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Baumeister: "Necesitábamos que cayesen los viejos modelos para reconstruir en verde"
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CONVERSACIONES SOBRE SOSTENIBILIDAD

Baumeister: "Necesitábamos que cayesen los viejos modelos para reconstruir en verde"

La cofundadora de Biomimicry 3.8 considera que debemos aplicar los principios de la biomimética, que se inspira en imitar los procesos de la naturaleza, al mundo de la empresa

En los últimos meses el covid-19 ha marcado un antes y un después en el impacto que tienen las actividades humanas en el planeta. Gobiernos, empresas y personas estamos aprovechando esta coyuntura para reflexionar sobre la forma en la que nos relacionamos con la naturaleza. Según Dayna Baumeister, cofundadora de Biomimicry 3.8 —una consultora de inteligencia biológica que se dedica a encontrar innovaciones inspiradas en los modelos de la naturaleza—, "es un gran momento para reconstruir desde modelos empresariales que entiendan el ecosistema que tienen alrededor: qué hace la naturaleza, cómo lo hace y cómo conecta con las demás partes del ecosistema".

Baumeister ha sido la novena invitada a los encuentros del proyecto #aBetterWay, de la plataforma de sostenibilidad Quiero. A raíz de estas conversaciones, guiadas por Sandra Pina, directora general de Quiero, El Confidencial y Endesa han puesto en marcha el ciclo 'Liderar el cambio', cuyo objetivo es promover una conversación global y coral sobre cómo hacer mejor las cosas y acelerar el cambio hacia empresas más sostenibles.

placeholder Dayna Baumeister, cofundadora de Biomimicry 3.8.
Dayna Baumeister, cofundadora de Biomimicry 3.8.

PREGUNTA. La naturaleza ha operado de manera organizada durante 3.800 millones de años. En los últimos tiempos han surgido nuevos modelos que tratan de impulsar un cambio sistémico y la sostenibilidad del planeta. Uno de ellos es la biomimética, que se inspira en imitar los procesos de la naturaleza. ¿Cuál es la gran diferencia que propone la biomimética para solucionar los problemas que tenemos?

RESPUESTA. Lo que encuentro tan convincente de la biomimética, como una más de las herramientas para avanzar en la sostenibilidad, es que no se basa en la arrogancia humana ni en la inteligencia. Va más allá del ego y de la presunción de que debemos tener todas las respuestas. Nos devuelve al espacio del estudiante en el que tenemos que aprender sobre todo lo que está pasando alrededor.

La biomimética avanza hacia la sostenibilidad dejando a un lado la arrogancia humana

Hemos vivido muchos eventos traumáticos a escala global, muchas catástrofes de las cuales hemos aprendido a dar respuesta. Si lo vemos en perspectiva, somos una especie muy joven en el mundo, aunque nos consideremos los reyes de la naturaleza. Tenemos que volver a esa mentalidad en la que constantemente le pedimos consejo a nuestros mayores, a la naturaleza, y preguntar “cómo lo hago”.

P. Al escucharte siento que, en alguna medida, tenemos que desaprender para aprender de nuevo. ¿Crees que estamos en un momento de reaprender, sobre todo ahora con el covid? ¿La biomimética nos puede ayudar a esto?

R. La velocidad y la escala son subproductos de nuestra forma de pensar. Desde la revolución industrial creemos que para lograr una solución hay que hacerlo lo más rápido posible y a lo grande. Pero esa no es la forma en que la naturaleza lo hace. Lo que nos permite aprender la pandemia es que hemos estado yendo demasiado rápido, olvidando lo que es importante en el mundo. Ahora hemos reducido la velocidad, hemos visto que la vida y la naturaleza quieren volver a crecer. La biomimética nos da una perspectiva diferente y nos abre a la posibilidad de avanzar por muchos caminos diferentes, porque lo que funciona para una persona en África quizás no funcione en otros lugares del mundo. Si sabemos que el oso polar nunca va a llegar a Costa Rica, no apliquemos esa estrategia para ese lugar.

P. ¿Qué puede aportar la biomimética a la empresa? ¿Qué beneficios sobre la innovación tiene esta herramienta?

R. Hay que pensar la biomimética como una nueva especie que se mueve en un ecosistema. Lo primero que tienes que entender es cuál es ese ecosistema, de qué se trata, cómo funciona. En el caso de las empresas, la cultura interna de la compañía tiene una gran influencia a la hora de determinar si la biomimética puede funcionar o no. Hay compañías que, por ejemplo, no incorporan las ideas de sus propios empleados, ¿cómo van a mirar ideas de cómo funcionan otros organismos para después emularlas? Nuestra forma de trabajar es mirar la naturaleza, no solo lo que hace, sino cómo lo hace y cómo conecta con todas las demás partes del ecosistema que son fundamentales para su supervivencia. En estos momentos tenemos un proyecto que llamamos Proyecto Positivo, que se plantea la pregunta de si nuestros productos pueden no solo ser sostenibles, sino también regenerativos.

