Exposiciones

Un arzobispo, un rey, un artista y un contrato vitalicio por el Pórtico de la Gloria

Por LORENA BUSTABAD. Santiago de Compostela

Pórtico de la Gloria (ca. 1168-1211) de Maestro Mateo @ Fundación Catedral de Santiago

Era tan brillante que el rey Fernando II le otorgó en 1168 una pensión vitalicia para blindarlo al Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. El primer contrato indefinido de la historia del arte en España. Nos colamos en la exposición Un Maestro de nombre Mateo para conocer la historia del hombre que ideó la que probablemente sea la obra cumbre del Románico en Europa.

No está claro cuál era su origen pero se da por cierto que el Maestro Mateo era un genio. Un hombre avanzado a su tiempo, autodidacta y emprendedor que viajó por Europa y se formó durante años en los fundamentos de la arquitectura para conocer y dominar las herramientas con las que darle forma a su arte en piedra. Gracias a eso ideó la que probablemente sea la obra cumbre del Románico en Europa: el Pórtico de Gloria de la Catedral de Santiago, que ejecutó entre 1168 y el 1211. Lo que le valió un contrato vitalicio.

El artífice de la idea fue el arzobispo Diego Xelmírez, el primer gran impulsor de las peregrinaciones a Compostela -el germen del Camino de Santiago- para cerrar el triángulo de la cristiandad tras Jerusalén y Roma. Quiso retenerlo a toda costa -lo que evidencia que el Maestro Mateo tenía una trayectoria que lo avalaba- ligando su destino a la construcción de la catedral como si de un futbolista galáctico se tratase. Y lo logró garantizando sus necesidades, convenciendo al monarca, entonces el rey Fernando II de León, de que le otorgase al artista una pensión de por vida a finales del siglo XII. El documento, redactado en latín, es uno de los valiosos tesoros del Archivo de la Catedral de Santiago que se muestra en la exposición Un Maestro de nombre Mateo ubicada en el Museo catedralicio y en el tour virtual de la Fundación Catedral de Santiago.

Contrato de Maestro Mateo. Archivo de la Catedral de Santiago de Compostela

En una versión abreviada, el contrato dice así: “Por estas cosas yo, Fernando, rey de las Españas, por amor de Dios, por quien reinan los reyes, y por la reverencia de Santiago, piísimo patrón nuestro, te doy y concedo a ti, Maestro Mateo, la percepción de dos marcos a la semana (100 morabotinos anuales). Te doy durante toda tu vida, para que siempre la tengas, y para la obra de Santiago, y sea mejor para tu persona; y aquellos que vieran, velen y se dediquen con afición a la citada obra. Fernando II de León a 23 de Febrero del año 1168”.

A cambio de esa importante suma, no poco para la época para un hombre sin estirpe nobiliaria, Mateo se echaba a las espaldas la dirección constructiva de la gran iglesia. Fue el primer contrato indefinido para un mago de la piedra que con el pan asegurado para él y sus estirpe, podía sacudirse la preocupación alimenticia y centrarse en las creativas.

David / Salomón, Maestro Mateo (h. 1188)
San Mateo, Maestro Mateo (h. 1200)
Caballos del cortejo de los Reyes Magos, Maestro Mateo (h. 1200)

También es el primer testimonio documental de la existencia de este artista polivalente que jugó un papel fundamental en que la catedral sea como es. Más que un cantero, el Maestro Mateo fue arquitecto y director de proyecto. Dirigió un equipo de manos expertas a los que imprime personalidad propia para ejecutar, a lo largo de 50 años, todo un proyecto iconográfico en el que hubo de conjugar “la gestión, la programación, la dirección y la ejecución” del conjunto monumental y ajustarlo, presumiblemente, al presupuesto.

“Se plantearon hacer un templo alto, esbelto y majestuoso”, explica Sandra, una de las guías de los paseos guiados por los tejados de la catedral compostelana que descubre sus secretos, pasadizos y almenas defensivas. Aspiraba a ser la top model de las catedrales europeas. Un recinto lleno de luz, ventanales y vidrieras coloridas que rompiese con la estética gruesa y oscura de las antiguas iglesias románicas. Un templo lleno de mensajes en piedra, de figuras contando historias de infierno y redención para un pueblo analfabeto.

CCatedral de Santiago de Compostela @ Biblioteca Nacional de España

El Camino, el internet del Medievo 

Ese proyecto iconográfico al que dedicó su vida el Maestro Mateo es el Pórtico de la Gloria, laboriosamente restaurado del 2008 al 2018. El conjunto va mucho más allá de una puerta porticada al templo en su fachada occidental y se construyó en tres alturas para salvar el desnivel del terreno. Él mismo lo firmó con su nombre en el dintel el 1 abril de 1188 y dejó escrito para la posteridad que lo edificó “desde los cimientos”.

Pórtico de la Gloria (ca. 1168-1211) de Maestro Mateo @ Fundación Catedral de Santiago
Dinteles arco central del Pórtico de la Gloria (1188) de Maestro Mateo @ Fundación Catedral de Santiago

Su obra magna es el relato completo del Apocalipsis a la Salvación, desde la cripta, donde se esculpe el mundo terrenal y sus astros, ascendiendo hacia la gloria. Por el camino, un conjunto de animales del bestiario medieval, reales y fantásticos, ángeles, profetas, evangelistas y apóstoles en la representación del Juicio Final. En la arquivolta, 24 ancianos -cada uno con su rostro individualizado- afinan sus instrumentos para tocar música celestial alrededor de un parteluz que preside Santiago el Mayor para dar la bienvenida al Paraíso (en la catedral). La apuesta por la catedral de Compostela se vio reforzada cuando el rey Fernando II de León, que había sido educado por un noble gallego que a la postre sería su suegro (uno de los tres que tuvo) fundó la Orden de Santiago y le arrancó al Papa Alejandro III la gracia del Año Santo Jacobeo. Fue un revulsivo para el apogeo de las peregrinaciones pero también para el desarrollo económico, cultural y artístico de todos los territorios que atravesaba. El Camino de Santiago fue la ‘Red’ de comunicaciones de la Edad Media.

Mateo también firmó un maravilloso coro de piedra que fue sustituido por madera en 1604 para complacer al arzobispo de turno y algunas estatuas columnas de David, Isaac o Abraham junto al cortejo de los Reyes Magos que fueron halladas casualmente y que probablemente se retiraron de su lugar original en las sucesivas reformas del templo.