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Con el sector eléctrico en contra, Fernández Segura presentó la dimisión a Montilla a finales de Mayo
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Con el sector eléctrico en contra, Fernández Segura presentó la dimisión a Montilla a finales de Mayo

En la semana más caliente, tanto desde el punto de vista climático como energético, de la legislatura, con la decisión de la CNE sobre la OPA

Foto: Con el sector eléctrico en contra, Fernández Segura presentó la dimisión a Montilla a finales de Mayo
Con el sector eléctrico en contra, Fernández Segura presentó la dimisión a Montilla a finales de Mayo

En la semana más caliente, tanto desde el punto de vista climático como energético, de la legislatura, con la decisión de la CNE sobre la OPA de E.ON en capilla, Antonio Fernández Segura le ha hecho un roto político de notable dimensión al Gobierno Zapatero, en general, y a su jefe directo y ministro de Industria, en particular, José Montilla, presentando su dimisión como secretario general de la Energía en el peor momento posible.

La espantada de Fernández Segura tiene poco que ver con la OPA de marras, de acuerdo con las distintas fuentes consultadas, y mucho con el caos provocado en las eléctricas por sus dos años de no-gestión, periodo marcado por la batalla de las tarifas, el enfrentamiento con Iberdrola y la total paralización del sector.

El secretario general de Energía presentó su dimisión a finales del mes de mayo, dimisión que, de acuerdo con algunas fuentes, “ha decidido airear justo en este momento para desmarcarse de Montilla, mantener su reputación y tener alguna opción con el nuevo ministro de Industria”. A Fernández le han pedido que siga en el cargo hasta el 1 de septiembre, cosa que el aludido hará.

La acción de Fernández Segura como servidor público se ha caracterizado sobre todo por su intervencionismo en el sector eléctrico y por “un cúmulo de despropósitos”, en opinión de las compañías, que culminó en el Real Decreto-ley 3/2006, de 24 de febrero, “por el que se modifica el mecanismo de casación de las ofertas de venta y adquisición de energía”, cuyo objetivo inconfesable consistía en “deteriorar la posición de las empresas para, en el marco de un modelo regulatorio muy restrictivo, hacer muy poco o nada atractiva la entrada de E.ON en Endesa”.

Fue ese Decreto el que terminó por enfrentarle con el Ministerio de Economía, por una parte, y con José Montilla, por otra. ¿Por qué con Montilla? Porque en él se fijan como tope los 42,35 euros para compras bilaterales entre generadoras y distribuidoras de un mismo grupo, una medida que se pensaba iba a hacer menos atractiva la entrada de E.ON en Endesa, pero que en realidad ha terminado perjudicando gravemente a Gas Natural y a Iberdrola.

“Ha sido un conjunto de desatinos”

Al final, Fernández Segura logró el efecto contrario al pretendido por el ministro Montilla. “Ha sido un conjunto de desatinos”, señala un experto sectorial, “que han terminado enfrentándole con Economía, que algo más liberales que los de Industria son, y también con Montilla, porque las cosas que le ha ido encargando, lejos de favorecer las tesis que propugnaba el ministro, han conseguido justo lo contrario”.

Lo que hizo la Iberdrola de Sánchez Galán fue desafiar al secretario general de la Energía. La compañía sostiene que la generación es un negocio liberalizado y, por lo tanto, vende a precio de mercado, mientras que la distribución es un negocio regulado y como tal no puede perder dinero, de modo que la distribuidora sólo puede comprar aquello que no le meta en números rojos. En definitiva, que lo que hizo Iberdrola fue limitar las compras de su distribuidora, y enviar todo lo demás al llamado “mercado de desvíos”.

Segura fracasó rotundamente en su intento de oponerse al reto de Iberdrola. Dos decisiones muy recientes del Consejo de Ministros, concretamente del pasado junio, sobre medidas regulatorias en el sector energético que el ministro Solbes sacó adelante en contra de su criterio, contribuyeron a deteriorar al máximo su posición.

Filtración en una semana clave

En la semana más caliente, tanto desde el punto de vista climático como energético, de la legislatura, con la decisión de la CNE sobre la OPA de E.ON en capilla, Antonio Fernández Segura le ha hecho un roto político de notable dimensión al Gobierno Zapatero, en general, y a su jefe directo y ministro de Industria, en particular, José Montilla, presentando su dimisión como secretario general de la Energía en el peor momento posible.