Arquitectura & Diseño

Desde edificios ocultos hasta casas en 3D: un repaso a ‘Las semanas de Arquitectura’ de Barcelona

Por Romina Vallés. Barcelona

Casa pasiva de Energiehaus.

Las ‘Semanas de Arquitectura’ de la Ciudad Condal ponen el foco en la sostenibilidad y en la eficiencia energética con distintos prototipos, pero también en los edificios más emblemáticos.

Todo el mundo ha visto (y seguramente, rematado la visita con una foto) el Arco del Triunfo de Barcelona que se erige al final del Paseo de Sant Joan, una de las grandes avenidas de la ciudad, a cuatro pasos del Parque de la Ciutadella. Muchos sabrán que, junto con ese jardín y sus emblemáticos edificios, el arco se construyó con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Sin embargo, casi nadie conoce la puerta secreta, situada en uno de los extremos de esta construcción de Josep Vilaseca, que da a una angosta escalera de caracol de 144 peldaños, “no apta para personas con vértigo, claustrofobia o problemas de corazón”, como se advierte al visitante en la web de Las semanas de Arquitectura de la Ciudad Condal.

Además de penetrar en las entrañas de este arco triunfal con elementos ornamentales de neomudéjar, quien llegue hasta arriba podrá disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Esta visita solo es posible en contadísimas ocasiones y este mes de junio es una de ellas, con motivo de este evento del Ayuntamiento de Barcelona y la Fundación Mies van der Rohe, que este año se centra en la Exposición Universal de 1888. El evento es, en realidad, la antesala de la celebración de la Capital Mundial de la Arquitectura Barcelona 2026.

Invernadero del Parque de la Ciutadella (48h Open House Barcelona).

Durante estos días, también es posible descubrir una pequeña joya de 135 años, hasta este 2024 clausurada al público, el Invernadero de la Ciutadella, construida por Josep Fontserè y Josep Amargós en el ala científica del parque para la Exposición. Tras su rehabilitación, se puede volver a contemplar la imagen original del invernadero, con su estructura de hierro primigenia, el color verde de sus ventanas y hasta los paneles decorativos de Alexandre de Riquer, entre el estucado y la pintura.

Aún sin salir del jardín modernista, el visitante podrá sorprenderse con dos perlas más: el Umbráculo, cuya función era dar sombra a las especies vegetales de otros climas, y el conjunto escultórico de la Cascada Monumental, inspirada en el Château de Eau de Henri-Jacques Espérandieu, del Palacio Longchamps de Marsella. Dos curiosidades sobre esta: en su parte trasera hay una gruta artificial con un depósito de agua que en 1888 se usó como acuario. Además, en la construcción de la cascada participó un joven estudiante de arquitectura llamado Antoni Gaudí.

Parte trasera de la Cascada monumental de la Ciutadella (48h Open House Barcelona).
Umbráculo del Parque de la Ciutadella (48h Open House Barcelona).

Un ‘bonus track’: el actual Parlamento de Cataluña, también en el recinto, fue construido en 1717 como arsenal de la ciudadela militar (almacén de pólvora y armas ligeras). Aunque el edificio era símbolo de una época oscura de torturas y represión, la organización de la Exposición decidió reutilizarlo para el evento, porque no había tiempo de construir más edificios. Si en un primer momento se pensó como Palacio Real y después como museo municipal de arte, al final, el presidente Francesc Macià, decidió ubicar el Parlamento en este edificio histórico, que tiene elementos del modernismo y novecentismo.

Las Caballerizas de la Guardia Urbana, el café-restaurante de la Exposición o el Depósito de las aguas (actual biblioteca de la Universidad Pompeu Fabra) están entre los 10 espacios ocultos que se pueden visitar.

Foto: Gregori Civera©

Casas impresas en 3D

Las Semanas de Arquitectura de Barcelona de este año no solo han tenido en cuenta la evolución histórica de los edificios más emblemáticos de la ciudad, sino que también abren el foco a las nuevas demandas sociales. Y aquí, de nuevo, la emergencia climática es protagonista, pero también el anhelado ahorro energético individual que, al final, nos lleva a lo mismo: a vivir con mayor calidad de vida en las ciudades.

En el corazón del Parque Natural de Collserola, en Barcelona, se encuentra el primer edificio de España impreso en 3D. Para su creación, se utilizó tierra y una Crane WASP, una impresora 3D por módulos capaz de imprimir casas de la nada. Su construcción generó cero residuos, al proceder de la producción aditiva, y su huella de carbono es prácticamente nula. El prototipo se puede visitar ahora en la masía Valldaura Self-suffficient Labs, un proyecto impulsado por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) para la investigación en la producción de energía o alimentos con un objetivo: conseguir hábitats autosuficientes.

Detalles de la casa 3D. Gregori Civera©.
Detalles de la casa 3D. Gregori Civera©.

