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Alcoa inicia trámites para despedir a más de 500 trabajadores en su planta de Lugo
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Ya vendió A Coruña y Avilés

Alcoa inicia trámites para despedir a más de 500 trabajadores en su planta de Lugo

La firma estadounidense pretende deshacerse de hasta la mitad de la plantilla de la fábrica de San Ciprián. Alega continuadas pérdidas por altos costes energéticos y la caída del precio del aluminio

Foto: Trabajadores de Alcoa.
Trabajadores de Alcoa.

Alcoa mete un fuerte recorte en su planta de Lugo después de la venta en 2019 de sus fábricas de A Coruña y Asturias. La multinacional estadounidense ha transmitido a los sindicatos que pretende despedir a un máximo de 532 empleados, de los 1.143 que trabajan en el centro de producción de San Ciprián.

"La planta afronta una serie de problemas externos de producción y de mercado que han hecho que la producción de aluminio primario sea ineficiente y la operación de la planta no sea competitiva. Esos problemas estructurales incluyen los altos costes de energía y el bajo precio del aluminio que, junto con el exceso de capacidad global, han causado significativas pérdidas recurrentes, que se prevé que continúen". Todo ello le ha llevado a comunicar a los representantes de los trabajadores que su situación es actualmente "insostenible".

Álvaro Dorado, presidente de Alcoa España, ha advertido en una carta a sus empleados que estos factores ya existían antes de la crisis del covid-19 y se mantendrán una vez se aleje la pandemia, con lo que excluye los ajustes de la coyuntura de crisis económica actual.

"La reestructuración prevista en la planta de aluminio prevé operar solo una parte de la fundición. La producción de la planta de alúmina de San Ciprián no se verá afectada por este periodo informal de consultas", detalla Alcoa.

Foto:  Vista de la planta Alcoa en Coruña. (EFE)

Para llevar acabo este ajuste, la firma aluminera sostiene que "es consciente del posible impacto en los empleados y ha propuesto abrir un período informal de consultas con la representación de los trabajadores, que tendrá una duración aproximada de tres semanas, para explicar la situación de la planta, los retos que afronta y discutir las opciones y medidas. El propósito de esta consulta informal es poder avanzar con los representantes de los trabajadores antes de iniciar un período formal de consultas, que tiene unos plazos concretos". "No se tomará ninguna decisión hasta que el periodo de consultas haya concluido", cocluye la multinacional.

Reacción del Gobierno

La respuesta no se ha hecho esperar. Desde el Gobierno de España, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha recordado a Alcoa que ha recibido "muchas ayudas públicas" en España, por lo que le ha pedido que sea "corresponsable" con el momento que está atravesando el país. "Conocemos los problemas estructurales que tiene Alcoa, hemos trabajado muy de la mano con el comité de empresa y también con la dirección; el contexto actual de importante caída de la demanda de aluminio primario hace que la empresa tome decisiones", ha señalado Maroto.

Por su parte, CCOO señala al propio Ejecutivo: "CCOO de Industria denuncia desde hace años que la nefasta política energética del país ha hecho restar posibidades a la industria española frente a sus competidores europeos. Vuelve a exigir, antes de que sea demasiado tarde, algo que reclamó durante las manifestaciones y negociaciones que trataron de evitar el cierre de Avilés y A Coruña. Es el momento de aprobar el esperado Estatuto Electrointensivo. Como la propuesta de Ministerio de Industria era incompleta, deberían incluirse las propuestas de mejora que hizo el sindicato y añadir medidas complementarias que den estabilidad a la industria gran consumidora de energía hasta que llegue la ansiada transición justa".

El Ejecutivo redujo de forma drástica las ayudas que las industrias de alto consumo eléctrico recibían vía factura, lo que muchos en el sector indiciaban supondría el fin de su actividad.

Foto: La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, junto a la activista por el clima Greta Thunberg, en la COP. (Reuters)

El sindicato CCOO también apunta a la Xunta de Galicia, cuando faltan menos de dos meses para las elecciones: "El sindicato recuerda que la Xunta tiene mucho que hacer y que decir en el cierre de una de las empresas más importantes que tiene Galicia. A CCOO de Industria no le parece de recibo que, por razones electoralistas, el equipo de Alberto Núñez Feijoo vuelva a echar balones fuera y responsabilice al Gobierno central de la supervivencia de Alcoa San Ciprián".

El anuncio de cierre ya se ha politizado. Esta misma mañana, el BNG pedía la nacionalización de esta planta. "Vamos a defender que, si eso se confirma, Alcoa debe de ser nacionalizada para garantizar la actividad y los puestos de trabajo", ha asegurado el diputado Néstor Rego durante su intervención ante la Comisión de reconstrucción social y económica de la Cámara Baja, en la que comparece este jueves el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias.

Este nuevo mazazo llega después de la fallida venta de las fábricas de A Coruña y Avilés a Parter Capital, quien en pocos meses ya ha vendido una parte al Grupo Riesgo. Un comprador que nada más llegar a puesto encima de la mesa que la contabilidad de la firma en los últimos años no era correcta. Toda una bomba de relojería que amenaza miles de empleos y la economía de la región.

Alcoa mete un fuerte recorte en su planta de Lugo después de la venta en 2019 de sus fábricas de A Coruña y Asturias. La multinacional estadounidense ha transmitido a los sindicatos que pretende despedir a un máximo de 532 empleados, de los 1.143 que trabajan en el centro de producción de San Ciprián.

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