Arquitectura & Diseño

Lo que ves no seguirá ahí: París levanta una ciudad efímera de los JJOO de la que no va a perdurar nada

Por Mario Canal

Centro Acuático París 2024 por VenhoevenCS y Ateliers 2/3/4/. Fotografía por Salem Mostefaoui.

La capital francesa ha invertido mucho dinero -4.400 millones de euros, la mitad del presupuesto total- y esfuerzo en adecuar sus formas a una visión utópica de la ciudad que tiene muy poco que ver con la reinvención y mucho con el reciclaje y la reutilización.

Ni oro, ni plata, ni bronce. El material que puede reflejar el espíritu olímpico de París 2024 es la madera, símbolo de la sostenibilidad. Para la presente edición apenas se han construido nuevos iconos arquitectónicos, a diferencia de fiestas pretéritas en el que los arquitectos estrella jugaban a dejar su impronta en las ciudades olímpicas. Tampoco hay obras de arte público espectaculares, desarrollos urbanísticos demenciales ni grandes equipamientos deportivos de incierto futuro. Sí se ha invertido mucho en actualizar el transporte público y dibujar una ciudad más verde donde el coche es secundario. Todo se ha pensado desde el inicio para que hasta el 95% de lo que se levante para los Juegos pueda ser reutilizado por la población una vez se arríe la bandera anillada.

Muchas de las competiciones deportivas se celebrarán en estructuras temporales levantadas en medio de la ciudad o en espacios preexistentes, convirtiendo a París en un escenario de lujo sobre el que los deportistas hagan historia. Así, la explanada frente a Los Inválidos –antiguo hospital militar bajo cuya magnífica cúpula está enterrado Napoleón–, acogerá el Tiro al arco. El puente vecino de Alexandre III, con su característico estilo modernista –construido entre 1886 y 1900–, el triatlón y, unos metros más allá, en la espectacular jaula acristalada que es el Grand Palais, tendrán lugar el taekwondo y la esgrima.

A los pies de la Torre Eiffel se levantarán unas gradas que permitirán a los asistentes disfrutar del voley playa y en los nobles jardines del Palacio de Versalles tendrán lugar los deportes ecuestres. A nivel fotogénico, estos juegos serán imbatibles. También se usará el hall temporal que ha sustituido al Grand Palais mientras este se sometía a obras para los juegos, que recuerda sus formas y está en los Campos de Marte, al otro lado de la Torre Eiffel.

Otra cosa es la limitada excitación que sin duda va a levantar entre los aficionados a la arquitectura estos Juegos Olímpicos y Paraolímpicos. A diferencia de otras ediciones en las que los estadios eran nuevos y flamantes, las villas olímpicas el reflejo de una forma de imaginar la convivencia desde la vanguardia estética y la celebración de los Juegos una oportunidad para reinventar la ciudad, París ha optado por el perfil bajo y la eficiencia. Pasen y vean.

Grand Palais © Laurent Kronental
Grand Palais © Laurent Kronental
Grand Palais © Laurent Kronental

Al pueblo, lo que es de los Juegos

Lo más reseñable, pero ni siquiera, del interés arquitectónico de los Juegos de París es la villa olímpica. En todos lados aparece acreditado el arquitecto francés Dominique Perrault (1956) como proyectista de la misma. Sin embargo, el autor de obras como la Biblioteca François Mitterrand, también en París, o la madrileña Caja Mágica, es sólo quien ha concebido el diseño urbanístico general. Después, arquitectos menos conocidos para el gran público han ideado uno o dos edificios de apartamentos por cabeza, generando una visión de conjunto poco unificada. Y de estilo, bastante banal.

La Villa Olímpica se sitúa en Seine-Saint-Denis, en el norte de la ciudad. Una zona insegura, deprimida económicamente, con una densidad de población muy alta –principalmente proveniente de la inmigración– y cuyo arquetipo de construcción son los bloques de viviendas levantados en los años 70.

Aquellos complejos están bastante degradados a pesar de las multimillonarias inversiones que el Gobierno francés ha ido depositando tanto a nivel estructural como en ayudas económicas a sus habitantes. Aunque en la actualidad haya un gran parque de vivienda social en la zona, hacían falta más. Este es el ángulo desde el que se crea la Villa y las infraestructuras olímpicas en general. No tanto en qué necesitan los deportistas o la espectacularidad arquitectónica, sino qué uso tendrán una vez acabados los juegos.

Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés
Villa Olímpica © Brenac & Gonzalez et Associés

Los deportistas vivirán el tiempo que pasen en París en dos sectores separados por el Ciudad del Cine, el complejo audiovisual del director de cine Luc Besson. Levantado sobre una antigua central eléctrica, ahora acogía una gran número de estudios de cine y televisión, restaurantes, comercios y oficinas. En sus instalaciones, los deportistas podrán usar sus espacios para comer y socializar.

Los apartamentos creados para ellos en los dos sectores mencionados tendrán varias habitaciones y baños. Cuando terminen los juegos olímpicos estos pisos serán vendidos, cedidos y alquilados tras ser adecuadas a la vida en familia. Así, uno de los baños se transformará en cocina y los tabiques, puertas y demás sistemas de separación sobrantes intentarán ser revendidos o reciclados.

