Florentino Pérez vende su lujoso yate mallorquín al abogado de la 'jet' valenciana

Florentino Pérez tiene hoy su última cita laboral de la primera parte del año, con la presentación a los analistas de los resultados del primer semestre del año de ACS. Despachará a los inversores y se irá de vacaciones, palabra que en el caso del presidente del Real Madrid tiene un significado muy distinto al habitual. El ingeniero de Caminos de 75 años disfruta trabajando, ya sea para decidir qué hace para levantar la cotización de la constructora o para iluminar el futuro de su Real Madrid Club de Fútbol.

Salvo cambio de agenda, su agosto consistirá en su visita habitual a Estepona, para comer con varios amigos, como José Ramón de la Morena, y a Galicia, para disfrutar del tradicional encuentro con Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo. Porque el día 10 de agosto ya estará en Helsinki (Finlandia) para asistir a la final de la Supercopa de Europa, entre el club blanco y el Eintracht de Fráncfort, y cuatro días más tarde en Almería, para ver el primer partido de la Liga 2022-23. Entre medias, se acercará de forma esporádica por Mallorca si sus responsabilidades se lo permiten.

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Lo que no hará Florentino Pérez es navegar en su lujoso barco, bautizado como Pitina en honor a su mujer, María Ángeles Sandoval, fallecida en 2012. El presidente de ACS ha decidido vender el yate con el que disfrutó muchos veranos con su esposa en las Baleares, donde cuenta también con una mansión valorada, según algunas fuentes, en cerca de 25 millones de euros. Unos 15.000 metros cuadrados en la urbanización Las Brisas de Cala Camp.

Pérez puso meses atrás su yate, de unos 32 metros de eslora, en el mercado, dado que ya apenas lo usa. Hombre discreto, poco amante del ocio, Florentino encargó a un bróker de embarcaciones que encontrase un comprador para su barco, con capacidad para ocho personas y revestido de maderas nobles. Y el nuevo dueño del Pitina es Manuel Broseta Dupré, presidente y máximo accionista de Broseta Abogados.

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Fuentes del sector marítimo han confirmado que Manuel Broseta, amante del mar por su origen valenciano, es el comprador del yate. El abogado había rastreado el mercado para cambiar su anterior embarcación por una de mayor tamaño, una forma de disfrutar lo bien que le iba el negocio y los cerca de 10 millones de euros que ingresó su bufete cuando vendió Lexer, su filial de recobros, a Magnun Industrial Partners, el fondo de capital riesgo de Ángel Corcóstegui, que posteriormente lo traspasó a BC Group, propiedad de la familia real de Liechtenstein.

Puesto en contacto con Manuel Broseta, el hijo del fundador del despacho jurídico, que cuenta ya con una plantilla de unos 200 abogados, ha declinado hacer ningún comentario sobre esta información. Especializado en Derecho Mercantil, Procesal y Arbitrajes, con gran vinculación con el mundo empresarial valenciano y buenas relaciones con los grandes navieros, como los Boluda, actualmente vive en Madrid. Pero su pasión por el mar le viene de su padre, Manuel Broseta Pont, que fue miembro electivo del Consejo de Estado y asesinado por ETA en 1992, en un crimen que conmocionó al país.

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Las fuentes próximas a la operación han declinado concretar las cifras del traspaso del yate. Entre los brókeres especializados en embarcaciones, se asegura que Florentino Pérez pedía unos dos millones por su barco, si bien en medios relacionados con la información del corazón se cifró en 18 millones lo que le costó al presidente del Real Madrid el nuevo Pitina. El anterior, también con el mismo nombre, se lo quedó su hija Cuchi, que sí suele ir por Mallorca e Ibiza a descansar de la gestión de su restaurante en la milla de oro de Madrid.

Además de la confidencialidad, lo que le ha pedido Florentino a Broseta ha sido que le cambiara el nombre para que el recuerdo de su mujer se quede para su intimidad. Así lo ha hecho el abogado, que además ha renovado completamente la tripulación.