¿Cuánto cuesta un ‘esquirol’ español? Mil euros por cuatro meses de imaginaria

El pasado 17 de diciembre, los malos presagios se hicieron realidad. Los casi200 españolescontratados por la finlandesa Finnaircomo técnicos de vuelo/auxiliares de cabina fueron informados de que su soñado futuro en la compañía nórdica no tendría lugar. Ni siquiera como parte de las tripulaciones para las nuevas rutas abiertas a lasIslas Canarias. Contratados desde el pasado mes de agosto, aunque formalmente en modo de formación, su relación con la aerolínea ha terminado con un finiquito de 1.000 euros y unas palabras de agradecimiento por el interés mostrado por trabajar.

Como ya informó este diario,Finnair reclutó a finales de agosto (a través de la agencia de trabajo temporal Adecco) a 200 auxiliares de vuelo españoles para tenerlos en imaginaria(guardia para volar cuando falta personal) con sede enMadrid. En caso de ser requeridos, los seleccionados tenían siete días para presentarse enHelsinki, donde firmarían un contrato para volar por un salario fuera de convenio, que podría cancelarse si antes de ser llamados tenían otro trabajo. A pesar de todo, la precariedad del mercado laboral español hacía pasar por buenas esas condiciones.

Precisamente, los salarios low cost del personal español habían convencido a la compañía pública Finnair para externalizar algunas de sus rutas a España (Barcelona, Madrid y tal vez Canarias) a través de Adecco Crew. Las diferencias de sueldo son siderales, ya que mientras un jefe de cabina finlandés de Finnair cobra 4.900 euros al mes, un subcontratado español cobra sólo 1.200, y eso a pesar de contar con la misma categoría profesional y de desempeñar las mismas responsabilidades, según explica uno de los españoles afectados por este proceso.

Esta decisión de Finnair fue llevada a una corte laboral por parte del Finnish Cabin Crew Union. Era un palo más en la rueda de las complicadas relaciones entre compañía y empleados, pendientes de renovar el convenio colectivo que rige las relaciones laborales de la aerolínea. Ante este contexto, la posibilidad de una huelga como medida de presión era posible. A partir de ese momento, entraron en juego los auxiliares de cabina/técnicos de vuelo, atraídos por la posibilidad de trabajar en las nuevas rutas, pero en realidadusados como recambio en caso de huelga de la plantilla finlandesa.

La semana pasada, Finnair recibió el respaldo judicial para llevar a cabo la externalización del servicio de algunas rutas. El fallo llegó días después de que compañía y empleados alcanzaran un principio de acuerdo para el nuevo convenio laboral, de manera que los profesionales españoles ya no serán reclamados para cubrir las bajas que habría generado la huelga, pero tampoco para las tripulaciones externalizadas. El “Training Pool in Spain” ha terminado. Tienen que devolver uniformes y tarjetas de identificación para cobrar 1.000 euros de “compensación”, según se explica en un correo oficial.

Hace sólo unas semanas el sueño seguía vivo. A finales de noviembre, con motivo del principio de acuerdo para el convenio colectivo, Finnair salió al paso de la información publicada por este diario para tranquilizar a los 200 reclutados españoles. En un correo, la aerolínea explicaba que la decisión de contratar estaba sin tomar y que el acuerdo de intenciones con Adecco Crew seguía vigente. Sin embargo, nadie fue programado para noviembre o diciembre. Sólo algunos participaron en alguna ruta, por la que cobraron sólo 200 euros (dietas) por estar en prácticas. Al final, todos en tierra.