Del Pino pone en jaque el discurso europeísta de Sánchez antes de su presidencia de la UE

La crisis abierta entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la familia Del Pino, por su decisión de llevarse la sede de Ferrovial a Holanda, ha saltado en un momento crítico para el discurso europeísta del Ejecutivo, que cuenta las semanas para asumir la presidencia de turno de la Unión Europea.

Coincidencia o consecuencia, la realidad es que el proceso de aprobación y ejecución de esta histórica mudanza se desarrollará bajo la luz del inminente mandato de Sánchez, que asumirá la presidencia del Consejo de la Unión Europea el próximo 1 de julio y hasta el 31 de diciembre.

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El calendario es el siguiente. Según dicta la ley, Ferrovial deberá someter esta operación al voto de todos sus accionistas en un plazo de seis meses, a contar desde el anuncio de fusión inversa con Ferrovial Internacional SE, sociedad que ya tiene su sede en Holanda. Esto significa que la junta general que dará luz verde al cambio de sede tendrá como fecha límite para celebrarse finales del próximo verano.

A partir de ese momento, los accionistas que se opongan a la operación tendrán un plazo de un mes para ejercer su derecho de separación. Una vez cumplidas estas formalidades, se presentará en el Registro Mercantil español y en el holandés la escritura pública de fusión, tras la que se ejecutará la misma. Al día siguiente, los títulos de la compañía empezarán a cotizar en Ámsterdam, además de seguir en Madrid.

Aunque las fechas concretas están todavía sujetas a la diligencia con la que se vayan superando todos estos hitos, el plan es tener completado el cambio de sede antes de concluir este ejercicio, de tal manera que Ferrovial se llevará su sede a Holanda bajo la presidencia española de la UE.

Todo un disparo a la línea de flotación del doble discurso político del Gobierno, que ha salido en tromba a criticar a la familia Del Pino. Desde la europeísta vicepresidenta Nadia Calviño, que tachó de errónea e inaceptable "la falta de compromiso" de la compañía con España, hasta la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cuyo partido quiere presentar una proposición de ley para obligar a Ferrovial a devolver las ayudas recibidas, pasando por el propio Sánchez.

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Al presidente del Gobierno no le tembló ayer la voz para afirmar que “en España hay ejemplos extraordinariamente positivos de grandes empresarios comprometidos con su país, pero desde luego, tras este anuncio, creo que no es el caso del señor Del Pino”.

Estos discursos chocan frontalmente con mensajes como "la respuesta a la crisis siempre es más y mejor Europa", que también se han empezado a trasladar desde el Ejecutivo para ir preparando el camino ante su inminente presidencia de turno. ¿Cuál de estos dos discursos será el que entone Sánchez cuando Ferrovial consume su marcha a Holanda con él al frente de la UE?

Impulso de Europa

La fórmula elegida por Ferrovial para llevar a cabo esta mudanza es una figura creada por Europa, precisamente, para facilitar los cambios de sede y las fusiones transfronterizas dentro del Viejo Continente.

Se trata de la sociedad anónima europea (SE), que fue creada hace casi dos décadas y que todos los países tuvieron que recoger en sus normativas. Va dirigida a avanzar en esa idea de "más Europa", de manera que si los ciudadanos de diferentes países se pueden mover con normalidad a través de las fronteras, sus empresas también.

El mensaje que se está intentando trasladar desde la Moncloa, sin embargo, es que este cambio de sede responde a una jugada de la familia fundadora de Ferrovial para rebajar su factura fiscal y evitar tener que hacer frente al impuesto de las grandes fortunas.

Moncloa dice que Del Pino hace esto para llevarse su fortuna fuera de España, cuando hace años que tiene su sociedad personal en Holanda

Sin embargo, este discurso pierde fuerza cuando se recuerda que Rafael del Pino hace ya muchos años que tiene su sociedad personal fuera de España. En Holanda, precisamente. El presidente y primer accionista de Ferrovial controla el 20,4% del grupo de infraestructuras a través de Rijn Capital BV, lo cual le ha costado ya algún disgusto con el fisco español.

Como todas las grandes fortunas con patrimoniales en Estados de baja fiscalidad o en paraísos fiscales, los Del Pino sufrieron la ofensiva que lanzó el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro contra estas estructuras societarias. Según se publicó entonces, la familia fundadora de Ferrovial llegó a un acuerdo con el Gobierno del PP para pagar 200 millones y evitar los tribunales, aunque desde el grupo de infraestructuras se negó siempre la mayor.

Justo un año después de la caza a las grandes fortunas que lanzó Montoro, Ferrovial inició todo el entramado societario que, primero, permitió llevarse al extranjero todo el negocio internacional, a través de Ferrovial Internacional SE, y a partir de este año, también el cuartel general. Un movimiento que se lleva preparando desde mucho antes de la llegada de Sánchez al poder o del impuesto a las grandes fortunas.