que como dice la interiorista Lorinda Mamo: “Cada gran diseño comienza con una historia aún mejor”.

Cuando el diseñador italiano vio inclinado el sofá le vino la inspiración, ¡habemus movimiento! Magistretti ideó un mecanismo interno en el respaldo y en los brazos para poder abatirlos hacia adentro en varias posiciones, un dispositivo sencillo que consiguió con la cadena de una bicicleta. Y… ¡voilà!, Cassina logró uno de sus sofás más vendidos que perdura en el tiempo, un hito del diseño por el que Magistretti ganó el aclamado Compasso d'Oro en el año 1979.

Lámpara de mesa Eclisse (1965)
Longue chair Sinbad (1980)

Las décadas de los 60 y 70 fueron, sin duda, los felices años 20 del diseño italiano y, como no, Milán era el epicentro de esta explosión de creaciones y creadores brillantes de la posguerra que han hecho historia. Entre ellos, Magistretti que siempre estuvo muy ligado a Cassina, pero también a otras casas de diseño como Artemide o Fritz Hansen. Su trabajo estuvo en boga durante décadas, como el de sus coetáneos, otros grandes de esa generación de genios como los hermanos Castiglioni, Marco Zanuso o Mario Bellini, dejando en los libros de diseño ilustres piezas como la lámpara de mesa Eclisse (1965) -Compasso d’Oro 1967-, la longue chair Sinbad (1980) o la silla Carimate (1959). Algunas de ellas ya son cincuentonas y hasta sesentonas.

“La simplicidad y el concepto son la base del diseño y la arquitectura. Un buen diseño dura 50 años, el resto son cosas temporales”, decía el arquitecto y urbanista italiano. Y sí, muchas de sus obras ya se puede decir modestamente que son “un buen diseño”.

El florero fálico que nació del amor

Ettore Sottsass (1917-2007) es otro de esos genios de la posguerra que marcó una generación y un estilo sin precedentes. Icono de la modernidad y bautizado por muchos como el padre del posmodernismo, este austriaco e italiano de adopción, fue el fundador del famoso grupo Memphis en los años 80 junto con otros afamados diseñadores, Hans Hollein, Arata Isozaki, Andrea Branzi, Javier Mariscal y Michele de Lucchi, entre otros. Diez años antes del nacimiento de este movimiento con un estilo único e irrepetible, el diseñador lanzaba un florero de cerámica con forma fálica: Shiva (1973).

Shiva (1973)
Shiva (1973)

Este diseño, que cumple medio siglo de vida, es fruto de la personalidad y las inquietudes de Sottsass -romántico, curioso y místico-, que por aquel entonces viajaba con frecuencia a Barcelona, ahí se enamoró de una catalana que le inspiró este florero que cabalga entre lo cósmico y lo escultórico.

Otra de sus fuentes de inspiración fueron sus viajes a la India, de ahí el nombre de Shiva, “falo” en sánscrito. Shiva es el dios supremo que crea, protege y transforma el universo, una deidad que se venera en forma de lingam (falo). El shiva lingam simboliza la unión de este dios con Kali, activa los chacras y eleva y controla la energía kundalini (vital). Un símbolo de la sanación emocional, la apertura a la feminidad y al auto-amor, para conectar con lo divino y con el propósito vital de cada persona. Así eran sus “arquitecturas pequeñas”, puro simbolismo. Como este florero que esconde mucho detrás.

La mesa Frate

El maestro milanés Enzo Mari (1932-2020) diseñó en 1973 la mesa Frate para Driade. Una pieza elegante y lineal formada por un tablero de cristal transparente para dar sencillez a la pieza y enfatizar su base de perfiles de acero unidos por una viga de madera maciza.

Mesa Frate

Pero para entender a Mari hay que saber un poco de su filosofía de vida. Formado en Bellas Artes en Milán, comenzó a dedicarse al diseño industrial en la década de los 50. De ideología comunista, veía el diseño como algo para todo el mundo, no solo para unos pocos privilegiados. Apostó por democratizar el acceso al diseño, por la producción en masa y los muebles multifuncionales.

