Alemania esgrime la gigaplanta de la china SVolt en Saarlouis para ganar a Almussafes

El pulso por ganarse el favor de la central de Ford Motor Company en Detroit de cara a la asignación de nuevos modelos eléctricos se juega en todos los frentes entre las factoría valenciana de Almussafes y la alemana de Saarlouis. La multinacional del óvalo ha concentrado muchas de sus inversiones en Colonia, gracias también al acuerdo de colaboración suscrito con Volkswagen. Sin embargo, tiene pendiente de adjudicar el ensamblaje de al menos dos de sus nuevos diseños de motor verde y ha abierto una puja entre su otro centro de producción germano y la planta española. Hay en juego miles de empleos y las direcciones de las dos filiales planean presentar sus planes de competitividad antes de acabar este mes, con la previsión de que Ford tome una decisión como muy tarde en junio.

Ford España, que sigue sin desvelar si presentará proyectos al Perte del automóvil para financiar su transformación con cargo a los fondos Next Generation de reconstrucción, está poniendo el acento en lograr ajustes salariales y laborales en Almussafes para ahorrar costes y ha iniciado una negociación para arrancar a los sindicatos un nuevo convenio colectivo rebajado pero sin garantizar la nueva carga de trabajo para los próximos años. En principio, en términos de costes y versatilidad, la factoría valenciana acumula ventaja sobre su rival alemana. Pero la industria del automóvil se está jugando una transformación radical con la electrificación en que éxitos pasados no garantizan beneficios futuros.

SVolt no tiene, por ahora, acuerdos comerciales con Ford, que sí ha pactado con Volkswagen en Colonia (Alemania) para vehículos comerciales

El primer ministro del 'Länder' del Sarre, Tobias Hans (CDU), apeló el miércoles a la decisión de la china SVolt de levantar una fábrica de baterías para coches en su estado como un elemento de ventaja para ganarse el favor de Ford. Según dijo, esa elección ha "mejorado la posición de partida" de Saarlouis para recibir nuevos modelos eléctricos. "En el Sarre también nos estamos centrando en el cambio a la electromovilidad y no dependemos únicamente del motor de combustión", indicó Hans en declaraciones recogidas por medios alemanes. Se trata de una inversión muy potente para la región: 2.000 millones de euros y una previsión de 2.000 empleos estables.

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No obstante, SVolt Energy Technology no es por ahora proveedor de Ford. El fabricante chino de celdas ha anunciado que, a partir de 2025, servirá sus baterías al conglomerado Stellantis, el grupo nacido de la fusión de PSA (Peugeot-Citroën, Opel) y FCA (FIAT-Chrysler). Ford tiene acuerdos con otros fabricantes como SK Innovation (con quien levantará tres gigafactorías en Estados Unidos), Panasonic y CATL, para los coches vendidos en China.

La Comunidad Valenciana también está pujando por albergar una gigafactoría en su territorio. En su caso, se trata de la planta que quiere promover SEAT-Volkswagen en España. La competencia está entre Extremadura, Sagunto y alguna ubicación en Aragón. La compañía alemana, que quiere aprovechar el empujón de los fondos Next Generation, anunciará su decisión probablemente antes de verano. Como ocurre con SVolt en Saarlouis, una fábrica de celdas en Sagunto para las factorías españolas de Volkswagen no serviría, en principio, a Almussafes. Pero Ford tiene acuerdos de colaboración en el proceso de electrificación que va a desarrollar en la plataforma Modular Electric Drive de Volkswagen en Colonia (Alemania) para vehículos comerciales.

La plantilla de Almussafes decide hoy si negocia ajustes en vacaciones sin renunciar al salario

¿Está cerrada la puerta a otros acuerdos como pudiera ser compartir la provisión de baterías para el motor eléctrico? En principio, el proceso para mejorar la competitividad de Ford Almussafes está desligado de la puja por la planta de baterías de Volkswagen. La negociación para ganarse los nuevos modelos eléctricos se centra en aspectos laborales y en los incentivos económicos que puedan aportar las Administraciones.

El tiempo corre, y la dirección de Ford ha apremiado a la plantilla para negociar el ajuste laboral, que quiere centrar en una congelación salarial (no actualización de entre el 6% y el 7% del IPC de año pasado), en ampliar las horas de trabajo y en recortes de vacaciones. Los sindicatos se oponen a la rebaja en la nómina. Pero el mayoritario UGT ha convocado para este viernes una votación entre la plantilla en la que propone rechazar el ajuste salarial y negociar medidas de "flexibilidad", como pueden ser días de descanso o beneficios sociales recogidos actualmente.