Arquitectura & Diseño

Este búnker de hormigón sin ventanas tiene más luz natural que tu casa

Por A.M.N.

Fotos OOKI JINGU

‘House in Nishizaki’ por Studio Cochi Architects

Studio Cochi Architects firma una vivienda unifamiliar con apariencia de búnker, que encierra una propuesta innovadora para mantener a sus habitantes a salvo tanto de los tifones que suelen azotar Okinawa como de las miradas indiscretas.

House in Nishizaki pretende ser un oasis de paz en mitad del caos urbano. Ubicada en un barrio de nuevo cuño de Okinawa, la casa diseñada por Studio Cochi Architects para un matrimonio y su hijo está flanqueada por un lado de una zona residencial y, por el otro, de una bulliciosa superficie comercial. Se trata, además, de un área de alta densidad poblacional que es azotada con frecuencia por los tifones.

El estudio recibió la misión de crear un proyecto innovador capaz de blindarse frente a las inclemencias climatológicas y de driblar el bullicio y las miradas indiscretas. Todo ello sin renunciar a la luz natural.

Con esto en mente, crearon una enorme cápsula rectangular de hormigón, de apariencia exterior hermética pero atravesada en vertical por dos patios. El primero de ellos, orientado hacia el norte y más próximo a la zona residencial, sirve como punto de fuga y lucernario para la zona que se extiende desde la entrada hasta una sala de tatami que también funciona como salón. Por el contrario, el patio sur actúa como una barrera amortiguadora entre la casa y el ajetreo de la calle comercial, enriqueciendo el ambiente y la funcionalidad del espacio habitable. Estos espacios abiertos se conciben como lugares de meditación y convivencia.

‘Alzando la bandera en Iwo Jima’, Joe Rosenthal

Por fuera, la vivienda tiene apariencia de fortaleza impenetrable, pero por dentro, su decoración minimalista, la amplitud de sus espacios y una narrativa visual fluida le confieren un ambiente íntimo y acogedor. Todo el mobiliario de madera que viste la casa fue fabricado de forma artesanal por el estudio dotándola de un matiz orgánico y cálido y enfatizando así su apuesta por la autosuficiencia local frente a la dependencia del continente.

Las zonas comunes de la vivienda se concentran en la planta baja mientras que para acceder a los dormitorios hay que ascender por una escalera concebida para ser algo más que un lugar de paso. Se trata de un espacio aislado del resto de la casa, al que apenas llega luz, pero al que se ha reservado la dimensión suficiente para poder ser empleado como un espacio de reposo y almacenaje.

Los proyectos residenciales del estudio fundado por Toshiyuki Igarashi se distinguen por aprovechar los recursos naturales a su alcance, como el sol, en este caso, o el viento en el caso de House in Shikenbaru, uno de sus diseños más celebrados. Su distribución y volumen se decidieron en función del entorno circundante y la dirección del viento en la zona. El edificio, de una sola planta, está construido de forma sencilla, con un techo abovedado que atraviesa toda la vivienda. El valle en la parte superior de la bóveda está lleno de tierra, que actúa como aislante contra el fuerte sol de Okinawa. Además, el propietario, que es agricultor, ha plantado frutas y verduras en los parterres habilitados en el tejado de modo que la vegetación sirve como regulador térmico.