El informe que pone en jaque al jefe de Barclays España por la trama de los pisos la Iglesia

Un nuevo documento puede dar un vuelco a la investigación que tanto la justicia española como la eclesial están llevando a cabo por la venta de 14 edificios de viviendas en el centro de Madrid propiedad de Fusara, una fundación ligada a la Iglesia católica. Esta entidad habría sido víctima de una presunta trama que habría intentado expoliar a varias fundaciones encomendadas al Arzobispado de Madrid, en beneficio de importantes financieros, grandes fondos internacionales y universidades.

Como ha venido informando este medio, las pesquisas que se llevan a cabo en el juzgado de instrucción número 51 de Madrid, así como la abierta en el seno de la archidiócesis madrileña, tratan de aclarar si el entonces delegado episcopal, David López-Royo, el bufete Chávarri, que intermedió las operaciones investigadas, y varios profesionales que trabajaban en estas fundaciones, como Manuel Fernández-Clemente, Antonio Naranjo o Ignacio Olmos, organizaron un presunto plan de ventas del patrimonio de estas entidades a bajo precio para beneficiar a los compradores y a su red de comisiones.

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Ruth Ugalde

El nuevo documento al que ha tenido acceso este medio es un informe de valoración que la consultora Savills-Aguirre Newman realizó de la cartera de edificios de Fusara en mayo de 2019, trabajo que pone contra las cuerdas la actuación de Álvaro Portanet, máximo responsable de Barclays en España y cuñado de Alejandro Agag, ya que fue su sociedad familiar, Idonae, la que encargó a Savills valorar toda la cartera de Fusara, trabajo que se realizó en paralelo a la constitución de Tapiamar y de todo el entramado societario a través del cual se ejecutó la compra. Todas estas sociedades, además, compartían a Roberto de Juan como administrador único.

Este medio ha pedido a un portavoz del señor Portanet poder aclarar cuándo tuvo conocimiento de la existencia de esta cartera, cuándo se contrató a Savills, y cuáles han sido los diferentes accionistas que ha tenido Tapiamar a lo largo del tiempo, cuestiones que el financiero ha declinado responder, limitándose a señalar que "los gestores de Idonae, sociedad participada por Álvaro Portanet, realizaron estudios sobre la citada operación, en el marco de sus actividades de inversión en el sector inmobiliario. Sin embargo, tras analizar en detalle la operación, Álvaro Portanet y, por tanto, Idonae, decidieron no participar en ella. En consecuencia, Álvaro Portanet reitera que no ha participado ni participa de forma alguna en la compra-venta de tal conjunto de activos. Cualquier intento de vincularle con la operación más allá de los estudios iniciales daña su imagen profesional como directivo de Barclays".

La misma fuente asegura que fue el 30 de mayo cuando el financiero "se salió de la operación", es decir, nueve días después de la oferta que hizo Tapiamar, que está fechada el 21 de mayo. Este relato de fechas choca con el mensaje de que nunca participó en la operación, y con el calendario del propio informe de Savills para Idonae, que está fechado también en mayo de 2019. Este medio ha consultado a expertos inmobiliarios cuánto tiempo pudo necesitar la consultora para realizar un informe de esas características, en el que se recoge con detalle aspectos como los metros cuadrados de cada inmueble, sus ubicaciones o el número de rentas antiguas, y coinciden en señalar que varias semanas e, incluso, alguna apunta a que al menos haría falta un mes.

Aclarar, por tanto, cuándo Idonae tuvo conocimiento de la operación y cuándo se encargó a Savills este informe, como ha pedido este medio a las dos partes, es relevante ya que fue menos de un mes antes, el 24 de abril, cuando el patronato de Fusara autorizó a Chávarri a iniciar un proceso de venta. Antes de esa fecha, por tanto, se presupone que ningún potencial comprador debía tener información al respecto. Este medio se ha puesto también en contacto con la consultora para saber cuándo se le encargó este trabajo y otros detalles sobre el mismo, pero un portavoz oficial ha respondido que declina hacer ningún comentario.

Portanet reconoce que su sociedad estudió la operación, pero se desliga de la compra final

Cuando Fusara aprobó iniciar un proceso de venta, se encargó a Gesvalt y Valtecsa valorar todo el patrimonio para la fundación, y estas firmas concedieron un valor de 97,16 y 86,7 millones de euros, respectivamente, lo que arrojó una media aritmética de 91,9 millones. Esta cifra, según el mandato que dio el patronato de abril, debería haber sido la referencia para la recepción de ofertas, pero Chávarri tomó como punto de partida la media de los valores de liquidación, 72,6 millones, permitiendo así su venta por apenas 74 millones. Desde Fusara, un portavoz del actual equipo asegura que nunca se le ha comunicado al patronato la existencia de esta valoración de Savills y aún menos que se hiciera en mayo de 2019 y con esas valoraciones.