P. Danos algunos ejemplos concretos de lo que estáis haciendo.

R. Acabamos de hacer un proyecto con Interface, en Australia, y estamos en un piloto de Proyecto Positivo, al que se han sumado empresas como Google o Microsoft, entre otras. Todos en realidad quieren responder a una misma pregunta: ¿cómo hacemos para tener licencia social para operar? ¿Cuál es nuestra licencia social y ambiental para ser una empresa en este planeta? Hoy se puede pensar que vivir al lado de una fábrica es el lugar más aterrador del mundo. Pero, ¿podría convertirse en el lugar más saludable para vivir si esa fábrica mejorara el ecosistema que tiene alrededor? Las cuestiones sociales están ligadas también a esto. Esta pandemia nos ha abierto a redescubrir que hay otras posibilidades, que no solo podemos, sino que también debemos, hacer algo diferente.

P. ¿Cómo ecodiseñáis los proyectos desde este aprendizaje que obtenéis del entorno natural? ¿Cómo afecta a las personas involucradas en los proyectos?

R. Hemos trabajado con una empresa automovilística que quería un estacionamiento plano y sólido para los coches nuevos que iba a sacar al mercado. Lo diseñamos para dejar entrar agua, pero no lo hicimos al azar: miramos el agua del entorno, la biodiversidad, el carbono, el efecto de isla de calor, diferentes métricas que llamamos estándares de desempeño ecológico y luego llevamos eso a la mesa de diseño.

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Sandra Pina, directora general de Quiero.

Ponemos también sobre la mesa respuestas a preguntas como: ¿qué tipo de ecoestructura tiene el bosque? ¿Podemos imitar ese tipo de ecoestructura en el diseño de nuestros edificios o incluso en nuestros paisajes? Luego nos sentamos y hacemos esa traducción con los diseñadores e ingenieros que hacen las recomendaciones y construyen los planos para implementar y llevar a la práctica. En este proceso de diseño involucramos a los trabajadores, unimos lo que es importante para ellos con lo que es importante para el ecosistema. ¿Qué ocurre entonces? Que la productividad de los trabajadores aumenta y también la retención del talento.


P. Sintetiza para nosotros los pilares sobre los que trabajáis la biomimética.

R. Trabajamos con tres pilares. El primero es la imitación, buscar la inspiración en la naturaleza. Muchas veces lo que buscamos es innovación, nuevas ideas, oportunidades para resolver un desafío. El siguiente pilar es el 'ethos', el espíritu: ¿por qué estamos imitando? ¿Qué estamos imitando? ¿Para qué vamos a usarlo? El espíritu que lo rige es, por supuesto, la sostenibilidad. Y el tercer pilar es la reconexión: conectar con la naturaleza con la que nos desconectamos en algún momento de nuestra historia.

P. Déjanos una última imagen sobre la regeneración que nos ayude a entender el poder de esta palabra en la era pospandemia.

R. Pienso en Kofod, una selva tropical donde hay muchos bosques establecidos y en la que ocurre un fenómeno de perturbación llamado brecha de luz. Esta brecha significa que cuando un gran árbol cae en el bosque, las pequeñas plantas de semillero que están debajo —no necesariamente de ese árbol, sino de cualquier especie—, y que han estado esperando en el sotobosque durante 10, 20 o 30 años con la esperanza de que algún día se abriese un hueco de luz, pueden empezar a crecer. Durante ese tiempo, lo han hecho muy poco, pero han generado grandes raíces hacia dentro, como si fueran sus cimientos.

Esta pandemia ha generado el desmantelamiento de los sistemas que mantuvieron algunas de estas grandes ideas innovadoras aplastadas. Pero para todos los que trabajamos en la sostenibilidad la pregunta es: ¿cuáles de nuestras plantas de semillero vamos a dejar crecer para que podamos reconstruir mejor? Ese es el trabajo que tenemos por delante. Por más aterrador que parezca, este también es un gran momento porque necesitábamos que estos sistemas se desmoronaran para poder reconstruir los sistemas que queremos desde una perspectiva verde y sostenible.

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En los últimos meses el covid-19 ha marcado un antes y un después en el impacto que tienen las actividades humanas en el planeta. Gobiernos, empresas y personas estamos aprovechando esta coyuntura para reflexionar sobre la forma en la que nos relacionamos con la naturaleza. Según Dayna Baumeister, cofundadora de Biomimicry 3.8 —una consultora de inteligencia biológica que se dedica a encontrar innovaciones inspiradas en los modelos de la naturaleza—, "es un gran momento para reconstruir desde modelos empresariales que entiendan el ecosistema que tienen alrededor: qué hace la naturaleza, cómo lo hace y cómo conecta con las demás partes del ecosistema".