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La pelea de PP y Cs permite a Susana Díaz pedir que nadie bloquee el futuro Gobierno
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La pelea de PP y Cs permite a Susana Díaz pedir que nadie bloquee el futuro Gobierno

Adelante Andalucía opta por guante blanco frente al PSOE. Teresa Rodríguez aparece en tierra de nadie junto a Juanma Moreno y Juan Marín, que dejan claro que se necesitan pero no se soportan

Foto: Los cuatro candidatos a la presidencia de la Junta participan en el primer debate electoral andaluz. (EFE)
Los cuatro candidatos a la presidencia de la Junta participan en el primer debate electoral andaluz. (EFE)

Antes de que entraran los candidatos en el plató soplaba un aire frío. Todo preparado, en modo congelador, para cuando el debate comenzara a arder. Pero ni frío ni calor. Un poco subió la temperatura en el bloque de corrupción, perdón, "transparencia". Otro poquito cuando se habló de Cataluña, perdón, del "debate territorial". Ni el formato pactado ayudó ni ninguno de los candidatos a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre estaban dispuestos a salirse del guion y a debatir de verdad con el peligro de cometer errores. Triunfó la telegenia.

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Las chispas más candentes saltaron entre PP y Cs, que evidenciaron que se necesitan para llegar al Gobierno andaluz pero no se soportan. Esto permitió a Susana Díaz pedirles que la dejen gobernar si no suman y no bloqueen el futuro Gobierno ni lleven a Andalucía a segundas elecciones.

Foto: Parados haciendo cola en una oficina del SAE en Sevilla. (Fernando Ruso)

Guante blanco entre PSOE y Adelante Andalucía. Que hay una dura pelea por el liderazgo de la derecha es de las cosas que más claras quedaron a los andaluces. Eso dio oxígeno a Susana Díaz, que disfrutó además de que la líder de Podemos se decantara por evitar la confrontación directa. Pensaba que iba a ser un debate de todos contra ella y se encontró un escenario mucho más favorable, de todos contra todos o de cada uno a su bola. Lo utilizó en el cierre cuando pidió el voto frente a "dos bloques, a la izquierda y la derecha del PSOE, que solo ofrecen bloqueo, inestabilidad e inseguridad".

Oferta al PP

"Usted y yo tenemos una gran oportunidad, la de cambiar el Gobierno de la Junta de Andalucía, y si sumamos los escaños suficientes nos vamos a poner de acuerdo porque es una oportunidad que los andaluces llevan esperando 40 años. Si usted y yo no provocamos ese cambio, nunca nos lo perdonarán los andaluces", le dijo Marín al líder del PP, al que todo el tiempo llamó intencionadamente "señor Bonilla". "No sueñe, porque yo no voy a ser vicepresidente suyo", replicó el popular a la primera concesión graciosa que le hacía el líder de Cs.

A Susana Díaz se lo pusieron en bandeja. "Y si no suman, ¿van a bloquear Andalucía? ¿Van a castigar a los ciudadanos porque no les haya votado? ¿Nos van a llevar a segundas elecciones mientras que Casado y Rivera se ponen de acuerdo en quién gobierna la derecha? Yo no lo voy a hacer", espetó a ambos. Fue uno de los momentos más reveladores del debate.

Ante la sucesión de monólogos, hasta la periodista que moderaba, Mabel Mata, animó a los candidatos a que se interrumpieran. En su mayor parte fue una sucesión de 'micromítines'. La posición de los candidatos estaba decidida mediante sorteo. Los tiempos, controlados por árbitros de baloncesto y con marcadores visibles desde sus atriles. Dos mujeres y dos hombres, paridad por primera vez en un debate de estas características.

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (i) junto al líder de su partido en Andalucía, Juan Marín. (EFE)

La protesta de los taxistas a las puertas, que se habían encargado de bloquear la ciudad acudiendo en procesión a la Radio Televisión Andaluza y que se pasaron buena parte del debate a las puertas tocando el claxon de sus vehículos en protesta por las VTC. Susana Díaz se dirigió a los taxistas asegurando que había pedido a los ayuntamientos medidas y Teresa Rodríguez cada vez que pudo también habló de enarbolar banderas, pero frente a los inversores extranjeros que debilitan los sectores productivos españoles.

Estado "plurinacional"

El PP interpeló a Susana Díaz sobre un libro de texto que se usa en quinto de Primaria en la escuela pública y que defiende que España es "un Estado plurinacional". "¿Cree usted que España es un Estado plurinacional?", insistió Moreno sin respuesta. El PSOE de Pedro Sánchez así lo defendió en el último congreso federal tras las primarias.

Este bloque del debate territorial también arrojó momentos de chispa, como cuando Marín (Cs) preguntaba por qué Pablo Iglesias estaba en la cárcel negociando los Presupuestos Generales del Estado por orden de Pedro Sánchez y la líder de Podemos repetía: "Andalucía, Andalucía, Andalucía para cuándo".

"Le veo perdida frente a [Pedro] Sánchez", "explíqueme por qué Zapatero se reunió con Otegi", "tienen una ensalada territorial importante", "el PSOE está haciendo concesiones que están humillando a todos los españoles", insistió el candidato del PP frente a una Susana Díaz que pasó de puntillas sobre todo esto. "Lo que yo opino de España lo sabe todo el mundo", poco más añadió.