Los responsables de Idonae, en cambio, sabían que esta cartera valía mucho más, ya que Savills les entregó hasta tres precios diferentes y todos ellos muy superiores: el valor de compra en aquel momento (teniendo en cuenta aspectos como los contratos de renta antigua), que cifró en 96 millones; el valor estimado mediante la capitalización de rentas potenciales, que elevó a 122 millones, y el que se conseguiría con un proceso competitivo, que llegó hasta 141,5 millones, con un precio de partida mínimo de venta de 110 millones.

Es decir, que, en todos los casos, la consultora, una de las más reputadas a nivel internacional, confirió a este porfolio un valor entre un 30% y un 90% superior al que se vendió a Tapiamar. Como publicó este medio, posteriormente se han organizado varios procesos de venta, que han terminado llevando a los fondos Castlelake y Ares a colocarse en la retaguardia de la operación, gracias a una compleja estructura de deuda, que llega hasta las Islas Caimán, y con el objetivo último de quedarse con la titularidad de estos edificios.

Savills, que ahora gestiona los pisos de Fusara, los valoró al doble del precio al que se vendieron

Chávarri optó por vender a precio de liquidación cuando el mercado vivía un momento de enorme apetito por este tipo de activos, según reconoce Savills en el informe de Idonae: "El 'portfolio' de 14 edificios residenciales analizados se encuentra en un momento perfecto para la inversión y posterior desinversión de cara a maximizar su rentabilidad. Existe una oportunidad inminente para testear el mercado y capturar la oportunidad de obtener excelentes beneficios sin necesidad de asumir el riesgo que implica el Capex necesario para maximizar aún más su valor. El hecho de que los activos aporten la posibilidad de añadir valor les coloca en una posición atractiva para posibles compradores".

Pero, además, la consultora deja claro que, "actualmente, existe una demanda clara en el mercado de inversores interesados en este tipo de operaciones, y su concurrencia permitirá maximizar el precio. Considerando las características de la operación y la situación de mercado, Savills Aguirre Newman considera que un proceso controlado generaría un elevado interés y maximizaría el valor de la venta".

Tanto el nombre de Portanet como el de Idonae han aparecido ya en el pasado en el marco de la trama de los pisos de Fusara. En noviembre de 2019, 'eldiario.es' destapó que el domicilio particular del financiero era también la sede social de Tapiamar y de las 14 sociedades dependientes de esta que se crearon para comprar cada uno de los edificios, dirección que posteriormente se cambió. Fuentes consultadas por este medio aseguran que fue Chávarri el que recomendó esta estructura, afirmación que niegan tajantemente desde el bufete.

Además, como publicó este medio, Roberto de Juan se ha dirigido en varios ocasiones a Fusara solicitandole diferentes cuestiones relacionadas con las viviendas desde su dirección de correo electrónico de Idonae, comunicaciones que, según afirman fuentes conocedoras a este medio, se han repetido hasta el pasado 29 enero, es decir, hasta casi dos años después de la fecha en que Portanet asegura haberse desligado de la operación. También Javier Portanet, hermano del anterior, participa actualmente en la gestión de estas viviendas, como también ha podido comprobar este medio por correos que ha enviado desde su dirección de 'e-mail', en este caso, de la propia Tapiamar.

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El pasado noviembre, cuando por primera vez El Confidencial consultó por estas comunicaciones de Roberto de Juan desde Idonae para aspectos ligados a la gestión de los pisos de Fusara, la respuesta de un portavoz oficial de Portanet fue que "sería un error. No se puede utilizar un 'e-mail' de la empresa Idonae (que está totalmente desvinculada con la operación de Fusara) para gestionar negocios fuera de lo que es estrictamente su actividad. Alvaro Portanet ha tomado las medidas oportunas para asegurarse de que no se utilizan los activos de Idonae en operaciones ajenas a la empresa".

Como puede comprobarse en el registro, el pasado 14 de enero, De Juan cesó como administrador único de Idonae, puesto que ha pasado a ocupar Javier Portanet, y el nuevo accionista único es Queensgate Internacional, sociedad de Portanet y su esposa, Ana Agag, que habría comprado a De Juan su participación, aunque este aspecto no ha podido ser contrastado por este medio.