El arancel a la aceituna española, a la OMC: cinco países neutrales juzgarán a Trump

La Comisión Europea se ha decidido, por fin, a llevar el arancel medio del 35% impuesto por EEUU a la aceituna negra española ante la Organización Mundial del Comercio. La medida, anunciada por la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, venía siendo solicitada por el sector para que se actuara igual en este caso que en el de los aranceles al acero. Bruselas los llevó ante la OMC cuando se anunciaron de forma aún provisional el pasado verano, mientras que en el caso de la aceituna se da el paso cuando ya son definitivos y se vienen cobrando desde hace un año (provisionalmente desde inicios de 2018 y de manera firme desde el pasado verano).

Ahora se inicia el denominado proceso de consultas previas en el que la administración de Donald Trump debe explicar por qué ha impuesto estos sobrecostes a todas las aceitunas negras cultivadas o procesadas en España (aunque se hayan cultivado en otros países). Dos aceituneras californianas (Musco y Bell-Carter) fueron las impulsoras de ese expediente en 2017, que especialmente golpeó a tres empresas sevillanas: la cooperativa Agro Sevilla, y las empresas familiares Ángel Camacho y Aceitunas Guadalquivir. Tras el periodo de consultas, que usualmente no suele derivar en la resolución del conflicto, se crea un panel de cinco países neutrales que elabora un informe que será de obligado cumplimiento para EEUU y la UE como miembros de la OMC.

"Es una buena noticia, aunque el sector como tal no ha recibido una notificación formal sobre el inicio de ese procedimiento. Se abre ahora un periodo de hasta dos años para conocer el informe del panel, que en cualquier caso puede ser recurrido por EEUU ante la propia OMC. Es difícil hablar ahora de plazos para la finalización de este caso. Nuestras acciones ante la justicia ordinaria estadounidense seguirán en cualquier caso adelante", explica Antonio de Mora, secretario general de la patronal aceitunera española Asemesa.

EEUU arguyó, como ya informó en detalle este medio, que la industria aceitunera estaba viéndose directamente beneficiada por lo que considera subsidios de la Comisión Europea a través de la Política Agraria Común (PAC). Bruselas contrargumentó señalando que no hay ya ayudas directas a la producción de un determinado cultivo, sino a la producción de forma indiferenciada, y que todos estos apoyos de la PAC están en consonancia con las reglas del comercio internacional de la OMC.

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Carlos Pizá. Sevilla

Desde la interposición del arancel, se han producido varios movimientos relevantes. El primero, la compra del 20% de la citada Bell-Carter (copimpulsora del arancel), por parte de la firma española Dcoop. Posteriormente, tanto esta empresa como Ángel Camacho, han tomado posiciones del 5% en las firmas portuguesas Maçarico y Cartier Saada, respectivamente. Con ello tratan de mantener su cuota de aceituna negra en EEUU, aunque sea con producto no español sino procedente de empresas y cultivadores no afectados por el arancel.

De Mora también ha retierado hoy la necesidad de que la UE compense mediante una línea de ayudas "las enormes pérdidas que viene sufriendo la industria exportadora". Asemesa estima que con la aplicación de los aranceles, desde que se establecieron provisionalmente en julio de 2017 y hasta octubre de 2018 (última cifra disponible debido al cierre de la Administración de EEUU hasta este pasado fin de semana), han supuesto la pérdida de 20 millones de euros a las empresas españolas. Hasta el año 2017, España venía exportando al país americano en torno a 70 millones de euros anuales en aceituna negra. Los aranceles estarán vigentes por cinco años, renovables por otros cinco.