Si buscan adquirir alguno de los muebles pensando en guardar un icono creado por un diseñador de interés para este evento deportivo, pierdan toda esperanza. A pesar del art de vivre francés –su querencia por el estilo y buen gusto– los diseños que amueblan los apartamentos son tristes, sin vida. La gama blanca de cualquier empresa de mobiliario genérico. O, incluso, peor.

Cuatro arenas

Los presentes juegos olímpicos contarán con cuatro arenas o polideportivos: uno al norte de la ciudad y otro al sur de la misma, además de Bercy, que ya se usaba para deportes indoor y conciertos de música. El cuarto arena es nuevo y está situado en el barrio de La Chapelle.

Las dos primeras se corresponden con sendos complejos feriales empresariales, el de Villepinte –norte– y el de Porte de Versailles -sur–. En sus diferentes pabellones se celebrarán deportes variados como la halterofilia, el tenis de mesa, el balonmano, el voleibol o el boxeo. Por su parte, el Bercy Arena –una mastaba de cristal y césped muy ochentera– acogerá la gimnasia deportiva y la competición de trampolín, así como las finales de baloncesto.

El único equipamiento nuevo de perfil multiuso será el Arena Porte de la Chapelle, también conocido como el Arena Adidas. Una edificación sin grandes rasgos arquitecturales para 8.000 personas donde se celebrará la gimnasia rítmica y el bádminton. Y que una vez terminados podrán ser usados por los habitantes del barrio, una zona que es bastante problemática –y atención a quienes visiten la ciudad: peligrosa–.

Una bañera gigante

Es el único proyecto de grandes dimensiones levantado específicamente para los juegos olímpicos. Pero no es megalómano. Tampoco muy sexy, que se diga: mucho menos sofisticado visualmente que el proyecto que presentó la oficina holandesa MVRDV y que quedó finalista. De hecho, la pequeña escala del centro acuático –que le permitirá tener un uso más allá del apagado de la llama olímpica por parte de los ciudadanos– le impide acoger todos los deportes acuáticos. Allí sólo se celebrará el salto de trampolín, el waterpolo y la natación sincronizada. Las competiciones de natación tendrán lugar en piscinas temporales construidas en La Defense, zona de negocios donde está el Arco construido en 1989 para celebrar el bicentenario de la Revolución Francesa.

Visto de perfil, el centro acuático tiene forma de bañera y el material principal del mismo es la madera. Está conectado por una pasarela al Stade de France (construido en 1998) –que acogerá el rugby y el atletismo–, situado al otro lado del bulevar periférico. Ambos se sitúan al norte de París, en Saint Denis. Tras los juegos, allí se entrenarán los deportistas de élite, pero además una parte del recinto será readaptado para poder dar cabida a espacios dedicados al deporte amateur.

Timber Aquatics Center. Foto: Simon Guesdon

El encargado de este proyecto ha sido Jacques Rougerie (1945), arquitecto y oceanógrafo francés experto en hábitats subacuáticos. Con un gran foco en la sostenibilidad, a lo largo de su carrera ha construido varios centros oceanográficos. Pero sobre todo ha desarrollado prototipos, en su mayoría no realizados, para habitar los océanos en simbiosis positiva con los mismos. En 1977 construyó una casa submarina, llamada Galatea, aunque es más una nave acuática de formas espaciales que podía sumergirse. Desde entonces, se ha dedicado a investigar en la arquitectura biónica y sus aplicaciones a la construcción sostenible y a soñar con colonizar el mar y el espacio con ellas.

Archifolies

Vista la ausencia de grandes aportaciones arquitectónicas de estos juegos, los organizadores se han guardado un as en la manga. Es poca cosa, pero por lo menos es un gesto hacia esta disciplina que se agradece y que además da relevancia a la práctica de los proyectistas más jóvenes.

El futuro de la arquitectura francesa más experimental podrá verse en los diferentes pabellones que serán levantados en el Parc de la Villette, en el norte de París, junto a la Filarmónica de Jean Nouvel en 2015, el antiguo mercado de la Villete y la inmensa Ciudad de las Ciencias. En este gran parque concebido por Bernard Tschumi –que ganó un concurso al que se presentaron en 1985 los mejores arquitectos del momento– se construyeron también una serie de estructuras llamadas Folies –locuras, nombre que también se les daba a los pabellones de jardines románticos del Siglo XIX–. Las de la Villette son edificaciones constructivas de metal pintado de rojo, todas distintas entre sí, que tienen un uso práctico diverso.

Para retomar esa idea y que los estudiantes de arquitectura de 20 escuelas de Francia puedan mostrar sus dotes, se van a levantar en la Villette 20 proyectos para que 20 federaciones deportivas tengan un espacio de proyección. La competición ha estado apadrinada por el propio Bernard Tschumi y podrá ser disfrutada durante la duración de los juegos olímpicos y paraolímpicos.