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Madrid Nuevo Norte fulmina al Museo Zapadores: comienza el embalaje con destino incierto de sus 1.500 obras

Por GUILLERMO MARTÍNEZ

SALA DE EXPOSICIÓN EN ZAPADORES

Ubicado en Fuencarral, el desarrollo urbanístico al norte de la capital dejará sin hogar a obras de numerosos artistas como Juan Genovés, Marina Núñez, Antonio Alvarado o Rosella Matamoros. La dirección del museo reclama una alternativa para el proyecto que cerrará sus puertas definitivamente el próximo 30 de septiembre.

El proyecto Zapadores Ciudad del Arte, en el madrileño barrio de Fuencarral – El Pardo, finalmente cerrará sin saber dónde irán a parar las 1.500 obras que actualmente almacena, la mayoría de ellas de gran porte. ¿Culpables? El inicio del desarrollo de Madrid Nuevo Norte y la inacción por parte de las autoridades políticas, denuncian desde la dirección del propio Museo Zapadores.

Francisco Brives, uno de los codirectores de esta iniciativa que lleva presente en la capital desde hace siete años y que forma parte de la institución artística La Neomudéjar, rememora que nació como un “espacio para reflexionar sobre la creación de los nuevos museos en el siglo XXI”. Tras una ardua búsqueda, encontraron que el antiguo cuartel de Fuencarral de ADIF podía ser el espacio idóneo para desenfundar todo su potencial.

Y así lo hicieron. “Nacimos de la complicidad absoluta con el tejido artístico de la ciudad. Aunque la colección actual se basa en donaciones y compras, desde el principio apostamos por la participación de artistas con una larga trayectoria ligada a la ciudad de Madrid y que tuvieron su época consagrada en los años 70 y 80 pero que, por azares del destino del mercado, no tenían espacio en la museística actual”, desarrolla el mismo Brives.

‘El sentido del olfato’, José de Ribera
‘El sentido del olfato’, José de Ribera

En estos momentos, Zapadores es el hogar de piezas de casi 30 artistas, tanto nacionales como internacionales. Entre ellos, Paz Muro, Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes; y Antonio Alvarado, uno de los primeros creadores en experimentar con el arte electrónico. Les siguen obras de Miguel Ángel Campano, Juan Genovés, Sandra Gamarra, Rosella Matamoros, Alberto Corazón, Marina Núñez, Antonio Alvarado, Jana Leo, Carmen Isasi, Rafael Peñalver, Almudena Tapias o Luis Barba, entre otros.

Asimismo, el Museo Zapadores posee un importante legado de archivos, como el de Paz Muro, Antonio Alvarado y Nassio Bayarri. Junto a ellos, el Archivo de las memorias LGTBQ del estado español, Archivo Hetaira y el Centro de Investigación y Documentación del videoarte con una mediateca de más de 6.000 voces. Se suman cinco almacenes de obras en depósito o comodato que atienden a un enorme acervo creado por el apoyo del museo a artistas y familias de herederos de estas obras. “Por si esto no fuera suficiente, una comunidad de 28 artistas tiene talleres propios en La Ciudad del Arte, y unos cinco talleres recogen residencias temporales de artistas internacionales”, añaden desde la dirección de Zapadores.

Un proyecto artístico que podría salir de Madrid

Zapadores Ciudad del Arte se ha hecho un lugar en la escena cultural madrileña, pero ahora se ve abocado a la extinción. “Tenemos que cerrar porque el cuartel está dentro de la Operación Chamartín, que llevaba congelada 20 años cuando nos establecimos. Durante el mandato de Carmena, le dieron luz verde, y ahora el tiempo se ha echado encima”, relata apenado el codirector del museo. Según les han comunicado, la idea es demoler el edificio. “No entendemos cómo en una operación multimillonaria como esta no hay espacio para gestionar nuestro traslado o buscar la viabilidad del proyecto en otro espacio”, añade.

Brives, enfadado, considera que se trata de “un problema de clase”. Así lo explica: “A Madrid no dejan de llegar fortunas a las que les brindan palacios decimonónicos, o naves en el Matadero, pero nosotros, que somos un proyecto sólido y enraizado en la ciudad desde hace más de 12 años a través de La Neomudéjar, no hemos tenido la posibilidad ni siquiera de poder negociar de forma seria nuestro futuro”.

Desde el pasado 30 de junio ya no está abierto al público. El 30 de septiembre de este año, cerrarán sus puertas para siempre. Pero ellos son optimistas: “Allí donde desaparecemos, encontraremos otra oportunidad, aunque tengamos que sacarlo de la ciudad de Madrid. Nos apena que esto suceda, porque una idea principal era que los artistas pudieran crear en su propia ciudad”, concluye un Brives movido por la impotencia e incomprensión.