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Temor en el sector de las azafatas: "La ropa tiene que ser menos provocativa"
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inquietud ante una posible extensión del veto

Temor en el sector de las azafatas: "La ropa tiene que ser menos provocativa"

Las azafatas lamentan perder una oportunidad de trabajo que, además, suele ser la cita más lucrativa del año.

Foto: Un grupo de azafatas en una prueba de motociclismo. (Monster)
Un grupo de azafatas en una prueba de motociclismo. (Monster)

El veto a las azafatas de la Fórmula 1 ha provocado un terremoto en el sector, que ahora mira al futuro con preocupación. "No entiendo que me digan lo que tengo que hacer. Llevo siendo azafata de Fórmula 1 y Moto GP cinco años y siempre me han tratado como una reina". La que habla es Noelia, una abogada madrileña de 29 años que empezó como "imagen" mientras estudiaba la carrera y no ha querido dejarlo, aunque el horario a veces sea incompatible: "La gente cree que nos ponemos un traje y permitimos que nos manoseen, que dejamos que nos toquen el culo o algo, y la verdad es que estamos muy protegidas, tenemos cordones de seguridad y, cuando llevas un tiempo en esto, puedes elegir qué vestido te pones y cuál no. Porque no voy a ponerme un vestido de putón por 15 euros la hora, es obvio", dice la abogada.

Foto: Una de las azafatas que acudieron a la cena cuenta lo que tuvieron que soportar. ('Financial Times')

La polémica, pese a que muchos la extienden a todas las azafatas, solo afecta a las azafatas de imagen, o "imágenes" en jerga, encarnadas normalmente por mujeres cuyo aspecto entronca con la imagen que una empresa quiere transmitir. Están a caballo entre las azafatas, que suelen tener una función concreta, y las modelos, que son todo imagen: "Se nos piden unos criterios estéticos mucho más concretos que a una azafata, y más curvas que a una modelo. Pero no somos una modelo: tenemos también que ser capaces de mantener una conversación, de ser la imagen de una marca, no basta con salir guapas en la foto", dice Noelia.

Las imágenes suelen cobrar entre 10 y 15 euros la hora de trabajo, pero son los eventos relacionados con el motor y las bebidas alcohólicas los que más dinero les proporcionan. "Un fin de semana en el 'paddock' de la F1 puede significar entre 600 y 800 euros, más los gastos pagados, el hotel, las fiestas... es un buen negocio, el último al que una azafata se agarra aunque tenga una nómina", dice Sara, que ha trabajado en circuitos durante los últimos ocho años. "¿Sabes lo que más he hecho? Estar en estancos ofreciendo a la gente probar otras marcas de tabaco. Con un vestidito mínimo, que te cabe en el puño cerrado, pasando un frío espantoso. Ahí sí que hay muchos que te babean, que te miran de arriba a abajo, que te hacen la broma de si vienes con el paquete de tabaco de regalo... y son 900 euros al mes. ¿Y el problema es la Fórmula 1?" continúa Sara.

"Que pongan más hombres"

"No me extraña que a las chicas les duela, es el trabajo mejor remunerado que tienen", explica Lola González, CEO de la agencia Organiza-Te, "pero es obvio que esas chicas están expuestas de forma machista. Es una exhibición innecesaria, el reclamo publicitario en muchas ocasiones es solo su cuerpo". González, que no está preocupada porque el veto se extienda a otras labores de las azafatas, considera que es un problema que ha de corregirse pese a que a las afectadas: "Una cosa es trabajar y otra muy distinta ofrecer tu cuerpo como imagen. A ellas les molesta un montón perder este tipo de trabajos, es normal, porque ganan mucho dinero y tienen acceso a famosos, que es algo que les suele gustar mucho, pero hay que valorar también la dignidad de la mujer".

placeholder Las azafatas del motociclismo no han sido vetadas. (Reuters)
Las azafatas del motociclismo no han sido vetadas. (Reuters)

Uno de los puntos calientes son los uniformes. Según Noelia, la abogada que ejerce como azafata eventualmente, hay diferencias entre las agencias en las que mandan exazafatas, la mayoría, y en las que manda un hombre: "Las que han sido cura antes que fraile tienen mucho más cuidado, escogen trajes con más clase, mientras que, si los elige un hombre o el cliente es una empresa dirigida a los hombres, puedes esperarte una cremallera de la garganta a la rodilla que te piden llevar abierta", explica.

Las marcas ponen muchas trabas a la hora de contratar azafatos para sus eventos

En la misma línea opina Silvia Peña, dueña de la agencia La Donna Produce: "La ropa tiene que ser menos provocativa, porque no tiene sentido que lo sea tanto. Ahora, también hay que decir que muchas veces se ofrece a las chicas un catálogo de tallas y son ellas mismas las que escogen las pequeñas, a veces pasándose de la raya".

Peña aporta su solución: "Deberían contratar más hombres. Ahora mismo estamos en un 90%-10% en favor de las mujeres en este tipo de trabajo. Queremos que se iguale el sector y que no se haga un castillo de un grano de arena, de lo que llama la atención... ¿porque alguien ha visto cómo salen las mujeres en una carpa de circo? Casi siempre las hacen ir en bikini, pero de esto nadie se queja. El mundo de las azafatas siempre es sospechoso para la sociedad y no queremos que se pierdan trabajos por una moda", zanja Peña.

El veto a las azafatas de la Fórmula 1 ha provocado un terremoto en el sector, que ahora mira al futuro con preocupación. "No entiendo que me digan lo que tengo que hacer. Llevo siendo azafata de Fórmula 1 y Moto GP cinco años y siempre me han tratado como una reina". La que habla es Noelia, una abogada madrileña de 29 años que empezó como "imagen" mientras estudiaba la carrera y no ha querido dejarlo, aunque el horario a veces sea incompatible: "La gente cree que nos ponemos un traje y permitimos que nos manoseen, que dejamos que nos toquen el culo o algo, y la verdad es que estamos muy protegidas, tenemos cordones de seguridad y, cuando llevas un tiempo en esto, puedes elegir qué vestido te pones y cuál no. Porque no voy a ponerme un vestido de putón por 15 euros la hora, es obvio", dice la abogada.

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