Cs se aleja de Díaz

Marín actuó como si no hubiera pactado los tres últimos Presupuestos de Susana Díaz o no le hubiera dado la investidura en 2015. El PP lo acusó de haberle "permitido disfrutar de una cómoda mayoría absoluta que no logró en las urnas". Cs insistió en que gracias a ellos los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán están ante un tribunal de Justicia. "El PP no ha conseguido eso en 40 años para los andaluces", dijo Marín. Le entregó un folio en blanco y se lo devolvió escrito con un "NADA" en mayúsculas.

Susana Díaz sí que recordó a Cs que han gobernado juntos. "Pensaba que ya se le había olvidado todo lo bueno que hicimos", ironizó. No querían que la arrastraran al fango y cumplió su objetivo.

La BMI y el paro

El primer bloque del debate versó sobre el principal problema para los andaluces, el paro. El líder del PP utilizó un acrónimo para vender su gran proyecto: BMI, bajada masiva de impuestos, equiparando Andalucía con la comunidad que más crece, Madrid. La candidata socialista defendió que en Andalucía se ha creado empleo por encima de la media de España. Prometió nueve puntos menos de paro, unos 500.000 parados menos.

Teresa Rodríguez aseguró que no quería hacer "un retrato tenebrista" y advirtió de que la inversión extranjera, esa a la que el PP había asegurado que quería atraer, está en muchos casos debilitando los sectores productivos españoles. Aludió convenientemente al taxi o a los alquileres turísticos poniendo como ejemplo las medidas tomadas desde el Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau. "A mí me llama la atención que para esto no saquen la bandera". "BMI no SMI", dijo al PP aludiendo al rechazo de la derecha a la subida del salario mínimo a 900 euros.

Las primarias del PSOE

Fue Marín quien le sacó a Díaz las primarias del PSOE. "Usted quiso abandonar Andalucía", dijo recordando su pugna con Pedro Sánchez. "Usted no quiere estar aquí, quiso irse a Madrid y sus compañeros le dieron la espalda", le espetó a la presidenta en funciones. Ella le replicó que cuando fueron las primarias Cs era su socio y no le recriminó nada porque sabía de "su dedicación a Andalucía". A ritmo de canción, "cómo hemos cambiado, qué lejos ha quedado nuestra amistad" y "hoy le hacen tocar otra partitura, lo lamento por el cariño y la estima que le tengo".

La política, "acto de amor"

En el apartado de corrupción, Teresa Rodríguez afeó a Cs que lleven "tres años y medio blanqueando el cortijo" y defendió que la política "es un acto de amor, de compromiso" y la corrupción su gran "lastre". Moreno, que lidió con acusaciones de todos los partidos por la condena de Gürtel, se presentó como única garantía de un Gobierno andaluz sin corrupción. Cs, que iba suelto de manos en este apartado, proclamó que parece que Andalucía tiene "una maldición bíblica a la que nos tiene condenado el PSOE", sentenciando que los socialistas llevan muchos años "robando dinero a los parados y montando fiestorros".

"Cuando uno ha estado tres años y medio colaborando con mi Gobierno, no pensaría que había corrupción", dijo Susana Díaz a Cs

Susana Díaz limitó su responsabilidad a los últimos cinco años, los que lleva como presidenta. "Cuando uno ha estado tres años y medio colaborando con mi Gobierno, no pensaría que había corrupción", le dijo a Cs. "He tenido un comportamiento ejemplar. Se sabe lo que gano, lo que tengo y lo que entra en mi casa", consideró. "La corrupción ha triturado al PP y no voy a entrar en el y tú más", dijo sin querer entrar más a fondo. Ella sí oyó cómo la acusaban de no haber colaborado con la Justicia en el caso de la fundación de empleo y las tarjetas de crédito que pagaron con dinero público en prostíbulos.

La candidata de Adelante Andalucía habló de "enchufismo" y de "privilegios". "Se tienen que callar los tres, son responsables de que los diputados cobremos 4.400 euros de nómina y 2.500 euros de dietas sin justificar en un mes", aseguró enseñando una nómina. Díaz le recordó que las alcaldesas de Madrid y Barcelona ganan más que la presidenta de la Junta.

"Al señor Marín no le he visto esa dureza en toda la legislatura", dijo el candidato del PP. Tenía razón, ni a Cs esa dureza contra Susana Díaz ni a la líder de Podemos esa suavidad. Pero esto es un debate, va de ganar elecciones y de poder formar Gobierno. Habrá segunda parte en Televisión Española en una semana.

Antes de que entraran los candidatos en el plató soplaba un aire frío. Todo preparado, en modo congelador, para cuando el debate comenzara a arder. Pero ni frío ni calor. Un poco subió la temperatura en el bloque de corrupción, perdón, "transparencia". Otro poquito cuando se habló de Cataluña, perdón, del "debate territorial". Ni el formato pactado ayudó ni ninguno de los candidatos a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre estaban dispuestos a salirse del guion y a debatir de verdad con el peligro de cometer errores. Triunfó la telegenia.

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