El BdE no se fía y exige hasta tres auditorías para salvar a las cajas en apuros

El Banco de España va a exigir luz y taquígrafos a la hora de invertir el dinero público del segundo Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). La entidad dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez pedirá hasta tres valoraciones de consultores independientes antes de inyectar capital en alguna de las cajas en problemas.

 

Así consta en el concurso llevado a cabo por el organismo supervisor para seleccionar a las firmas que tendrán que llevar a cabo el análisis de las cuentas internas de los grupos financieros en apuros. El Banco de España ha elegido a los tasadores en función del tamaño de la entidad objeto de rescate. De esta forma, un grupo de cinco asesores se encargará de valorar a las cajas con activos de hasta 25.000 millones; otros cinco harán la radiografía a las que alcancen los 50.000 millones y, finalmente, habrá un tercer grupo que se quedarán con las sociedades más grandes.

En este último saco se encuadrarían entidades como la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), cuyo tamaño ronda los 80.000 millones. La alicantina sigue pendiente del proceso de venta que está liderando Nomura por encargo de la alta dirección. De no concretarse alguna oferta en firme, como ha ocurrido hasta la fecha, el Banco de España tomaría cartas en el asunto para pilotar su recapitalización.

Por si fracasa la búsqueda de un salvador, la CAM ha presentado a Ordóñez un plan de viabilidad por el que solicita 2.800 millones de euros al FROB. Pero para conceder dicha aportación de recursos propios, el Banco de España solicitará tres informes de valoración. Una vez que dichos estudios estén encima de la mesa, la institución reguladora elegirá los dos que más se aproximen. Después hará una media que servirá para tasar a la CAM y concretar qué porcentaje de su capital pasa a manos públicas.

La elección de tres asesores es de vital importancia por varios motivos. El primero es que cualquier ayuda del Estado tendrá que ser aprobada por la Unión Europea. Si el FROB entrase en el accionariado de cualquier entidad a precios superiores a los de mercado para evitar la pérdida de control de los administradores privados, Bruselas podría denegar dichas aportaciones.

Pérdida de poder de los partidos

El caso de la CAM sería un excelente ejemplo, ya que, según estiman fuentes financieras, los 2.800 millones que inyectaría el FROB supondrían que el Estado pasaría a ser el primer accionista con el 70% del capital. Ello conllevaría un drástico cambio en la composición del consejo de administración de la caja alicantina y, por tanto, la pérdida de poder de los partidos políticos que nombraron a los todavía gestores.

En segundo lugar, el Banco de España tiene que ser muy cuidadoso con las valoraciones puesto que su objetivo final, una vez evitada la bancarrota de la caja en cuestión, es vender su participación a medio plazo. Si ahora entrase a precios muy caros, después podría tener serios problemas para desinvertir, además de sentar un mal precedente a la hora de buscar inversores externos para contribuir a la recapitalización del sector.

En este sentido, la tasación e los activos de La Caixa al 80% de su valor de cara a la conversión en un banco cotizado marca un hito muy a tener en cuenta por los asesores del FROB. “Cualquier inyección de capital público no puede ser a más del 50% del valor en libros teniendo en cuenta la operación de La Caixa, la que se va a hacer de Bankia y la continua entrada de más morosidad”, explican desde un banco internacional.

La mayoría de los bancos de inversión, como Lazard, JP Morgan, Nomura, Merrill Lynch, Citi, UBS, Goldman Sachs y Rothschild, y consultoras -Deloitte, KPMG, Pricewaterhourse y AFI-, han participado en el proceso de selección. Sin embargo, la mayor parte de ellos ya trabaja en varios procesos privados de recapitalización. Por este motivo, el Banco de España ha impuesto varias objeciones en forma de conflicto de interés para que las que ya estén elaborando procesos competitivos sean excluidas.

Por ejemplo, UBS y Deloitte fueron contratados por Novacaixagalica, mientras que Credit Suisse prepara la salida a bolsa de Banca Cívica y Nomura la de Banca Mare Nostrum. A su vez, Lazard es el principal asesor de Bankia y Goldman Sachs ha estado al lado de Catalunya Caixa y ha hecho una valoración para La Caixa.