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‘Artists for Democracy’, una ‘cruzada’ de artistas en EEUU quiere plantar cara a Donald Trump

Por Sofía Guardiola

’Black Beauty’, 2024, Beverly McIver. Foto cortesía de People For The American Way

La iniciativa, dependiente de ‘People for the American Way’, ha reunido a multitud de artistas preocupados por la salud de la democracia estadounidense y el posible triunfo de Trump en las elecciones. Lo están combatiendo con las mejores armas que tienen: sus propias obras de arte.

Parece inocente, puede que casi pueril, pronunciar la frase “el arte puede cambiar el mundo”. Sin embargo, si miramos atrás en el tiempo, la historia nos demuestra que en ocasiones un cuadro, una escultura, un libro o una película han generado cambios económicos, sociales o incluso políticos. A veces inconscientemente. Otras no tanto.

Ahí tienen, sino, el “arte degenerado” que los nazis trataron de eliminar; El origen del mundo de Courbet, que hizo posible mostrar el cuerpo femenino con naturalidad; e incluso la damnatio memoriae que ejercían las civilizaciones antiguas, picando el rostro de ciertos líderes en las esculturas de piedra, pretendiendo así borrarlos de la historia.

Esto precisamente es lo que está buscando Artists for Democracy, una iniciativa que depende de la plataforma People for the American Way, y que combate lo que consideran la extrema derecha. Su principal finalidad es crear obras de arte que llamen a ejercer el voto de forma responsable, así como tener en cuenta aspectos como el derecho al aborto, el racismo, las políticas migratorias… O dicho de otra forma, plantar cara a Donald Trump, el candidato republicano que ha sido condenado recientemente en un juicio penal y también encausado por otros delitos.

Tal y como subraya Rio Tazewell, el director de campañas de People for the American Way, muchos de los políticos estadounidenses de extrema derecha aseguran basar su discurso en la defensa de la libertad individual, mientras restringen derechos y libertades fundamentales, sobre todo de los colectivos históricamente marginados. Su idea de crear obras en contra de Trump no es nueva: ellos mismos desarrollaron una campaña similar en el año 2020.

‘Lift Every Vote’, 2024, Shepard Fairey. Foto cortesía de People For The American Way
Portrait of Norman Lear, Shepard Fairey. Foto cortesía de People For The American Way

Shepard Fairey, el artista que diseñó el famoso cartel de Obama con la palabra “HOPE” bajo el rostro del presidente, ya esbozó en 2017 una serie de ilustraciones similares, todas ellas protagonizadas por mujeres, y pidió que la gente se la descargase de forma gratuita para llevarlas a las manifestaciones en contra de Trump. Un año antes, el Museo Davis del Wellesley College tapó con mantas negras todas las obras de su colección realizadas por inmigrantes, mostrando su desacuerdo contra las políticas de inmigración del republicano y poniendo de relieve su peso en el panorama artístico estadounidense.

Entre los artistas que actualmente se han unido para poner sus obras al servicio de la democracia se encuentra el mencionado Shepard Fairey, que es también portavoz del movimiento, y otros autores como Cindy Sherman o Jeffrey Gibson. Este último ha representado este año a Estados Unidos en la Bienal de Venecia, con una apuesta que pretendía visibilizar al colectivo LGTB y a los nativos americanos –él es homosexual y Cherokee–.

‘My Choice’, Victoria Cassinova. © Victoria Cassinova

Otra de las artistas que ha producido obra para esta iniciativa es Beverly McIver, pintando “VOTE Black Beauty”. En este lienzo puede verse a una figura extraña, vagamente femenina, cuyo cuerpo es negro y está cubierto de coloridas flores. El personaje se encuentra delante de una pared en la que se lee un único mensaje grafiteado, “Vote”. En esta pintura la T ha sido sustituida por la representación de un aparato reproductor femenino por dentro, tal y como lo encontramos en los libros de ciencias del colegio. Con esta obra, McIver no solo quiere apelar a las cuestiones concretas del derecho al aborto y el racismo, sino que va un paso más allá, dando a entender que todos los derechos básicos están conectados unos con otros, y que ceder la libertad en un terreno concreto haría que fuese muy sencillo perder pronto otras libertades aparentemente no relacionadas.

Además del reclamo que suponen en sí mismas las obras creadas por estos artistas, que se se están difundiendo mediante carteles situados en cuatro estados indecisos –Arizona, Michigan, Wisconsin y Pensilvania–,Artists for Democracy busca recaudar fondos para costear otras campañas que inciten al voto, emitir anuncios de radio, organizar meetings públicos... Acompañando así lo puramente artístico con acciones más tradicionalmente políticas –aunque, como ha quedado claro a lo largo del artículo, el arte también lo sea–.

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