En pro de esa autosuficiencia, el grupo de investigación también ha construido un prototipo de invernadero solar para reinterpretar las necesidades sociales de la vida moderna. Es de pino carrasco local, molido, secado, prensado y después tallado milimétricamente, y su techo de cristal en forma de diamante permite la captura solar por parte de los paneles integrados. Cuenta, además, con un sistema de suministro de nutrientes a través de tuberías para alimentar a los vegetales directamente y luces negras LED para facilitar sus ciclos de crecimiento. ¿Formarán estos invernaderos parte del paisaje de nuestras ciudades, al lado de los huertos urbanos?

Invernadero solar. Adrià Goula

Una casa para olvidarse del calor en verano y del frío en invierno

En el barrio de la Vila Olímpica del Poblenou de Barcelona, a una manzana del mar, se levanta un peculiar edificio residencial rehabilitado para sacar el máximo partido a ese clima mediterráneo. Gracias a su orientación, sistemas de aislamiento y ventilación, además de placas fotovoltaicas, es capaz de conseguir el mayor confort interior sin utilizar sistemas de calefacción o refrigeración convencionales, porque consume exclusivamente la energía generada por la propia casa. En otras palabras, vivir en este edificio es olvidarse del calor en verano y del frío en invierno.

Pero lo curioso es que si este tipo de construcción se hubiera ubicado en un exuberante bosque alemán de la Selva Negra o en el marroquí desierto del Sáhara también sería energéticamente eficiente. Porque las casas pasivas -o ‘Passivhaus’, el nombre que recibe su estándar de construcción acuñado en Alemania- se diseñan teniendo en cuenta las condiciones del entorno, como la temperatura, la humedad, el viento o el impacto solar.

Con su rehabilitación, esta casa pasiva barcelonesa, la ShowPass, ha logrado un ahorro del 80 % en la factura de la calefacción y refrigeración. Estos resultados son reales, ya que, más allá de funcionar como un ‘showroom’, en la casa vive la familia de Ángela, la responsable del estudio de arquitectura que la ha diseñado, Energiehaus, como ella misma nos cuenta.

Terraza interior de la casa pasiva de Energiehaus.

Gran parte de la energía consumida en toda la vivienda viene cubierta por placas fotovoltaicas. El agua para la calefacción y las aguas calientes sanitarias (ACS), que se usan en baños, duchas, fregado de platos, suelos o lavadoras, se templan gracias a la instalación de una aerotermia de alta eficiencia que recoge la energía del aire exterior. Un sistema de ventilación y filtrado del aire asegura que los agentes nocivos del interior (CO2, vapores procedentes de productos químicos, radón, etc.) sean continuamente expulsados hacia el exterior y, a la vez, evita la entrada de los contaminantes de la calle (partículas de tráfico, de la industria, etc.).

ShowPass, que además ha sido rehabilitada con materiales de muy baja huella ecológica, ahorra 11,2 toneladas CO2 anuales en emisiones de gases de efecto invernadero, lo mismo que absorben 900 árboles en un año.

Un edificio de viviendas cooperativas donde se ahorra (mucha) agua

Siguiendo el litoral en dirección al aeropuerto de la ciudad, pasamos por el distrito de Sants-Monjuïc, donde se encuentra la Marina del Prat Vermell, un barrio de nueva planta que se está desarrollando en terrenos que hasta el momento eran industriales. Allí está la Chalmeta, una vivienda cooperativa de Pau Vidal + Vivas Arquitectos que contempla 32 pisos con espacios de uso comunitario y comercial bajo criterios de bioconstrucción, diseño saludable y eficiencia energética.

Foto: Jose Hevia
Foto: Jose Hevia

El edificio, donde ya viven inquilinos, ha resuelto la esquina en la que se ubica con un vaciado de su parte central, donde se incluyen tres patios abiertos que garantizan la ventilación y la luz óptimos para las viviendas; y además recogen los espacios de circulación y relación vecinal. El diseño de la finca, a dos alturas, es abierto y flexible, tanto en los espacios comunitarios como en los privados, todos versátiles en sus posibles usos a lo largo de la vida de sus habitantes. Por ejemplo, en las zonas compartidas hay lugar para un huerto y espacio para la instalación de placas solares, también presentes en el terrado superior.

Para la construcción se evitaron materiales sintéticos y se empleó cal, cerámica y madera. El diseño de las fachadas es biofílico: están preparadas para el crecimiento de plantas en su superficie. Los cerramientos de los muros con aislamiento de algodón reciclado y de fibra de madera buscan minimizar las pérdidas de calor y ayudan a regular la humedad del ambiente interior gracias a su transpirabilidad. Cada fachada está, además, aislada y ventilada en función de su orientación al sol.

Por último, el inmueble está conectado al sistema de suministro de agua caliente sanitaria del barrio: ya no hace falta instalar gas ni calderas de agua caliente para ducharse o lavar los platos.