Más allá de idealismos, Mari estuvo ligado toda su carrera a grandes firmas como Artemide, Zanotta o Magis, ha trabajado como docente y ha escrito varios libros. Su mesa Frate es una de las más vendidas de la marca Driade. Hace tres años nos dejaba junto a su mujer -también diseñadora-, pero su obra ya es un clásico contemporáneo que cumple cinco décadas. ¡Felicidades!

La silla System 123 de Verner Panton

Hablar de Verner Panton (1926-1998) es hablar de color, futurismo, curvas y Mid-century. Es uno de los diseñadores más mediáticos de todos los tiempos, un símbolo del diseño danés y de los más influyentes del siglo XX. Su mobiliario, de plástico y con tonos llamativos, ha dado la vuelta al mundo y continúa en producción.

Verner Panton nació en Gamtofte (Dinamarca), estudió arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague y a comienzos de los 50 trabajó en el estudio de Arne Jacobsen. En 1955 fundó el suyo propio y empezó a producir sillas y lámparas.

Panton Chair (1967)
Foto promocional de ‘System 123’ en los años 70 © Fritz Hansen

Con Vitra comenzó a colaborar a principios de los años sesenta, cuando desarrollaron conjuntamente el que sería su diseño más famoso, la Panton Chair (1967). Este fue también el primer producto desarrollado por Vitra de forma independiente.

Para la firma Fritz Hansen diseño el sillón System 123 en 1973, aunque menos conocida que la silla Panton, este asiento giratorio con respaldo alto tapizado y base de aluminio pulido es una de esas obras escultóricas y geométricas por las que apuesta el danés, una pieza que ya podemos decir que es icónica tras cumplir cincuenta años.

Los muebles geométricos de Platner

Warren Platner (1919-2006) y su famosa colección de muebles de oficina para Knoll (1973) también cumplen medio siglo de vida. El arquitecto estadounidense se empapó en el movimiento artístico del Mid-century, trabajando con grandes artistas como Eero Saarinen. En la década de los 60 comienza a diseñar para Knoll muebles geométricos, elegantes y escultóricos.

De su obra, muy arquitectónica, destaca el interiorismo del Windows on the World, el restaurante de la Torre Norte del desaparecido World Trade Center (1973-2001) de Nueva York, en el que los espejos y el latón se integran en el espacio, algunos hablaban de un nuevo “Versalles modernista y geométrico”. Curiosamente, este año se cumplen también 50 años de la construcción de este rascacielos ideado por Minoru Yamasaki, se dice de él que es un arquitecto maldito, ya que algunas de sus obras fueron demolidas o sufrieron alguna desgracia.

Recepción del desaparecido restaurante 'Windows on the World', Nueva York. © D.R.
Recepción del desaparecido restaurante 'Windows on the World', Nueva York
          Foto: courtesy of the Nestlé Library.

La colección de mobiliario Platner se convirtió en un símbolo del modernismo americano, de la sofisticación e incluso de la ostentación. Con la silla Curly de Knoll transformó el alambre de acero en formas armoniosas para espacios refinados.

Piezas ligeras, etéreas, que dieron paso a una nueva generación de espacios glamurosos gracias a este mobiliario que se exportó por todo el mundo y que, 50 años después, no pasa de moda. “Un diseño clásico es algo que, cada vez que lo miras, lo aceptas como está y no ves ninguna forma de mejorarlo”, sentenció Warren Platner.

El arquitecto continuó colaborando con Knoll y en 1973 presentó la colección de oficina ejecutiva Platner, que incluyó tableros y otros accesorios diseñados para un nuevo concepto de oficina eficiente y discreta. Escritorios ergonómicos, compartimentos integrados para guardar documentos, diseños flexibles y productivos. Una vida dedicada al diseño de interiores y la arquitectura hasta su muerte, en 2006.