Ryanair deja de cobrar 4.000 euros a los aspirantes a azafatos por falta de candidatos

No había pasado ni una hora de entrevista grupal con Ryanair cuando Josu se levantó de su asiento y se fue. Acababa de escuchar los requisitos para entrar a trabajar en la aerolínea de moda: curso de formación de unos 3.200 euros a las afueras de Fráncfort, cinco semanas de (cara) estancia en una residencia habilitada por la compañía, comidas a cuenta de su propio bolsillo y una semana de prácticas gratis. La aerolínea solo sufragaba los gastos del vuelo.

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Llegar hasta el final del proceso de selección costaba unos 4.000 euros. Eso sí, bajo la promesa de que todos saldrían con un puesto de trabajo bajo el brazo. Los sueldos oscilaban entre 1.000 y 1.200 euros al mes en doce pagas, si bien la cifra es orientativa. El 70-75% de los azafatos de Ryanair están subcontratados a través de dos empresas de trabajo temporal y cobran por horas de vuelo, con retribuciones que van desde 700 euros en los peores meses hasta los 1.400 en los mejores (como agosto).

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Marina Valero

"Te pagan lo mismo en todas las bases, ya sea en Cádiz o en Oslo. Y solo te abonan las horas que pasas volando dentro del avión, sin computar los retrasos o las escalas", cuenta Josu. Este joven valenciano fue el único que salió indignado de la entrevista con 50 aspirantes sin esperar a que acabase, a diferencia de Marco (nombre ficticio). En su caso, es uno de los tripulantes de cabina (TCP) que secundará la huelga convocada el 25 y 26 de julio en España, Portugal, Italia y Bélgica tras diez años soportando no tener salario base, tributar en Irlanda y, en consecuencia, no poder pedir una hipoteca en nuestro país (donde reside y trabaja) o estar sin tarjeta sanitaria española ni derecho a un médico de cabecera.

Marco tuvo que vender su coche y compartir cama (no ya habitación) con otros dos amigos para poder pagarse el curso de formación. "Te tiras dos meses sin cobrar y afrontando gastos en el extranjero. Eso sin contar con los 12 vuelos de prácticas gratis", explica a este periódico. No obstante, Ryanair ya no obliga a pagar por trabajar. Al menos, no tanto. Dejó de hacerlo hace tres meses, cuando se percató de que no lograba llenar los cursos de formación ni encontraba mano de obra suficiente para cubrir sus ambiciosos planes de expansión.

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Ryanair ahora sufraga los gastos del curso y paga 28 euros al día por la asistencia, aparte de 700 euros de ayuda con los que 'subsistir' durante el período de prácticas. Las clases siguen impartiéndose en la periferia de ciudades europeas como Dublín, Milán o Fráncfort. En este último caso, la compañía ha rehabilitado una antigua base militar estadounidense de la II Guerra Mundial al lado del aeropuerto de Fráncfort-Hahn para alojar a los candidatos seleccionados.

Pagar por trabajar es muy frecuente en el sector de las aerolíneas. Véanse los controladores aéreos o los pilotos. "Te dejan volar unas 500 horas con ellos, pero no cobras un duro ni tienes garantías de que te vayan a coger", contaba una persona cercana al entorno de los tripulantes de Ryanair. Esta práctica se conoce como 'pay to fly' y obliga a los alumnos a desembolsar un mínimo de 30.000 euros por el curso teórico. En cualquier caso, el sueldo de un piloto no tiene nada que ver con el de un TCP, pues oscila entre 3.000 y 6.000 euros mensuales en la 'low cost'. Los comandantes pueden llegar a ganar 9.000 euros al mes, frente a los 2.000 de un sobrecargo de vuelo o 'azafato jefe'.

La formación de pago es una anécdota más eclipsada por las condiciones laborales de la tripulación 'low cost'. Más de 4.000 tripulantes de cabina —1.800 solo en España— están llamados a parar este mes para exigir a la aerolínea que deje de aplicarles la legislación irlandesa, algo que además les obliga a desplazarse a un juzgado de ese país en caso de despido improcedente o problemas con la empresa. Esta circunstancia unida a la ausencia de salario base y el cobro vinculado a las horas de vuelo genera "una tremenda inseguridad e inestabilidad laboral", denuncia el sindicato USO.

La respuesta de Ryanair

"La tripulación de cabina cobra hasta 40.000 euros anuales, más del doble que el salario mínimo. Libran durante tres días cada cinco días, lo equivalente a un puente cada semana y por encima del mínimo exigido por ley. No pueden volar más de 900 horas al año. Tienen derecho a baja por enfermedad y permisos remunerados, según lo establecido por ley. Reciben incentivos (10%) por las ventas a bordo y se les hace un contrato indefinido tras dos años en la compañía", defienden fuentes de Ryanair sin entrar en el tema de los cursos de formación.

La versión de los azafatos consultados es bien distinta. "Soy el que más cobro de mi base y no llego a 40.000 euros ni de lejos. No nos pagan la limpieza de los aviones en las escalas —de la que también se encargan los TCP— y a menudo trabajamos más de 10 horas al día —porque las esperas en el aeropuerto también son trabajo, aunque la aerolínea no las pague— pese a que la fatiga es uno de los principales riesgos de seguridad", asegura Marco. Ryanair descuenta 400 euros al año de la nómina de los empleados en concepto de uniformes. La comida y las botellas de agua también corren a cargo del trabajador a precio de mercado, es decir, a tres euros por medio litro.